El Barça baila sobre las brasas y conquista el Palau d’Esports de Reus (3-6)

No resulta nada sencillo para ningún equipo tener que medirse en menos de 72 horas a dos de los mejores plantillas de todo el mundo. El calendario le había dejado al Reus Deportiu dos regalos envenenados. Dos oportunidades para reivindicarse, pero que también presentaban el riesgo de la derrota y el sufrimiento. En Champions se cayó el pasado jueves en Lisboa ante el Benfica (4-2), mientras que ayer fue turno para perder en el Clásico del hockey nacional frente al FC Barcelona (3-6). Un inicio idéntico con gol de Casas, pero con desenlace calcado. Los azulgranas fueron un equipo repleto de personalidad, firmeza y casta de campeón. De esos a los que el contexto nunca les altera su hoja de ruta. Les da igual ir por delante o por detrás en el marcador, tienen clara la meta y lo que deben hacer para llegar a ella. Superaron al Reus en un partido bonito, abierto y que se llevó tras un apasionante intercambio de golpes.

Raúl Marín recibió el mejor homenaje posible en el inicio del encuentro. Fue gracias a uno de esos jugadores que comparten con él su relación con el gol. Depredadores del área que necesitan marcar para ser felices. Martí Casas apareció en el segundo palo para aprovechar una asistencia de Sergi Aragonès. No falló el delantero rojinegro que comienza a entonarse tras un inicio de temporada por debajo de las expectativas. Suma ya nueve goles en la OK Liga, cifras alejadas a las de la temporada pasada, pero que caminan sobre el progreso. El atacante catalán tardó poco en abrir el marcador en el Da Luz en la Champions y menos todavía para hacerlo en el Clásico, en concreto, solo tres minutos.

El Palau d’Esports de Reus vibraba tras un inicio de partido repleto de intercambio de golpes. Un partido de corazón y no de pizarra. De esos que gustan a aficionados, pero no a entrenadores. Oruste tuvo el segundo casi al instante de haber marcado el primero, pero no llegó. En ese contexto de aguas abiertas, el conjunto azulgrana nadó con fuerza. Una rápida triangulación de los culés fue ejecutada de manera mortífera por Xavi Barroso. El azulgrana tiró de paciencia y talento para con la cintura amagar y encontrar la grieta en el mano a mano ante Càndid Ballart.

Ambos equipos firmaron un inicio de encuentro trepidante. Salieron con las ideas claras, sin especular y ambos recibieron un premio tempranero. Diego Rojas imperó en el Clásico con dos ocasiones de gol cuando se acercaba el cuarto de hora de partido. Tuvo dos ocasiones muy claras el chileno. En la primera se encontró con Grau en el mano a mano, en la segunda con el palo tras un tremendo latigazo. El 1-1 seguía vigente, pero el Reus estaba compitiendo de tú a tú contra el Barça y eso ya era motivo suficiente como para sonreír y confiar.

Los minutos pasaban y el encuentro seguía dibujando el mismo contexto de partido. Ataques rápidos, transiciones frenéticas y jugadas poco maduradas en ambos lados de la pista. Alto voltaje absoluto para un Palau d’Esports que disfrutaba a la par que arropaba y empujaba a los suyos. El Reus seguía teniendo ocasiones claras en esa tesitura, Aragonés tuvo un mano a mano a poco más de ocho minutos para el descanso, pero no picó la bola y Grau se mantuvo firme y paró con los pies. Una similar tuvo Casas que en otro mano a mano dibujó un remate de película tras elevación y en el que Grau volvió a ser impenetrable, haciéndose grande y rechazando el disparo. El Reus seguía latiendo con fuerza. Sintiéndose cómodo en ese partido de intensidad y frenesí.

Sin embargo, el FC Barcelona castigó uno de los pocos despistes en campo propio del Reus en la primera mitad. Faltaban poco más de tres minutos para el descanso, cuando los azulgranas sacaron una falta rápida que Bargalló remató con picardía a una mano en boca de gol. Rodrigues para Bargalló, una pareja que castiga de memoria. El 1-2 era doloroso porque el Reus no merecía tanto castigo porque había propuesto más, pero ejecutado menos.

El Reus pudo empatar antes del descanso, pero se encontró primero con un palo de Julià y un tiro arriba en boca de gol de Rojas tras pase de Casas en el último suspiro. Doloroso 1-2, pero había motivos para creer en la remontada.

La segunda mitad comenzó con el mismo guion. Poco control, ida y vuelta constante. Hubo ocasiones para ambos equipos, siendo la más clara para Alabart que se topó con el palo con el 32’. El Reus también había rozado el empate, pero Grau de momento no concedía sonrisas.

El palo salvó al Reus en una ocasión, también en una segunda tras un remate de Llorca, pero Bargalló aprovechó el rechace para superar a Ballart y poner el 1-3. Aquel gol afectó en lo moral a un conjunto rojinegro que no había digerido el tercero cuando se encontró con el cuarto. Esta vez fue Alabart el que con un cañonazo superó a Ballart.

Una azul a Llorca un par de minutos después le dio al Reus la opción al Reus de recortar distancias. Julià ejecutó la directa, pero Grau fue ganador. Una vez más. Eso sí, no pudo frenar un trallazo de Canal que ponía el 2-4 y le daba vida al partido. Había esperanza. Panadero la rompió toda tras un gran pase de Bargalló. El 2-5 era el final para un Reus que encajó también el sexto por medio de Rodrigues (2-6). Aragonés marcó el del honor. El 3-6 fue mucho castigo.

FICHA TÉCNICA

REUS DEPORTIU. Ballart, Aragonés, Oruste, Julià y Casas -quinteto inicial- Salvat, Rojas, Canal, Gelmà y VIña.

FC BARCELONA. Grau, Alabart, Bargalló, Barroso y Rodrigues -quinteto inicial- Fernández, Panadero, Grau, Llorca y Cervera.

GOLES. 1-0, Casas (3’). 1-1, Barroso (4’). 1-2, Bargalló (23’). 1-3, Bargalló (33’). 1-4, Alabart (36’). 2-4, Canal (38’). 2-5, Panadero (42’). 2-6, Rodrigues (47’). 3-6, Aragonés (50’).

ÁRBITRO. Rubén Fernández y Daniel Villar.