Whatsapp Diari de Tarragona
Para seguir toda la actualidad desde Tarragona, únete al Diari
Diari
Comercial
Nota Legal
  • Síguenos en:

José Luis Calderón, el presidente del cambio en el Nàstic

Persona brillante, dialogante, muy entendido en fútbol, siempre huyó del populismo, supo rodearse de un grupo de directivos muy válido y tuvo una gran visión de futuro

01 noviembre 2023 13:30 | Actualizado a 01 noviembre 2023 15:07
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Nos ha dejado José Luis Calderón Alejandre (Calatayud, 1926-Tarragona, 2023) ilustre abogado que ejerció como decano de su colegio profesional, pero que en la ciudad siempre será recordado más por su brillante singladura en la presidencia del Gimnàstic.

Llegó al club en la temporada 1963-64 cuando el presidente Josep Maria Roig le nombró vocal de la junta para resolver los temas legales. Dos años después, sin necesidad de elección, fue nombrado presidente, y la primera sabia decisión que tomó fue volver a desdoblar las presidencias del club y la sección de fútbol.

Calderón, nada más tomar el mando del Nàstic, ya comenzó a trabajar con la idea de marchar de la Avinguda de Catalunya inaugurada en 1922 y buscar una nueva ubicación para poder seguir creciendo y ofrecer mayores comodidades a los socios. Era la única forma de supervivencia.

Esta convicción marcaría su línea de trabajo, y después de tres años de discretas gestiones encontraría la posibilidad de hacer su sueño realidad. Calderón apostó por el cambio, por la modernización, y marcó el futuro del club con un nuevo estadio y un complejo polideportivo, que se construyó con mayor pausa de la prevista.

El proyecto empezaría a tomar forma en 1971 en la partida de la Budallera, y como el equipo continuaba (eran ya diecinueve temporadas seguidas) en Tercera División, decidió tomar las riendas de la sección de fútbol para culminar el estreno del Nou Estadi con un ascenso.

Apostó por fichar a Vicente Dauder, un entrenador de un enorme prestigio, a pesar de que cierto sector de la afición no lo aceptara porque el técnico, como portero, fue uno de los culpables del descenso a Segunda en el partido de desempate en Sarrià frente al Alcoià en 1950.

El pasado se olvidó con el ascenso, y Calderón vivió dos temporadas con el equipo en la categoría de plata alcanzando la cifra de 5.000 socios, realizando tres traspasos (Alarcón, Lolín y Lloret), creando el Cros Trofeo Eutiches, doblando el número de anunciantes, y dejando un mínimo déficit de un millón de pesetas.

La sorpresa se produjo el 10 de julio de 1974, cuando, en el transcurso de una tensa asamblea de socios, presentó su dimisión un tanto dolido por las quejas de algunos –pocos– socios molestos porque el campo llevara su nombre sin ningún tipo de consulta previa.

Lo cierto es que fueron un par de directivos quienes tomaron la decisión por su cuenta, y así, en agosto de 1972, en el I Torneo Ciutat de Tarragona, el campo se bautizó con su nombre, hecho muy normal en aquellos tiempos.

Calderón fue un gran presidente, persona brillante, dialogante, muy entendido en fútbol, que siempre huyó del populismo, supo rodearse de un grupo de directivos muy válidos, y tuvo una gran visión de futuro.

Descanse en paz el presidente que marcó con decisión el devenir de la entidad.

Comentarios
Multimedia Diari