Los partidos cierran filas y defienden hacer ‘lobby’

En precampaña los candidatos son capaces de asumir cualquier compromiso. Tan solo el tiempo y sus acciones permitirán juzgar el valor de su palabra. Porque cuando se habla de infraestructuras, una cosa son las necesidades del territorio, que más o menos están claras, y otra de muy diferente lo que se acaba ejecutando. Y aquí, cuando los partidos tienen una responsabilidad de gobierno, parece que acaban olvidándose de los ciudadanos que les han votado.

Precisamente sobre aparcar las diferencias ideológicas y hacer un lobby territorial giró el debate de que se celebró ayer en El Teatret del Serrallo. Organizado por la Plataforma Mercaderies per l’interior, el objetivo era muy claro. Los candidatos territoriales a las elecciones generales debían «mojarse» sobre cómo piensan garantizar que el tercer carril sea una inversión provisional. Difícilmente habrá un tema en la campaña que empieza el jueves sobre el que haya más consenso. Durante la sesión, que duró alrededor de una hora y media, prácticamente no hubo disputas entre candidatos. Si finalmente acaba haciéndose un Gobierno veremos si este consenso es de papel mojado.

Santi Castellà, candidato al Senado por el PSC, insistió sobre al respecto ya desde su primera intervención. Lo hacía tras denunciar las «experiencias de fracasos» del Camp de Tarragona. Castellà defendió que «el consenso territorial es clave» y exigía que «no hagamos de esta cuestión una herramienta electoral». En este sentido, manifestó que «debemos hacer de la provisionalidad el eje de la política conjunta» y defendía que el pacto de alcaldes con la Generalitat debe ser el «punto de partida» para el modelo ferroviario del territorio.

Un planteamiento que encontraba el apoyo del candidato de Cs, Sergio del Campo, quien pedía «intentar quitarnos los colores de nuestro partido para hacer lo mejor para Tarragona». El más aséptico era el líder de Junts per Catalunya, Ferran Bel, quien apuntaba que «los consensos territoriales son difíciles de asumir y fáciles de perder». El exalcalde de Tortosa mostraba su acuerdo en hacer lobby, aunque apuntaba que «hasta el momento no han funcionado y aquí todos debemos estar dispuestos a hacer pequeñas renuncias».

Sobre cómo garantizar que las mercancías no sigan pasando de forma definitiva por la fachada litoral, Bel también mostraba sus dudas. «Una infraestructura que tarda tanto pierde cualquier credibilidad sobre que acabe siendo provisional», argumentaba. Y defendió que la única forma pasa por evitar que «entre en funcionamiento el tercer carril sin un calendario y unas inversiones para el trazado interior».

Todos los partidos coincidieron en que la solución definitiva debe acabar siendo la recuperación de la línea Reus-Roda. El único partido que no está de acuerdo es ERC. La candidata a senadora, Laura Castel, proponía «una doble plataforma segregada exclusiva para las mercancías desde el aeropuerto de Reus a Castellbisbal».

«La Reus-Roda no es una solución. El Vendrell, L’Arboç, Roda y Vilafranca no están en el pacto y por allí les pasarán las mercancías», decía la senadora republicana en funciones. Castel insistió en que recuperar el trazado de la antigua línea no cumple la normativa europea Seveso, sobre el transporte de mercancías.

En cambio, la candidata de En Comú Podem, Àngels Aguilera, defendía que la Reus-Roda debe ser la opción que debe prosperar. «No tiene demasiado sentido que estos convoyes pasen junto al Amfiteatre y que éste padezca las vibraciones». El PP declinó acudir al debate y no mandó a ningún representante.