Recital de solvencia (Huracán 1 - 2 CF Reus)

Un cabezazo espléndido de Fernando y un penalti transformado por Colorado dieron al CF Reus otro triunfo sufrido y repleto de oficio. El Huracán Valencia apretó pero los rojinegros conservaron la renta y ahora son más líderes

19 mayo 2017 20:58 | Actualizado a 24 diciembre 2019 21:00
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Con otro tratado de oficio y un recital en eficacia ofensiva, el CFReus logró un trabajado triunfo a domicilio, despachando a un Huracán Valencia correoso y peleón que claudicó ante la fiabilidad impecable del conjunto rojinegro. Ayer valió con un zarpazo en cada parte. Un sublime cabezazo de Fernando, tras un centro preciso de Vitor, sirvió para adelantar al equipo. Tras el descanso, Colorado, con toda la calma del mundo, transformó un penalti en el 0-2. A partir de ahí, el Huracán apretó pero los de Natxo González, una vez más, bajaron al barro para amarrar un triunfo poco lucido pero vital para seguir en lo alto. De hecho, el equipo es ahora más líder, tras el empate del Villarreal, segundo, al que le saca ya tres puntos.

El CF Reus completó una primera parte de entrega, sin brillantez pero con mucha solvencia, como acostumbra en las últimas semanas. Los primeros minutos fueron de tanteo, de mucho balón aéreo y juego en el centro del campo, con poca incisión por ninguno de los dos lados. Aunque casi por jerarquía, en ese equilibrio de los Natxo González parecían manejar a su antojo el ritmo del encuentro, aun cediendo terreno a veces a su rival. Los rojinegros volvieron a exhibir su tremenda solidez atrás y una confianza ciega en encomendarse a la lucidez puntual arriba. Esta vez la inspiración llegó cerca de la media hora, cuando Vitor, desde la izquierda, se sacó de la chistera un prodigidoso centro con rosca, milimetrado, que salvó la defensa y fue a la testa de Fernando. El punto conectó el cuero de forma magistral y lo mandó al segundo palo, lejos del alcance del meta Paco. Fue una jugada de escuadra y cartabón y diseño impecable, que ponía al CF Reus por delante sin haber hecho demasiado. Los rojinegros, convertidos en conservadores de rentas mínimas, no avasallaron hasta el descanso a su rival. Mientras, el Huracán Valencia lo intentaba con centros desde ambos lados. Edgar Badia, muy acertado, sacó bajo palos un remate de cabeza, aunque la jugada ya había sido invalidada. Daba la sensación de que los visitantes, con poco, hacían mucho daño. Colorado probó un centro que a punto estuvo de rematar Fernando, ayer la referencia en ataque. En la recta final del primer tiempo, una conexión entre Alberto Benito y Óscar Rico también llevó peligro a la meta valenciana, aunque sin trascendencia en el marcador. El primer tiempo acabó con esa escasa renta (0-1), un valioso legado que los de Natxo González, como otras veces, saben gestionar.

Pero en la reanudación vendrían curvas. El Huracán puso las ganas en el inicio, llevando la batuta. Aridai lo probó con un disparo que blocó bien Badia. En la réplica, Ramon Folch, desde lejos, chutó demasiado alto. Las cosas pintaron bien cuando el árbitor señaló un dudoso penalti por una caída de Óscar Rico en una internada del área. Álex Colorado, con temple y parsimonia, marcó el 0-2 colando el baló por el centro de la portería. Sólo dos minutos después, acaso para compensar la decisión errónea anterior, el colegiado decretó un nuevo penalti inexistente por un agarrón de Jesús Olmo sobre Cubillas. Jandro, exjugador del Nàstic, transformó la pena máxima con un lanzamiento por alto que superó a Edgar Badia.

Con la distancia recortada, el CF Reus apeló más que nunca a su resistencia. Se replegó ante un Huracán revitalizado que gozó entonces de sus mejores minutos. El control, sin embargo, se volvió a diluir, y entonces los rojinegros echaron mano de Óscar Rico, todo un estilete por la derecha. Dos centros milimétricos a la cabeza de Edgar Hernández, que había entrado sustituyendo a Fernando, los repelió primero el portero y luego un defensa.

El Huracán lo intentó con un disparo que se fue rozando el palo, mientras el duelo se había convertido ya en un intercambio de golpes que a los de la capital del Baix Camp les convenía muy poco. Una falta de Jandro y una incursión de Aridai por la izquierda, bien abortada por Badia, llevaron el peligro al área reusense. Sin embargo, los de Natxo González no renunciaban a la sentencia. Colorado, de falta, rozó el gol. La situación se destensó con la expulsión de Soria por doble amarilla. El Huracán se quedó con diez. Edgar Hernández no aprovechó un pase en profundidad. Primero el portero detuvo su disparo. En un segundo intento, cruzó demasiado el cuero, que se fue fregando la base del poste, en la ocasión más clara de los rojinegros en todo el partido, más allá de los goles. De ahí hasta el final gobernó el Reus sin demasiados apuros, gracias a dormir el partido y bajarlo de revoluciones con su control en el centro del campo. La victoria fue otra vez padecida y sobria, como manda la categoría, plagada de campos difíciles. El botín de Valencia son tres puntos y un liderato reforzado.

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