Renalyse se aproxima a su salida al mercado

La ‘biotech’ con sede en Reus encara una nueva ronda de financiación con la que espera levantar hasta un millón de euros 

08 noviembre 2021 09:20 | Actualizado a 11 noviembre 2021 19:00
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Renalyse, startup del sector biotech con sede en el Centre Empresarial per a la Innovació i el Desenvolupament (Cepid) de Redessa, en Reus, encara la recta final para su salida al mercado. Fundada en el año 2017 como Creatsens Health, una spin off de la Universitat Rovira i Virgili (URV) en el área de química sensórica, los 2,8 millones de euros levantados por este proyecto en este tiempo han servido para tener a punto un prototipo y los dos primeros marcadores de un dispositivo para el control de la Insuficiencia Renal Crónica (IRC) que confían poder empezar a comercializar a principios del año 2023.

Para ello esperan lograr una nueva ronda de financiación, a principios del año que viene, que les proporcione entre 800.000 euros y un millón de euros con los que encarar la fase de ensayos clínicos regulatorios que les permita sacar al mercado un kit que, como un glucómetro, extrae pequeñas muestras de sangre «para que uno mismo desde casa, de forma sencilla y barata, controle sus niveles de creatinina, potasio y hemoglobina», explica Adrià Maceira, socio fundador y CEO de Renalyse.

Se trata de tres marcadores que, en función de sus valores, pueden indicar la necesidad de cambiar el tratamiento en pacientes con IRC, y que pueden ayudar al seguimiento de estos pacientes, que hoy acuden una o dos veces al mes a su centro médico para realizar estos controles.

Aumentar la frecuencia en el control de estos marcadores gracias a los dispositivos personales que quiere sacar al mercado esta empresa permitiría establecer tendencias y lograr «un mejor control y seguimiento del paciente», explica Maceira, así como la personalización de las dosis de tratamiento.

Dos de estos marcadores (creatinina y potasio) ya están desarrollados, mientras que el tercero (hemoglobina) se encuentra todavía en desarrollo y con previsión de estar listo entre junio y julio del año que viene, cuando esperan tener completo el prototipo final que les permita arrancar con los ensayos clínicos regulatorios, para su salida al mercado a principios de 2023.

Cerca de la comercialización

Aunque tienen en lista otros marcadores para incorporar en un futuro, los tres con los que contaría su primer kit validado serían suficientes para empezar a comercializar unos kits desarrollados enteramente por esta empresa y que buscarán su mercado entre los colectivos de pacientes y médicos, con un modelo de negocio basado en los consumibles. Es decir, las tiras de papel o plástico con las que reaccionarán las muestras de sangre extraídas por el dispositivo desarrollado por Renalyse.

Para ello llevan aproximadamente un año industrializando el producto, que cuentan con fabricar, de manera externalizada, con algún socio industrial del área de Barcelona, en línea con la tendencia por reindustrializar y relocalizar las producciones que se está dando en toda Europa. «Nuestra intención -explica Adrià Maceira- es tener lo máximo aquí en Europa. Si solo miras precio, vas a China. Pero el problema es el coste de no controlar tu producción, y la tranquilidad que te da Europa, China no te la da».

Cuentan con llegar a fabricar unos 10.000 sensores en 2023, su primer año en el mercado, con una facturación de entre 300.000 euros y 400.000 euros. «Esta primera certificación nos abriría el mercado en Europa», explica Adrià Maceira, que sopesa, si todo va según lo previsto, certificar su kit en los EEUU en el año 2024.

Asegura que, llegado el momento de crecer, su intención es seguir en Reus. «Tuvimos la oportunidad de incubar Renalyse en Boston (EEUU), pero eso implicaba trasladarse, y decidimos seguir aquí».

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