Aplicaciones al alcance de todos

Jordi Bondia creó, con 20 años y el apoyo de un profesor, una plataforma para que las pymes puedan diseñar su propia aplicación móvil

23 octubre 2017 18:46 | Actualizado a 23 octubre 2017 18:56
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Jordi Bondia (1996) detectó, con sólo veinte años y cursando el grado superior de Gestión de Ventas y Espacios Comerciales, que el mercado de las aplicaciones móviles no dejaba de crecer y de convertirse, a una velocidad de vértigo, en una necesidad para las empresas que quisieran ofrecer un mejor servicio a sus clientes y recibir feedback de forma más cómoda y eficaz.

Pero hacer una aplicación no estaba al alcance de cualquiera, y menos para las pequeñas y medianas empresas. Su falta de recursos técnicos y económicos era un problema al que Bondia decidió poner remedio. Fue entonces cuando se embarcó en el emocionante proyecto de crear su propia empresa, hace apenas un año y medio, para facilitar a las pymes disponer de su propia aplicación móvil.

«La idea de applay es que el cliente pueda crear su app sin saber de programación»

Así nació Applay: Bondia no se lo pensó dos veces y gracias al apoyo de uno de sus profesores del Instituto Vidal i Barraquer, a comienzos del año pasado empezó a desarrollar una idea, que se plasmó en realidad en noviembre, con el nombre de Applay. El objetivo es sencillo: que cada uno pueda crear su App y recibir un mantenimiento periódico.

«Vi muy claro que era un mercado en auge. Entonces me estuve informando, hablando con casos de éxito de otras iniciativas similares en España, en Estados Unidos, en el Reino Unido... y a partir de aquí ideé un sistema para que todo el mundo que quisiera una App pudiera tenerla», cuenta.

Applay es su empresa y, junto con su socio Denis Coch, ofrecen a los empresarios y emprendedores la oportunidad de crear una aplicación móvil de forma sencilla pero completa. «Nosotros ofrecemos dos opciones: o bien creamos nosotros la App, o bien la creas tú a través de una plataforma muy sencilla e intuitiva que podemos ofrecer, y nosotros sólo nos ocupamos del mantenimiento», explica Bondia.

Poco a poco la empresa ha ido creciendo y, en menos de un año, ya tiene una decena de clientes que confían con su propuesta. «Por ejemplo, un local de restauración difícilmente podrá contratar un programador, pero le interesa tener una App propia con los precios, con la que se pueda reservar mesa, enviar notificaciones ‘push’...», justifica Bondia.

Desde 50 euros al mes

«Nosotros le ofrecemos esta oportunidad por menos de 50 euros al mes de mantenimiento. La idea es que el cliente se pueda fabricar su propia aplicación, sin ningún coste, sin que tenga conocimientos de programación, con un sistema ‘drag and drop’». 

Mantener Applay a flote en un sector tan competitivo no ha sido fácil. Las nuevas tecnologías están en evolución constante, y Bondia ha seguido su ritmo gracias a muchas horas de estudio de la competencia, de las nuevas herramientas que salen a mercado y de las nuevas necesidades que plantean los clientes.

Nada de esto ha sido en vano. La aventura de Applay y sus miembros no termina aquí: «Creemos que el marketing móvil es una necesidad del presente. La renovación digital es necesaria y tener una App es un paso importante para un negocio». Bondia asegura que el mundo de las App no tiene fecha de caducidad, por lo que esperan tener trabajo muchos años.
La plataforma, según Bondia, es «eficiente y productiva», un atractivo imprescindible para los empresarios reticentes a las nuevas tecnologías. 

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