Identifican el primero de los 250 cadáveres de la Guerra Civil hallados en fosas de Miravet y El Soleràs

En el yacimiento de la comarca de Les Garrigues se ha identificado a un soldado y hay otros cuatro que podrían confirmarse en los próximos días. Esta semana se cumple el 80 aniversario de la Batalla de l'Ebre. El president Quim Torra y la consellera de Justícia han celebrado un acto de conmemoración en la Església Vella de Corbera d'Ebre.

21 julio 2018 18:18 | Actualizado a 23 julio 2018 17:11
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Los restos de una persona encontrada en la fosa de Soleràs (en la comarca de Les Garrigues) podrían enterrarse con los suyos en breve. Se trata de un hombre de unos 60 años que falleció por la explosión de un obús durante la Guerra Civil.

Este cadáver sería el primero recuperado de las fosas de la Guerra Civil que ha dado positivo en el Programa de Identificación Genética de la Generalitat, puesto en marcha desde el 2016. El programa cruza los datos genéticos de los restos óseos hallados en fosas con las de familiares vivos que han participado y han cedido su perfil genético al Banco de ADN.

Hay cuatro individuos más recuperados en la fosa del Soleràs que podrían ser identificados en breve. Se trata de un soldado republicano de 32 años, de Maldà (Urgell), con una pierna amputada, un soldado del bando nacional de Burgos y dos civiles muertos en el bombardeo de esta localidad de Les Garrigues en la Nochebuena de 1938. "Vamos tarde. Cada día quedan menos víctimas y menos testimonios, pero estamos pisando el acelerador", ha assegurado Ester Capella, consellera de Justícia de la Generalitat.

En un año, desde la puesta en marcha del Plan de Fosas, se han recuperado en Catalunya cuatro veces más restos de soldados y civiles desaparecidos que en las cuatro décadas que han pasado desde la Transición.

De la cuarentena de fosas que se han abierto, sólo en Miravet (Ribera d'Ebre) y el Soleràs han recuperado 261 cadáveres, sobre todo de soldados republicanos, pero también de soldados del bando nacional y civiles. Se trata de las dos fosas más grandes excavadas hasta ahora en el país.

En el Laboratorio de Análisis Antropológicas de la UAB un grupo de cuatro antropólogas, coordinadas por la profesora Eulalia Subirà, se encargan de identificar y documentar los datos físicos y biológicos de los restos recuperados y de las muestras de los familiares del Banco de ADN, que se envían a los laboratorios de extracción de ADN de este centro universitario, de la Universidad Complutense de Madrid y de la Universidad Pompeu Fabra.

"El objetivo de nuestro trabajo es poder volver los restos a las familias que están buscando a los desaparecidos", comenta Nuria Montes, una de las investigadoras. "Esta es la parte más importante del trabajo que desarrollamos este equipo", añadió.

En un año se han recuperado en Catalunya cuatro veces más restos de soldados y civiles desaparecidos que en los 40 años previos desde la Transición.

Las pruebas genéticas se han hecho a 1.265 familiares, a pesar de que el censo de personas desaparecidas ya cuenta con 5.459 casos inscritos hasta este julio.

Todos los familiares del censo de personas desaparecidas han sido informados de las pruebas genéticas y están invitados a ponerse en contacto con el Hospital Vall d'Hebron para hacer las pruebas, que son gratuitas. En cuanto a las pruebas genéticas de los restos, actualmente hay datos de 61 individuos exhumados.

Los primeros identificados

Montes, responsable del análisis de los restos procedentes de la fosa del Soleràs, explica que entre los 166 individuos localizados en esta población, se han encontrado esqueletos que presentan muchas coincidencias con hombres desaparecidos durante la Guerra Civil. Uno de ellos ya ha dado positivo.

Se trata de Leandro Preixens Torebadella, un hombre de más de 60 años que se ha localizado en una de las fosas donde había población civil y que presenta varias fracturas perimortem (causadas alrededor del momento de la muerte), metralla incrustada en el cráneo y en las costillas.

La hipótesis que se maneja es que podría ser un abuelo de una familia de la zona -actualmente residentes en Juneda- y que perdió la vida cuando cayó un obús, el 25 de diciembre de 1938, cerca de Granyena de les Garrigues . Curiosamente, Leandro había sobrevivido a la Guerra de Cuba.

Andrea Fernández es la antropóloga responsable de analizar los restos óseos procedentes de las fosas de Pernafeites de Miravet. En la Ribera d'Ebre se conoce que se enterró a mucha población civil que perdió la vida después de los bombardeos que se produjeron en la zona pero también que a pocos kilómetros del pueblo, estaba ubicado el hospital de campaña de la 43ª División Republicana que velaba por la defensa de la línea de frente en este punto.

Entre los individuos desenterrados, también se ha localizado el esqueleto de un joven de entre 14 y 16 años con un impacto en el coxis y restos de metralla en la zona del abdomen. Según apunta Sergi González, director de esta excavación, a falta de las comprobaciones genéticas, en este yacimiento se ha encontrado algún menor de 20 años pero la mayoría de personas exhumadas en Miravet tendrían más de 25 años.

Desde el laboratorio señalan que, como el estado de conservación de la mayoría de cuerpos es "muy buena", se está pudiendo determinar la edad y el sexo del 98% de los individuos analizados.

Con todo, el proceso es lento porque hay que medir los huesos, hacer un estudio macroscópico de las patologías que presenta casa caso y documentarlo fotográficamente. "Necesitamos una semana entera para poder llevar a cabo el análisis completo de un individuo", afirma la antropóloga. Se prevé que el proceso de revisión de todos los restos de Miravet y El Soleràs acabará el mes de diciembre de 2018.

Las dos fosas más grandes abiertas hasta ahora

La fosa del Soleràs estaba subdividida en ocho fosas diferentes dentro del recinto del antiguo cementerio del pueblo, abandonado a principios del siglo XX.

La mayoría de las 155 exhumaciones corresponden a soldados republicanos que murieron en un hospital de campaña instalado en el pueblo. También se han encontrado 25 soldados del bando nacional y algunos civiles. Gracias a testimonios orales, se sabe que el hospital estaba en un edificio cercano a la fosa y que los mismos vecinos se hacían cargo del traslado de los soldados muertos en el cementerio viejo. El traslado se hacía de noche con un carro tirado por una mula. Las víctimas estaban vertidas desde el carro.

El Soleràs es un pueblo ubicado a medio camino entre el frente del Ebro y el frente sur del Segre. Fue un punto logístico entre los meses de julio y diciembre de 1938, período en el que se instalan varios puntos sanitarios de atención a los soldados heridos del bando republicano. Sin embargo, en enero de 1939 la zona cae en manos del ejército nacional, que aprovecha el mismo espacio para enterrar a sus soldados muertos en la Batalla de Les Garrigues.

Los arqueólogos han exhumado los restos de 155 individuos del Soleràs y 106 en Miravet

Por otra parte, en el yacimiento de Miravet, conocida como la Fosa de Pernafeites, había 51 fosas con restos de 106 personas, muchos soldados republicanos muertos durante la Batalla del Ebro. La mayor parte de los soldados correspondían a la 43ª División del ejército republicano, aunque también había hombres del 11ª División, conocida como la División Lister, caídos durante la defensa de la Sierra de Cavalls.

La búsqueda de los descendientes

"Sabía que mi abuela y mi madre, aquí -en la fosa del Soleràs-, llevaban flores", apuntó José María Ruestes, vecino de Juneda y nieto de Leandro Preixens. Ruestes decidió iniciar todos los trámites para compartir su ADN y poder compararlo con los despojos que pudieran aparecer cuando se abriera la fosa. Otro familiar también ha hecho ahora una donación para poder estrechar aún más las coincidencias genéticas. Ahora el abuelo materno del Josep Maria podrá ser enterrado con su mujer y su hija, y con otra hija de su mujer, que rehacer la vida. "Murió en un bombardeo en Granyena cuando hacía un refugio", había oído contar a su nieto. "La onda expansiva de un obús el estropeó, pobre", detalló.

Los testimonios orales

Para localizar las fosas, un trabajo que ha asumido la Universidad Rovira i Virgili (URV), también han sido claves los pocos testimonios orales que quedan. En Miravet, a partir de una de estas historias vivas, se buscó la fosa cerca de "la caseta de l'Eusebi", donde se sabía que se estableció el hospital de campaña de la 43ª División Republicana. "Allí hacían el triaje de los heridos. Los leves eran evacuados en la retaguardia, pero también hacían intervenciones quirúrgicas", relató Sergi González, el jefe de la excavación de Miravet.

De pistas, también se encuentran dentro de las fosas, en forma de objetos personales o de higiene. En Miravet, los arqueólogos han recuperado una anillo, con la cruz y el martillo comunista grabados en rojo, y dos iniciales. Una es claramente una "A" y la otra podría se duda si podría ser una "R" o una "B". Este tipo de anillo los llevaban los comisarios políticos del bando republicano.

Con estas pistas, se iniciará un rastreo para tratar de identificar si alguno de aquellos jefes del frente republicano está entre las víctimas de la fosa de Miravet o si, simplemente, alguien de los enterrados allí se le habría podido apropiarse.

Como ha apuntado González, se hará una investigación documental para encontrar los nombres de los comisarios políticos de la 11ª, 43ª, y 46ª Divisiones del Ejército Popular de la República. "Son las que tenemos constancia que pasaron por allí y sabiendo los nombres podemos tratar de tirar del hilo", dijo el director de la excavación.

En las fosas de Miravet también han aparecido otros objetos como botones, encendedores, peines de pelo, una cuchara, un cinturón, una pluma, minas de lápiz y algunos anillos de boda. Ninguna conserva la inscripción.

Mucho trabajo por hacer

Los arqueólogos han exhumado los restos de 155 individuos del Soleràs y 106 en Miravet. Son las dos fosas excavadas más grandes hasta ahora. De localizadas hay 505 y se han abierto 38 hasta mayo de 2018.

De éstas, 14 se han abierto a partir del verano de 2017, cuando se desplegó el Plan de Fosas, se han hecho 281 exhumaciones. Esto significa que más de una tercera parte de las excavaciones de los últimos 19 años se han hecho en un año. Entre 1999 y 2018 se habían hecho 339 exhumaciones. Se calcula que en Catalunya hay alrededor de 20.000 personas enterradas en fosas.

Los datos se han dado a conocer durante el acto de conmemoración del 80 aniversario de la Batalla del Ebro, que ha contado con la presencia del president de la Generalitat, Joaquim Torra, la consellera de Justícia, Ester Capella, y el alcalde de Corbera d'Ebre, Antoni Álvarez. El acto, que ha contado con la presencia de testigos de la Batalla de l'Ebre, se ha celebrado en la Església Vella de Sant Pere, en la zona del Poble Vell.

"Con sólo un año, hemos multiplicado por cuatro el número de personas desenterradas desde la Transición. Estamos en deuda con estas personas. Las tenemos que recuperar, dignificar y recordar. Lo tenemos que hacer para coser las heridas colectivas y cerrar el su duelo ", ha defendido Capella.

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