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Andrea Carreras-Candi

Andrea Carreras-Candi

 Directora general de EFPA España

Vacaciones sin estrés financiero

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El verano es sinónimo de sol, descanso y, para muchos, viajes soñados. Pero también puede convertirse en la antesala de un otoño complicado si las vacaciones se viven por encima de las posibilidades económicas. Según varios estudios, más del 30% de los españoles afirman gastar más de lo previsto durante el verano, lo que provoca tensiones financieras en los meses posteriores. La pregunta es clara: ¿cómo disfrutar sin que la cuenta bancaria se resienta y el estrés regrese en septiembre? La respuesta está en una palabra: planificación.

Las vacaciones, ese gasto "invisible" que siempre se dispara: A diferencia de otros gastos fijos del año, las vacaciones muchas veces se tratan como un capricho puntual, lo que lleva a decisiones impulsivas: vuelos caros comprados a última hora, hoteles sin comparar precios o comidas diarias fuera que duplican el presupuesto. Además, se tiende a usar tarjetas de crédito sin control, acumulando deuda que se arrastra durante meses.

Planificar no es limitar, es elegir con inteligencia: Una buena planificación financiera no significa recortar todo lo divertido, sino priorizar. Aquí algunas estrategias clave para romper el ciclo de "vacaciones hoy, estrés mañana".

1. Fijar un presupuesto antes de soñar con destinos: Antes de reservar nada, define cuánto puedes permitirte gastar en total: viaje, alojamiento, comida, ocio, imprevistos. Esta cifra es tu guía. No se trata de ajustarse al viaje, sino de ajustar el viaje a ti.

2. Ahorra con antelación: Idealmente, las vacaciones deberían planearse con meses de antelación. Un sistema simple como apartar una pequeña cantidad mensual en una “cuenta verano” puede ayudarte a reunir el dinero sin notarlo.

3. Evita financiar el descanso con deuda: Pagar unas vacaciones a plazos, salvo contadas excepciones, suele ser mala idea. El interés emocional de descansar ahora no compensa el interés financiero que pagarás después.

4. Compara, busca ofertas y sé flexible: Reservar con antelación, viajar en días menos populares o usar comparadores de precios puede reducir el coste del viaje sin afectar la calidad. Flexibilidad es sinónimo de ahorro.

5. Incluye un “colchón de regreso”: Deja una parte del presupuesto sin gastar. Servirá para cubrir gastos del regreso (material escolar, transporte, imprevistos laborales) y evitará que empieces septiembre con el agua al cuello.

Descansar de verdad es no preocuparse después: Muchas personas disfrutan del verano pero vuelven arrastrando un peso doble: el del regreso laboral y el de una economía doméstica desequilibrada. Eso genera ansiedad, sensación de culpa y, en casos extremos, incluso conflictos familiares.

Planificar las vacaciones con inteligencia financiera no solo mejora tu descanso, sino que refuerza tu tranquilidad futura. Porque no hay placer que justifique empezar septiembre temiendo abrir la app del banco.

En definitiva, las mejores vacaciones no son necesariamente las más caras, sino las que no dejan resaca económica. Organízate, ahorra, prioriza. El verdadero lujo es volver de vacaciones sin facturas pendientes ni remordimientos.

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