¿Cuál es mi perfil de inversor?

El programa MIFID cuenta con diversos test para evaluar y conocer a las personas que se disponen a invertir: en función de qué riesgo queramos asumir, podremos esperar unas rentabilidades u otras

17 julio 2017 08:27 | Actualizado a 18 julio 2017 07:20
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El sector financiero no es un sector fácil. Tampoco lo es invertir. A veces se prevé complicado decidir qué, dónde, cómo, cuánto y cómo invertir. Nadie tiene una receta infalible para ello. Pero sí podemos clasificar a los usuarios potenciales en distintos perfiles según sus características. Por ejemplo, según las pérdidas que están dispuestos a asumir, las rentabilidades que quieren alcanzar, la edad o su horizonte temporal, entre otras. 

Desde 2011, la regulación en el sector financiero y de inversión viene de la mano de la Directiva Europea MIFID según la cual a través de unos test de conveniencia e idoneidad se asigna un posible perfil de inversor, en el que se tienen en cuenta las posibilidades así como las circunstancias vitales de cada uno. Deberían asegurarse de que su asesor financiero posee el título EFA.

Según fuentes del sector, los distintos perfiles que podemos establecer, de menor a mayor riesgo, son: conservador, prudente, equilibrado, dinámico y agresivo. Evidentemente, el porcentaje de pérdidas que están dispuestos a hacer frente (igual que las rentabilidades que exigen) crece a medida que aumenta el riesgo del perfil. 

Otro factor importante es la edad. Generalizando, el riesgo es mayor para edades menores. En cuanto a patrimonio, los inversores con un patrimonio mayor tienden a ser más conservadores, por lo tanto un mayor patrimonio disminuye el perfil.

La formación académica también es un indicador interesante: a mayor formación se es más arriesgado, pero sobre todo se observa la diferencia cuando las inversiones no salen bien, ya que éstos son más comprensivos con la situación. Las responsabilidades familiares (como por ejemplo los hijos o personas mayores con dependencia) también se sitúan en un perfil más bajo.

Todos los datos que observaremos a continuación son orientativos y según recopilaciones históricas. Nos pueden servir de guía pero nunca los podemos tomar como datos seguros.

1. Conservador
No está dispuesto a soportar pérdidas, y para ello puede asumir tener unos beneficios bajos e incluso nulos (0%-1%). Suelen pertenecer a este perfil personas mayores de 70 años y su horizonte temporal de inversión suele ser inferior a un año. No quieren asumir porcentajes de inversión en renta variable.

2. Prudente
Están dispuestos a soportar un riesgo bajo, de entre 3% y 5% de pérdidas como mucho, pero por contra exigen una rentabilidad de entre el 2% y el 4%. Su edad suele situarse entre los 60 y los 70 años. El horizonte temporal se ubica entre dos y tres años y la inversión en renta variable suele estar entre el 0% y el 20% de lo invertido.

3. Equilibrado
Dispuesto a asumir pérdidas de entre el 8% y el 10% a cambio de unas rentabilidades esperadas de entre el 4% y el 8%. Suelen ser inversores de entre 40 y 60 años, con un horizonte temporal de entre tres y cinco años y un peso de la renta variable de entre el 20% y el 50% de la inversión.

4. Dinámico
Acepta asumir riesgo de pérdidas de entre el 12% y el 15% para optar a unas rentabilidades esperadas de entre el 8% y el 12%. También suelen tener entre 40 y 60 años, y su horizonte temporal de inversión es de entre cinco y siete años. Su inversión en renta variable suele situarse entre el 50% y el 70% de lo invertido.

5. Agresivo
Pueden aceptar riesgo de pérdidas del 20% o superiores, pero a cambio no exigen menos de un 12% de rentabilidad esperada. Normalmente son perfiles más jóvenes, en una gran mayoría personas menores de 40 años. Su horizonte temporal de inversión es superior a los siete años y su porcentaje de inversión en renta variable normalmente es superior al 70%.

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