Los graves accidentes mortales que han ocurrido en los últimos meses en la carretera N-340 a su paso por las Terres de l’Ebre ha llevado a los ayuntamientos, ciudadanos y entidades a convocar manifestaciones semanales para exigir la gratuidad de la AP-7 hasta la construcción de la futura autovía A-7, que tiene que sustituir a la actual N-340.
Precisamente, el aumento de la siniestralidad hizo que el Servei Català de Trànsit pusiera en marcha, durante determinados días de la semana, un dispositivo especial que consiste en la colocación de conos a lo largo de unos 14 kilómetros, entre L’Ametlla de Mar y El Perelló, para evitar adelantamientos y giros a la izquierda. El conseller de Interior, Jordi Jané, recalca que «no es la solución, es una medida provisional, y como tal no se puede alargar mucho en el tiempo». Dicha medida, que causó incluso el rechazo de los alcaldes de la zona al considerar peligrosos los conos, «ha demostrado que desde que se instalaron no ha habido tantos accidentes mortales».
Pero, ¿ hasta cuándo persistirán los conos? Jané no quiere dar un plazo, aunque espera que no sea muy largo. Tiene claro que seguirán mientras no exista un acuerdo para que los vehículos pesados sean desviados hacia la autopista con una bonificación, «si no existe este descuento, no prohibiremos el paso de camiones por la N-340, subraya el responsable de Interior al Diari. Añade que actualmente se está en negociaciones con el Ministerio de Fomento sobre esta bonificación y espera que próximamente se llegue a un acuerdo: «Necesitamos que el Estado se comprometa con las bonificaciones de la autopista, igual que ha hecho con Girona». Pero este acuerdo no sólo afectaría al paso de la AP-7 por las Terres de l’Ebre, sino también al tramo desde Altafulla hasta Vilafranca del Penedès, donde la N-340 no tiene ninguna autovía como alternativa, «y aquí también estamos sufriendo accidentes». El último grave se produjo el jueves por la mañana en L’Arboç, cuando un camión chocó con un turismo y posteriormente se vio implicado un segundo vehículo pesado.
Una de las tesis que avalaría la necesidad de sacar a los camiones de la N-340 en Terres de l’Ebre sería su elevada afluencia en dicha vía. «Hemos detectado que, porcentualmente, la N-340 tiene muchos más camiones que una carretera normal», apunta el conseller de Interior. Así, si lo habitual es que los vehículos pesados constituyan entre un ocho y un diez por ciento del total del tráfico, en la N-340 el porcentaje se eleva hasta el 32,4 por ciento.
Este aumento de camiones en la N-340 se ha agravado con la entrada en funcionamiento del último tramo de la autovía A-7, entre L’Hospitalet de l’Infant y la zona de L’Almadrava (L’Ametlla de Mar). Jordi Jané lo justifica en el sentido de que antes, cuando la A-7 terminaba en l’Hospitalet de l’Infant, los conductores salían de la autovía y cogían la AP-7. Ahora no; acaba la A-7 y tienen que seguir obligatoriamente por la N-340.
Tras el incremento de los accidentes graves en los últimos meses en la N-340 a su paso por las Terres de l’Ebre, desde el Departament d’Interior se dieron instrucciones a los Mossos d’Esquadra de incrementar la presencia en dicha vía. En este sentido, Jané apunta que ha aumentado un 86 por ciento el patrullaje: «Hasta el pasado mes de septiembre se han invertido 4.688 horas, frente a las 2.512 del año pasado». Sobre este patrullaje, el responsable de Interior asegura que sólo la presencia policial «ya atempera la conducta de los conductores».
Jané también daba un tirón de orejas a los responsables de Fomento, cuando hace unas semanas, con la inauguración de un tramo en Granada, apuntaban que así la autovía A-7 estaba «terminada».
