Comercio y distribución: 'La lucha por la cuota ‘de estómago'

Por Ángela López, directora de Iniciativas Estratégicas de Nielsen. El consumidor avanza hacia el «ahora y ya». Lograr inmediatez sin perder calidad será el gran desafío

06 mayo 2019 14:42 | Actualizado a 17 octubre 2020 08:51
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Cada vez resulta más difícil hablar de formatos comerciales, porque es como poner puertas al campo. Cada consumidor es único por sí mismo y decide cómo resolver una necesidad o deseo de consumo ya sea en un punto de venta de alimentación, en un establecimiento de hostelería o a través de una app, pero lo cierto es que esa tradicional separación empieza a perder su sentido. De hecho, ya es frecuente que comamos en el «súper» o que salgamos a cenar «en casa». Es la era de la conveniencia y la inmediatez, y lo que está pasando es una batalla por la cuota de estómago.

Por un lado, cada vez es más frecuente encontrarse con obradores en supermercados e hipermercados donde poder llevarse la comida ya preparada. De hecho, en Nielsen sabemos que tres de cada diez consumidores, en aquellas tiendas donde está disponible, hacen uso de estos puntos de venta de comida preparada. 

Tenemos poco tiempo y el poco que tenemos lo queremos aprovechar en cosas que para uno tengan valor. Valor sí, esta es la clave. Si a eso le añadimos hogares más pequeños y la «explosión» del uso del móvil como dispositivo fundamental en nuestra conectividad, que permite que se generen nuevos negocios como el delivery, tenemos un caldo de cultivo idóneo para el desarrollo de la «ultra-conveniencia».

Precisamente, el delivery ha llegado para quedarse. Tres de cada diez españoles ya piden online al restaurante para que le lleven la comida o la cena a casa. Cada vez veremos más bicicletas y patinetes con los pedidos a cuestas por las calles. Habrá mucha innovación tanto en la parte de pedidos como en la entrega, que es donde aún la tecnología tiene más margen de desarrollo. El reto es que el consumidor avanza hacia el «ahora y ya». Lograr inmediatez sin perder calidad será el gran desafío. 

Ese reto pasa por el desarrollo de la logística de las grandes ciudades, smartcities que permitan el flujo «inteligente» de datos, pero también de lo físico. En 2030, la concentración de la población española en las ciudades será del 80%. Esto va a plantear una serie de retos a los que enfrentarse para garantizar el equilibrio social y medioambiental. Es por ello que se habla de otro nivel de movilidad, el llamado MasS: Mobility as a service. 

Por tanto, para el consumidor las barreras se han difuminado. Cada vez discierne menos entre un canal y otro. Opta por aquello que más le conviene en cada momento particular de acuerdo a sus gustos y estados de necesidad. Hablemos menos de canales y de formatos y más de un consumidor versátil, cambiante y dispuesto a explorar nuevas soluciones. El consumidor quiere que se lo pongan fácil. Eso sí, igual que no renunciamos a la calidad por el precio, tampoco lo haremos por la rapidez.

 

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