Marcos rescata un punto (Numancia 1 - 1 Nàstic)

El delantero de Pollença marcó, de penalti, el empate en el descuento. El Nàstic ofreció en Soria una imagen pobre pero se mantuvo vivo hasta el final

19 mayo 2017 21:26 | Actualizado a 22 mayo 2017 12:14
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De penalti y en el último minuto. El Nàstic salvó un punto de Soria en un encuentro en el que los granas no estuvieron finos. La primera media hora fue horrible. Pudieron recibir una goleada. Un cúmulo de despropósitos que acabó con el cambio de Xisco Muñoz por Gal en el minuto 30 de partido. Una de esas sustituciones que desvelan que el partido no iba por el guión previsto.

La segunda mitad pareció otra cosa. Aunque, después de lo visto en los primeros 45 minutos, cualquier mejoría era un salto enorme. El juego ofensivo no mejoró mucho, pero el equipo sufrió menos defensivamente.

El técnico se esperó hasta el 84’ para jugar la carta Marcos De la Espada y volvió a acertar. El balear rescató al equipo en el último minuto. Igual que ante el Albacete. El atacante de Pollença se está especializando en exprimir los últimos suspiros del duelo. Ese tiempo que nadie espera nada. Ayer sirvió para ‘rascar’ un punto que por lo visto en el campo, tuvo un sabor de caviar del caro.

Moreno optó por mantener el triángulo en el medio del campo con Molina, de pivote defensivo, y Rocha y Gal Arel, como sustituto del lesionado Tejera, como interiores. Una apuesta por dar continuidad a un fútbol de posesión. Ayer no dio resultado y el técnico valenciano tuvo que reorganizar a su equipo a la media hora de juego para evitar una escabechina.

El Numancia dominó los primeros minutos por incomparecencia del Nàstic. Fue una de las peores primeras partes del equipo de Vicente Moreno desde que el preparador grana llegó al banquillo tarraconense. Un desastre de principio a fin. Para no salvar a nadie.

No había manera de que los granas controlaran un balón. Dar tres pases seguidos sonaba a quimera. Todo el juego se disputaba en terreno visitante.

Gal tenía una buena oportunidad para dar un paso adelante y hacerse con el puesto. Lo tiró por la borda. Corría sin encontrar su sitio. Llegaba siempre tarde al corte. Tampoco estaba mucho mejor el resto del equipo. Pérdidas, malos controles y errores se fueron concatenando dando al cuadro rojillo todo el protagonismo del juego.

Crecidos y favorecidos por el desacierto visitante, los locales fueron cerrando atrás al Nàstic. Un error defensivo propició la llegada de David Concha que se dejó caer en el área cuando notó un leve contacto. El árbitro no picó.

Más suerte tuvieron los tarraconenses cuando Pablo Valcarce, tras una mala salida de Reina, remató un cuero que se estrelló en el travesaño. Casi sin querer el Numancia tenía el gol en sus botas.

 

Desorganización

En el Nàstic todo hacía aguas. La defensa se mostraba frágil, el medio del campo sobrepasado y la delantera desperdiciaba los escasos balones que le llegaban. La descoordinación en los movimientos dejaba una imagen penosa del conjunto grana.

Tan mal lo estaba viendo el propio Vicente Moreno que a los veinte minutos puso a calentar a Emaná, Rayco y Xisco Muñoz. Al final fue el delantero balear el elegido para sustituir a Gal Arel y regresar al 4-2-3-1, con el doble pivote. El israelí no dio pie con bola y el técnico no dudó en reparar la ‘fuga’ que provocaba en la medular.

El cambio logró frenar el arrebato soriano, pero no sirvió para mejorar el juego del equipo. Lo único bueno, que el marcador se mantenía 0-0.

Con la segunda mitad llegó la primera acción hilvanada del equipo. Se aliaron Xisco Muñoz, Álex y Naranjo para completar un acción que finalizó el mismo Naranjo con un disparo que salió por centímetros . Parecía que el equipo despertaba y amenazaría con más asiduidad la portería de Munir.

El Numancia siguió mandando aunque ya más por convencimiento que por juego.

Con los minutos se añadió la fatiga y el cansancio que iba haciendo más pesados las transiciones. Costaba recuperar para correr hacia atrás. Pese a todo, seguían vivos, porque el Numancia tampoco andaba fino en los metros finales.

 

Golazo de Alegría

La espada de Damocles que pendía sobre la cabeza del Nàstic cayó en el minuto 72. Pablo Valcarce sentó a Bouzón y puso un centro para que Alex Alegría se luciera con un gesto técnico que situó el cuero en la red.

El marcador era lo único que daba esperanza. El fútbol no daba para llegar a los dominios de Munir con peligro, pero la mínima diferencia en el marcador hacía que cualquier acción suelta, una individualidad o un error rival podía dar al Nàstic una oportunidad de rascar algo de Soria. A ello se agarraba el Nàstic para no perderle la cara al partido.

Y así llegó el penalti sobre Marcos en el último minuto de partido. Juanma le agarra y el delantero, como ya hiciera ante el Albacete en el Nou Estadi, provoca la pena máxima. Con los galones que se ha ganado, por mucho que sus detractores se empeñen en negarlo, asumió la responsabilidad. Lo hizo con seguridad. Engañó a Munir y puso una igualada inimaginable cuando Alegría anotó el gol del Numancia.

El Nàstic con mucha suerte pero también con el inconformismo que caracteriza al equipo, salvó un punto en el primero de los dos desplazamientos consecutivos que tenía delante.

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