Economía Circular Agroalimentaria en Catalunya: ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Cuándo?

31 octubre 2019 12:20 | Actualizado a 14 diciembre 2020 19:52
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El sector agroalimentario catalán ya ha emprendido el camino hacía la Economía Circular. Es un recorrido largo pero esencial para asegurar la competitividad del sector.

A diferencia de otros países, la riqueza que se genera en Catalunya no se basa en la explotación de abundantes recursos naturales. El historiador Pierre Vilar, ya argumentaba hace casi 100 años que, ante una inexistencia de recursos naturales, la industrialización de Catalunya era posible gracias a una combinación entre un contexto geográfico afortunado y los recursos humanos, y por aquel entonces ya identificaba el problema energético que sigue siendo un reto hoy en día.

El sector agroalimentario es uno de los más importantes en Catalunya y ha adquirido relevancia creciente con el paso del tiempo, siendo actualmente puntero a escala internacional. Pero en un contexto de cambio climático y de recursos escasos y finitos, el acceso a la energía, al suelo, al agua y a los nutrientes, entre otros, es fundamental para asegurar el futuro. Se trata, además, de un sector que sufre cambios permanentes. Efectivamente en los últimos años el entorno competitivo ha variado de modo significativo y tanto la oferta como la demanda de alimentos han experimentado variaciones importantes. Por ejemplo, los análisis de patrones de consumo apuntan a que los consumidores cada vez más valoran los aspectos medioambientales de los productos que adquieren, ya que esto es sinónimo de calidad y de preservación del planeta.

En este escenario, la Economía Circular persigue el objetivo de alargar al máximo la vida de los recursos en los sistemas económicos, pues se trata de cerrar los circuitos de los recursos de modo parecido a lo que hace la naturaleza. Por definición, la economía circular es reparadora y regenerativa e implica ganancias económicas, puesto que contribuye a garantizar el acceso a los recursos, y también ambientales, ya que minimiza el impacto sobre el medio. Catalunya ya es un referente internacional en Economía Circular, prueba de ello es la organización del Circular Economy Hotspot en el año 2020 que constituye del evento más importante a nivel europeo en este ámbito y en el que se mostrarán nuestros avances en este campo a los expertos europeos. Pero también es cierto que aún queda mucho para que la economía sea realmente circular. Es una transformación compleja y los esquemas de economía lineal tienen todavía un gran peso en nuestros sistemas productivos.

Ya tenemos respuesta a la primera de las preguntas, ¿por qué debemos implantar la EC en el sector agroalimentario? Para asegurar la disponibilidad de los recursos y proporcionar a los consumidores lo que demandan, al tiempo que aumenta la preservación ambiental. Un estudio de la Generalitat de Catalunya concluye que el sector económico con más potencial de circularidad es precisamente el agroalimentario, lo que allana el camino.

¿Cómo se puede implementar la Economía Circular? Desde muchos ángulos, puesto que la vida de los recursos puede alargarse con estrategias muy variadas y esto puede variar en función de cada empresa. Enumeramos algunos de ellos, con algunos ejemplos ilustrativos.

1) Es fundamental incorporar el concepto de ecodiseño, es decir tener en cuenta los conceptos medioambientales desde el primer momento en que se concibe un nuevo proceso o producto, por ejemplo en relación al envasado.

2) Es importante reforzar el protagonismo del sector primario en la cadena de valor, lo que puede impactar positivamente en la calidad del suelo, entro otros aspectos.

3) Aprovechar el potencial de gestión material y energética de los flujos orgánicos que el sector maneja en los diferentes tramos de la cadena de valor, como puede ser la recuperación de compuestos bioactivos para su incorporación en nuevos productos.

4) Cerrar el ciclo del agua mediante la recirculación de corrientes acuosas, o la reutilización de aguas residuales por ejemplo en riego agrícola.

5) Implantación de energías renovables en un entorno físico a menudo favorable, mediante el aprovechamiento del sol y de la biomasa.

6) Mejora en los sistemas y logística de distribución, minimizando el malbaratamiento alimentario, que también debe acompañarse de campañas de sensibilización.

7) La digitalización, es decir, la incorporación de la industria 4.0 en la cadena de valor, lo que permitirá introducir mejoras que impactarán en un mejor uso de los recursos.

Sin duda, la investigación aplicada y la innovación es uno de los ejes de acción que más puede facilitar la implantación de la Economía Circular. Es aquí donde Eurecat, el Centre Tecnològic de Catalunya, juega un rol fundamental, ya que cubre los ámbitos de investigación aplicada que el sector requiere: biotecnológico, digital e industrial, con la sostenibilidad como eje transversal. Igualmente, es importante aprovechar el trabajo ya hecho y replicar casos de éxito, incluso adaptados de otros sectores. Es importante citar la iniciativa “Catalunya Circular: l’Observatori d’Economia Circular” promovida por la Generalitat de Catalunya.

No debemos olvidar, que la situación geográfica privilegiada de Catalunya aporta valores que se deben preservar y que se pueden poner en riesgo si no hay una visión armonizada de conjunto, por ejemplo, en relación las variedades locales que hay que preservar.

Resta una cuestión a responder, ¿cuándo empezamos? Como ya hemos dicho una parte importante del sector ya ha iniciado la transformación, pero el reto es de tal magnitud que hay que acelerar la marcha y ver en la transformación hacía la circularidad una ventaja competitiva tal y como se ha hecho históricamente en el país.

* Miquel Rovira. Director de Sostenibilidad del centro tecnológico Eurecat (miembro de Tecnio)

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