El Nàstic y Gerard Oliva han iniciado las conversaciones para la renovación del futbolista, cuyo contrato finaliza el próximo 30 de junio. Antes de que la pandemia del coronavirus provocase el cese total de las actividades deportivas, el club grana le hizo llegar una primera propuesta al delantero de Riudecanyes. Una oferta que aunque no satisfizo del todo al futbolista sí indicó la voluntad de la entidad de mantener al ‘9’ en el equipo.
El jugador también está por la labor de prolongar su contrato con el Nàstic y seguir en casa después de doce años trotando por España (Segunda y Segunda B), Italia (Campionato Primavera), Austria (Bundesliga austríaca) y Polonia (Ekstraklasa). Desde que se marchó del Juvenil del Reus en 2008 para enrolarse en el CD Logroñés e iniciar su periplo por Catania, Numancia, Atlético B, Huesca, Ried, Murcia, Compostera, L’Hospitalet, Badalona, Atlético Baleares, UCAM Murcia y Cracovia.
Oliva ya tenía la intención de echar raíces en Tarragona cuando firmó en verano pasado por el club grana. El acuerdo fue de un año. El atacante llegaba al Nou Estadi en la fase final de recuperación de una rotura de ligamentos en la rodilla que se produjo en un partido de la Eklastraklasa polaca. Antes de firmar el contrato, el futbolista de 30 años tuvo que convencer a la parcela deportiva de que estaba recuperado y podía ser un jugador útil. Lo hizo en esas semanas de entrenamiento con el equipo durante la pretemporada y lo ha hecho en el césped cuando dejó atrás las molestias en la rodilla.
Por necesidades del equipo, el delantero de Riudecanyes forzó la máquina apareciendo en la tercera jornada de liga ante el Andorra. Un esfuerzo que le obligó a parar durante doce semanas más. Hasta que frente al Atlético Levante pudo disputar los últimos cinco minutos de partido. Otros 15 más frente al Hércules le valieron para alzarse con la titularidad que ha mantenido en los diez partidos disputados en el 2020. Estadísticamente su bagaje ofensivo ha sido de tres goles. Una cifra menor para un futbolista autoexigente que se impone una meta superior a los diez goles por curso. Pero su rendimiento no se ha limitado a las anotaciones. Su labor colectiva, descolgando balones, presionando de manera incansable y generando todo tipo de espacios, han dado argumentos suficientes para que el club avale su continuidad.
Interrupció por el Covid-19
La pandemia y el ERTE aplicado por el club grana han dejado interrumpidas muchas de las negociaciones que tenían abiertas. Como la de Oliva. Y es que aunque el futbolista tenga muchas ganas de seguir en Tarragona quiere una mejora de las condiciones. Entendió que por su lesión el club le ofreciera una cantidad en verano, pero superada esa fase y demostrado su rendimiento sobre el campo cree que la oferta debería ser superior. Como mínimo similar a las que ha recibido de otros equipos de Segunda B interesados en sus servicios.
El teléfono del agente de Oliva ha sonado preguntando por el de Riudecanyes. La respuesta ha sido la misma para todos. El jugador oirá la propuesta aunque la prioridad es seguir en el Nàstic.