Jordi Galí: 'La prisa por volver a la normalidad no es necesariamente mejor para la economía'

Entrevista al catedrático del departamento de Economia i Empresa de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) y director del Centre de Recerca en Economia Internacional (CREI)

13 abril 2020 16:45 | Actualizado a 27 abril 2020 17:45
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Jordi Galí (Barcelona, 1961), es catedrático del Departament d’Economia i Empresa de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) y director del Centre de Recerca en Economia Internacional (CREI), vinculado a la Generalitat de Catalunya y a la UPF. Entre sus actividades, Galí es también consultor del Banco Central Europeu (BCE). Galí es es licenciado en Ciències Econòmiques por la Universitat Pompeu Fabra (UPF), en Ciencias Empresariales por la escuela de negocios ESADE y doctor en Economía por el Massachusetts Institute of Technology (MIT), donde ha sido profesor visitante.

El Fondo Monetario Internacional vaticina que nos dirigimos hacia la peor crisis desde la Gran Depresión. ¿Está de acuerdo? ¿Cómo se prepara uno?
Coincido plenamente. ¿Cómo nos hemos de preparar? Sin duda, la caída de la actividad económica tendrá la magnitud de la Gran Depresión, que fue de alrededor de un 20% del PIB. Pero la cuestión es cuánto durará. La Gran Depresión tenía causas muy diferentes a la crisis de ahora, y se alargó mucho en el tiempo. Ahora, en cambio, la recesión es autoinfligida.

"A diferencia de la Gran Depresión, esta recesión es autoinfligida"

Detener la actividad para frenar la Covid-19. ¿Es eso?
Sí. A medida que pase la crisis sanitaria, esta caída [en la actividad económica] desaparecerá. Pero si se prolonga mucho, en la medida en que el confinamiento mantenga su intensidad, tendremos un problema de efectos permanentes con muchas empresas que desaparezcan y, las que queden, que lo hagan con un endeudamiento elevado y unos planes de supervivencia comprometidos.

El tiempo apremia...
Hay más. Pongamos que de hoy para mañana desaparece el virus y el confinamiento se elimina del todo. Creo que sectores como el hotelero, el turismo o la restauración sufrirán durante mucho tiempo, porque la gente será reticente a ir. Lo mismo para determinados eventos deportivos o culturales.

"Soy muy crítico con este exceso de dependencia del turismo"

¿Entonces damos por perdida la temporada turística?
Soy muy crítico, y no ahora, sino de siempre, con este exceso de dependencia del turismo. Es una fuente de ocupación de bajo nivel, de poca cualificación y de bajos sueldos. Pero, al margen de esto, el turismo, por su propia naturaleza, es muy volátil. Piense solo en que mucha parte del turismo que hemos tenido aquí estos últimos años se debe a la situación del Norte de África. Así que no sé si hemos de depender tanto de un sector tan volátil.

¿Va a ser el año del turismo de proximidad?
Para salvar la temporada, puede haber ahí un buen matrimonio de intereses de la demanda y la oferta. Se puede perder el turismo extranjero pero ganar mucha demanda de turismo local. De esa manera se podría salvar bastante la temporada turística, sí.

"Segundas y terceras oleadas de contagios terminarían prolongando la incertidumbre económica" 

¿Cómo explica las prisas del gobierno español para desconfinar las actividades no esenciales?
Las razones detrás de esta prisa están claras: cada semana que pase en confinamiento absoluto supone un nivel de gasto y endeudamiento para el Estado muy grande. El incentivo para el Estado está claro, y parece el motivo para esta prisa, pese a que los datos sanitarios no parecen demasiado buenos.

¿Se confirma pues el dilema entre economía o vidas?
Cuando se plantea ese dilema, si se pone mucho peso en la economía, puede darse la circunstancia de que eso termine provocando que haya segundas y terceras oleadas de contagios y confinamientos, lo cual terminaría prolongando la incertidumbre económica.

"En la gripe española de 1918 en EEUU, el crecimiento económico fue más elevado entre las ciudades que mantuvieron políticas más restrictivas durante la crisis sanitaria"  

Queriendo salvar la economía terminas con más muertos y una crisis económica todavía peor...
Ir con prisas de volver a la normalidad no pienso que sea necesariamente mejor para la economía a medio plazo. Hay estudios sobre la incidencia de la gripe española de 1918 en diversas ciudades de EEUU. Lo que han demostrado es que el crecimiento económico fue más elevado entre las ciudades que mantuvieron políticas más restrictivas durante la crisis sanitaria. Ahora, lo que se quería evitar a toda costa [en España] era el colapso del sistema sanitario. Ese riesgo se ha relajado, y ahora se aceptan más infecciones porque consideran que hay margen de absorción, pero esto puede ser un poco miope.

"Ahora se aceptan más infecciones porque consideran que hay margen de absorción, pero esto puede ser un poco miope"

¿Cómo afectaría a nuestra economía tener una segunda y tercera oleada de contagios?
Por cada mes de confinamiento se puede perder entre un 2% y un 3% de PIB anual. Si son tres meses, eso es un 10% del PIB. Si todo acaba ahí, es costoso pero es asumible.

¿Ese sería el impacto de una sola oleada de contagios?
Sí. El problema, como le decía, es si la crisis se alarga más con segundas y terceras oleadas. Si ahora mismo el virus desapareciese por arte de magia, no hay ningún motivo para pensar que no pudiésemos volver al mismo nivel de actividad de antes, con tasas de paro de antes.

"Perder un 10% del PIB es costoso pero es asumible"

Eso, si las medidas de rescate a empresas surten efecto, ¿no?
Ahora de lo que se trata es de dar una línea de vida para que empresas que eran rentables y tenían perspectivas de futuro buenas antes de la crisis, puedan sobrevivir. La prioridad es que estas empresas sobrevivan, con líneas de crédito muy favorables, con créditos puente y, en la medida de lo posible, que puedan seguir pagando sueldos. O, si no, con programas de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Lo importante es preservar la empresa. Pero lo que es muy triste es que, en España, la caída de la ocupación será más alta que en otros países.

"La prioridad es que empresas que eran rentables y tenían perspectivas de futuro buenas puedan sobrevivir"

¿Por qué?
Por la fuerte temporalidad de los trabajadores, donde el coste para las empresas de despedir a un trabajador es mínimo. Las empresas han invertido tan poco en las personas durante estos últimos años que perderlas no es una gran cosa para ellas, y eso es muy triste. Es como lo que sucedió durante la crisis financiera, y nada ha cambiado en todos estos años. La gran cuestión, insisto, es la duración, la incertidumbre sobre la duración y la posibilidad de segundas y terceras oleadas, con un paro muy persistente.

"Las empresas han invertido tan poco en las personas durante estos años que perderlas no es gran cosa para ellas, y eso es muy triste"

¿Dónde fijamos el punto de no retorno en el calendario?
Si la situación se alarga mucho más allá de finales de mayo o principios de junio, ya podemos tener problemas económicos más persistentes. Y es muy distinto llegar a junio con un programa muy agresivo de pruebas de contagio entre la población, con la situación más controlada, que relajar el confinamiento con la incertidumbre de que vuelva a pasar.

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