Surcando el arte africano

Arte, cultura y tradición africanas son el punto de partida de la exposición Onye Obia: l’home vermell a l’Àfrica’ que muestra un centenar de piezas. Todas ellas tienen en común una calidad y riqueza excepcionales, además de ser un testimonio de las relaciones entre los europeos y los africanos a través del mar.

Jesús Arjona Muñoz (@artesinautor), coleccionista, promotor y comisario de arte tribal africano conocido en el Camp de Tarragona, hace referencia a que Onye Obia significa colono o extranjero en lengua Igbo (Nigeria), y la referencia a ‘el hombe rojo’ procede de cuando «algunos pueblos de la costa como Ghana o Costa de Marfil representaban a los occidentales lo hacían con la piel roja». Si bien, él mismo aclara que, aunque no existe ninguna referencia escrita sobre el porqué de esta representación, «hay teorías que apuntan que cuando los occidentales llegaron a África lo hacían después de muchos días de travesía y probablemente tendrían la piel roja».

El mar

¿Realmente el mar enriqueció a todos los pueblos de la misma manera?, ¿Qué papel tuvo? y ¿Cuáles fueron las consecuencias de la colonización? A estas y otras preguntas quiere dar respuesta la exposición, además de explicar algunas de las repercusiones que tuvieron los occidentales dentro del mundo material y artístico del continente africano. «Además de encontrar una explicación de cómo y porqué se producen estas influencias, los visitantes hallarán una representación de obras de los pueblos que tocan al mar o vías fluviales, desde Nigeria hasta Costa de Marfil, sin olvidar pueblos como los Akan o los Yoruba», explica Jesús Arjona.

En total, la exposición se divide en once ámbitos temáticos: el mar en el arte tribal; el hombre blanco en el arte tribal; la moneda en el África tribal; África en el arte occidental del siglo XX; los Yoruba; los bronces de Benin; los Akan; los Ewe, Adan y Fon; las banderas Asafo; las máscaras de la costa nigeriana; y por último los animales marinos.

«La influencia del mar en el arte africano viene dada por varios aspectos, ya sea desde el punto de vista material, con objetos en los que se representa algún animal, así como la influencia occidental, a través del mar, y los cambios en el continente africano que afectan al estilo artístico, con esculturas que incorporan gorros y zapatillas, o el uso de materiales como pinturas acrílicas, tejidos, plástico…», destaca el coleccionista.

En cuanto a las características de las piezas, principalmente se exhiben esculturas, y también algunas máscaras, en madera, mientras que en el caso de las monedas los materiales predominantes son el bronce y el hierro; también hay obras de cerámica y algunos tejidos. «Todas ellas proceden de mediados y finales del siglo XIX, no obstante, en la exposición se presenta alguna obra del siglo XVI, pero que es excepcional», detalla Jesús Arjona. La muestra reúne en su mayoría obras de la colección de Jesús Arjona y diferentes colecciones particulares del territorio, pero tienen procedencias tan significativas como la galería Raquel Montagut, la galería Àfrica Negra, la galería David Serra, y de las antiguas colecciones Laureano Sánchez, Peter Loebarth, Ramon Ferrer o Wilfred Glar. «Las obras que se exhiben son piezas de gran valor por su representación histórica y artística, además del hecho de pertenecer a grandes colecciones europeas», destaca el comisario de la muestra. Así, es posible admirar –explica el coleccionista– obras de los Yoruba de Nigeria, como una máscara ‘Egungun Agobori’ o una máscara ‘Gelede’; un conjunto de obras de Ewe de Ghana; además de piezas de los pueblos Akan de Ghana, de las que destaca, por ejemplo, una bandera Asafo de los Fante de Ghana.

Buscando respuestas

Desde la infancia Jesús Arjona colecciona obras de arte y siempre se ha preguntado cómo es posible que no existan autores de arte africano tradicional o tribal reconocidos. «Es muy difícil encontrar un autor africano tradicional, por ello me dediqué a ver cuáles podía hallar, y ahora tengo una importante colección de obras de artistas reconocidos», afirma el coleccionista.

La dificultad, sigue explicando, «se debe a que durante la colonización del continente africano se produjo una expoliación de objetos, que son considerados trofeos, por lo que no importaba para qué servían o quién era su autor». De ahí que la concepción actual de arte, según el coleccionista, «no considere al arte africano como tal, es decir, un objeto que se presenta a un público». En cambio, «el objeto africano, más allá de su belleza, tiene una finalidad en el pueblo», resalta Jesús Arjona.

No es la primera vez que en la provincia se reúne una colección tan importante de arte africano. Al respecto, el coleccionista recuerda que es su sexta muestra y que «la primera vez que expuse fue en el Tinglado en 2017, donde se reunieron unas 350 piezas», si bien alaba que «en Onye Obia: l’home vermell a l’Àfrica, a nivel de procedencia de las piezas, es la primera vez se presentan juntas obras de tanto nivel».

Dado este valor, el coleccionista ensalza la importancia de que «desde la administración pública se hable de otras culturas, para identificarlas e integrarlas en el mundo globalizado» y destaca la necesidad de que «en los actos, agendas y calles se desarrollen eventos culturales que sean multiculturales e interculturales, para dar a conocer la visión del mundo en el que vivimos».

Por ello, Jesús Arjona espera que el público que visite la exposición del Museu de la Mar de l’Ebre tome consciencia de «cómo occidente pudo llegar a influir en la tradición y la cultura del arte africano, además de ser conocedor de cómo de variado puede ser el arte tradicional africano partiendo de un país o un pueblo como los Yoruba, donde la riqueza no se basa en algo material, sino en lo cultural».