El Gobierno quiere derogar parte de la reforma laboral del PP dentro de este año

Modificará cuatro puntos para primar el convenio del sector, recuperar la ultraactividad, limitar la subcontratación y revisar los descuelgues

09 septiembre 2020 07:00 | Actualizado a 09 septiembre 2020 09:09
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El Gobierno de coalición mantiene entre sus prioridades la derogación de la reforma laboral. Así al menos lo declara el plan normativo para el segundo semestre que ayer aprobó el Consejo de Ministros, en el que se incluye la modificación de lo que se conoce como primera fase de la reforma laboral del PP, que pretende dar más poder a los sindicatos en la negociación colectiva.

Queda un largo recorrido lleno de obstáculos para cambiar la legislación, pero la reforma laboral, una de las grandes promesas del Ejecutivo de Pedro Sánchez, ya tiene un calendario. Esta decisión además puede esconder un mensaje para suavizar unas relaciones con Unidas Podemos que no están pasando por sus mejores momentos después del anuncio de la fusión de Bankia y Caixabank, e incluso ser un guiño a Bildu y ERC de cara a conseguir su apoyo para los Presupuestos. El presidente Pedro Sánchez confirma su objetivo de seguir adelante con el acuerdo de Gobierno y desmontar la reforma laboral del PP incluso antes de final de año (puesto que el plan es para el segundo semestre), aunque desde Bruselas le pueden poner trabas.

«Somos un Gobierno que se esfuerza cada día por lo excepcional, atravesar la pandemia, pero no hemos dejado ni un solo instante de sacar adelante los compromisos de legislatura de este Gobierno progresista, reformista y de coalición», presumió la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

No será una derogación integral, pese a que el PSOE se comprometió a ello la pasada primavera en el acuerdo que rubricó con Bildu para lograr su apoyo a la prórroga del estado de alarma, y pese a que es el deseo de Iglesias. Calvo se limitó a decir que realizarán «algunas modificaciones de carácter laboral» para responder a uno de los principales problemas del país: la calidad del empleo. Matizó que pretenden con ello «parar los golpes estructurales con que la economía española reacciona cuando tenemos crisis: destruir empleo», y puso como ejemplo que el Ejecutivo ha hecho frente a la actual crisis «de una manera radicalmente distinta» a la anterior con la figura de los ERTE.

Cuatro puntos clave

Lo que recoge este plan legislativo es la modificación de cuatro aspectos prioritarios por considerarlos los más lesivos de la reforma laboral de 2012, una vez que ya se aprobó a comienzos de año la derogación del conocido como despido por absentismo. Más concretamente, se trata de devolver a los convenios sectoriales su prioridad frente a los de empresa; recuperar la ultraactividad, lo que significa mantener la vigencia de un convenio y que éste no decaiga hasta que no se apruebe otro; limitar la subcontratación para legislar qué servicios pueden subcontratarse y cuáles no, así como los convenios por los que se rigen estos trabajadores; y revisar el mecanismo de descuelgue de un convenio colectivo para que solo sea posible dejar de aplicar el salario pactado cuando existan causas económicas graves e irreversibles (ahora puede hacerse alegando dos trimestres de ventas inferiores a las del año precedente).

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