Peligra el sector de la planta viva, que podría caer en la ruina

La Federació de Cooperatives Agràries de Catalunya (FCAC) alerta de que la situación del sector de planta viva, a raíz de la crisis del coronavirus, es "catastrófica" porque se trata de un sector que concentra hasta el 70% de las ventas en los meses de marzo a mayo. Debido a la paralización total de la actividad, se calcula que las pérdidas podrían ser superiores a los 125 M €, un 60% de la facturación anual, que se sitúa en unos 209 M €.

Ferran Sabater, responsable de planta viva de la FCAC, explica que "el sector viverista tenemos una estacionalidad muy alta, concentrándose la mayor parte de las ventas anuales en primavera. La paralización de los servicios de jardinería en espacios públicos y privados y de toda la cadena de distribución minorista, con la cancelación de pedidos a nivel nacional e internacional, nos coloca en situación insostenible. Son productos muy perecederos y no tenemos opción de almacenar o reorganizar la oferta. Nos veremos abocados a tirar los stocks que habíamos preparado de acuerdo con las ventas previstas".

Las cooperativas catalanas de planta viva se ubican en el Maresme, y concentran gran parte de la producción de planta de esta comarca y del Vallès Oriental. Es un sector pequeño en cuanto a hectáreas cultivadas (unas 1.900), pero intensivo en la creación de puestos de trabajo (más de 1.800 puestos de trabajo fijos). Las cooperativas comercializan, anualmente, más de 15 millones de plantas de 880 variedades diferentes y más de 2.500 formatos, con una facturación media de unos 25 M €. La cooperativa CORMA de Premià de Dalt es la primera firma española en producción y comercialización de plantas.

El sector pide, al Ministerio de Agricultura, medidas extraordinarias y urgentes para salvar al sector de la quiebra total y reclama una línea de liquidez para los viveros con el objetivo de poder hacer una reposición de las producciones y facilitar el tráfico en la próxima campaña. También se solicita una bonificación de los intereses y la aplicación de préstamos durante un periodo de carencia para mantener la continuidad de la actividad productiva de las explotaciones.

Finalmente, las cooperativas de planta viva reclaman que, en este sector productivo, también se garantice la movilidad de los trabajadores y se posibilite el trabajo en los viveros -con los planes de protección necesarios- para evitar la pérdida de los cultivos.