Luis Velasco, la enciclopedia del hockey

Este asturiano recorre 20.000 kilómetros anuales para vivir su gran pasión. Tiene más de 300.000 fotos publicadas y 700 vídeos. Este fin de semana no faltará a la cita de Reus, en una nueva edición de la Copa del Rey y de la Reina repleta de emociones

19 febrero 2019 18:15 | Actualizado a 21 febrero 2019 18:22
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Luis Velasco (Oviedo, 1967) acostumbra a relamerse cada vez que asoma una fase final como la de este fin de semana en Reus. Da igual el título que se ponga en juego. Prepara su vehículo y todo el material que precisa e inaugura una nueva aventura. Todo por esa pasión desmesurada que siente por el hockey, deporte que practicó en la adolescencia, pero que nunca ha abandonado. Hasta el punto que ahora mismo es, probablemente, la gran enciclopedia del hockey español. En la web personal que posee para exponer sus trabajos ha publicado 330.000 fotografías, además de 700 vídeos. En su mochila particular le acompañan tres cámaras y cuatro objetivos. Además de unos diez aparatos de vídeo, entre GoPros y su última gran adquisición, un dron que puede hacer milagros. Sus peripecias por carretera resultan totalmente entendibles. Se le hace imposible poder pasar el control en el aeropuerto con ese cargamento. 

Tanto desgaste por asfalto le ha provocado alguna curiosa experiencia. Por ejemplo, de camino a Lleida, en la Final Four de la Champions de 2016, se quedó tirado en Logroño y cuando los del seguro le aconsejaron un taxi de regreso a Oviedo él respondió: «Sí, un taxi por favor, pero dirección Lleida. Tengo que llegar sí o sí». De regreso utilizó el tren. Dos semanas después de ese percance, en Portugal se celebraban los duelos directos entre las grandes potencias del campeonato. Jugaban en sábado Porto y Benfica y el domingo Oliveirense y Sporting. Como la reparación amenazaba con un gran desembolso económico, Luis decidió por la practicidad. Se compró un auto nuevo y lo estrenó camino de Oporto.

Este asturiano, natural de Oviedo, acumula más de 20.000 kilómetros anuales en coche. Sólo para ver y vivir el hockey. También para realizar un trabajo minucioso, repleto de estima. Los que le conocen saben que suele llegar el primero al pabellón, incluso antes que los mismos jugadores, e irse el penúltimo, antes que el conserje. Su labor no termina cuando el juego expira. Las noches de hotel se convierten en eternas. Duerme poco y edita mucha. De las 1000 fotos que tira por partido suele publicar unas 200. Luego, la tarea del vídeo le consume. Ese incansable trabajo queda recompensado luego con la admiración del mundo hockístico. De jugadores a entrenadores. Incluso también de los dirigentes.

Luis formó parte de la cantera del Santo Domingo, una de las tradicionales escuelas del hockey asturiano. En categoría juvenil llegó a proclamarse campeón de España, tras vencer en la final al Lleida Llista, en el que militaban dos exfiguras mundiales como Albert y Carles Folguera. Los estudios le obligaron a dejar el juego. Posteriormente llegó a dirigir como coordinador la base del Centro Asturiano. 

La necesidad de una hemeroteca
Velasco, analista informático de profesión, se comprometió a seguir de cerca los pasos de su cuñado, que actuaba de portero en los años 90. Fue entonces cuando empezó a grabar partidos y a inmortalizar imágenes. Se propuso crear una hemeroteca de recuerdos, algo que según él escasea en un deportivo minoritario como éste.

 

Su hijo, también llamado Luis, no perdió esa magia y decidió ocupar la portería, algo que al principio no le hacía ni pizca de gracia a papá, aunque no le quedó más remedio que asentir. El pequeño Velasco llegó a ocupar una plaza de segundo portero del Reus en el curso 2014-15. De ahí la especial simpatía de los Velasco hacia el club de la calle Gaudí. 

Este miércoles por la noche, el asturiano mantendrá su fiel rutina. Cogerá su vehículo y calcula plantarse en Reus al mediodía del jueves. Justo para vivir una nueva Copa del Rey. Ya van unas cuantas, aunque el entusiasmo no ha decaído. Desde la edición de 2013, que precisamente se celebró en Oviedo, la Federación Española le reclama, consciente de que su material dispone de un valor incalculable. A pesar de ello, nunca ha exhibido un especial interés por la retribución. Sólo por el disfrute que le genera la pista y los malabarismos con stick.

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