Retos globales en el radar

La industria petroquímica de Tarragona está conectada al mundo y a los principales retos que afronta a escala global este sector. ¿En qué posición se encuentra para hacerles frente?

01 diciembre 2020 11:20 | Actualizado a 01 diciembre 2020 11:32
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En su última Radiografía del Sector Químico Español 2020, la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique) recogía las perspectivas de crecimiento mundial por sectores industriales a una década vista, en el horizonte del año 2030.
En este marco, la variación media anual prevista para la industria química es de un 4,5%, compartiendo liderazgo con la industria del plástico y el caucho (también con un 4,5%), un sector que se encuentra altamente relacionada con los productos que salen de algunos de los centros de producción del polo petroquímico de Tarragona.

Solo la industria textil y la metalúrgica, con crecimientos medios anuales esperados del 4,4% y el 4,3%, respectivamente, pueden homologarse al dinamismo esperado por este sector industrial durante la próxima década a escala global. ¿Está en buenas condiciones el polo petroquímico de Tarragona para aprovechar estas perspectivas favorables?

Si atendemos a las cifras de exportación de la industria química en España (con un peso notable del polo petroquímico de Tarragona en ella), el crecimiento acumulado entre los años 2007 y 2019 es de un más que notable 68,2%, con un valor de esas exportaciones de 38.474 millones de euros en el año 2019, según datos de Feique.
Este incremento en el valor de las exportaciones, que hace una década apenas se situaba en los 21.252 millones de euros (año 2009), frente a esos 38.474 millones de euros de 2019, se refleja en un claro movimiento de la facturación hacia los mercados internacionales, que en el año 2019 suponían el 57,9% del volumen de negocio del conjunto del sector químico español, frente al 44,5% de 2009.

Desde el año 2011 (cuando la cifra de negocio en los mercados internacionales alcanzó el 51,1% de la facturación total), la industria química española vende más en esos mercados que en el mercado local. El polo petroquímico de Tarragona, con una importante presencia de empresas multinacionales, no es ajeno a esa dinámica. De hecho, es uno de sus motores.

Europa en 2050

Pero, a pesar de las buenas perspectivas globales y el notable posicionamiento en esta economía globalizada, no todas estas proyecciones son comunes y equitativas en todas las grandes áreas del mundo.

La patronal europea de la industria química Cefic calcula que, en el año 2030, más de la mitad de la producción mundial de productos químicos se llevará a cabo en China. ¿Qué papel debe jugar Europa en esta redefinición de los centros económicos e industriales mundiales? Tarragona, en tanto que emplazamiento del polo petroquímico más importante del sur de Europa, es un actor de primera magnitud en este planteamiento de futuro.

Con la vista puesta en el crecimiento y las transformaciones de estas próximas décadas, Cefic ha definido ocho puntos clave para el futuro de Europa, donde la industria química debería jugar un papel fundamental, en tanto que sector esencial. En su informe Molecule Managers: a Journey into the Future of Europe with the European Chemical Industry, Cefic describe ocho puntos clave que definirán ese futuro europeo. Esta es la fotografía que esperan obtener en el año 2050 en Europa.

Un mundo más complejo

El mundo se ha vuelto más próspero y más complejo, con un entorno geopolítico volátil que trae más integración económica y política dentro de la mayoría de las regiones, pero más fragmentación entre ellos.

En el año 2050, y según esta proyección de Cefic, los flujos comerciales mundiales habrán cambiado considerablemente como resultado de los avances tecnológicos y de políticas regionales cada vez más insulares que obstaculizan el multilateralismo y perturban las cadenas de valor. Hay más integración económica y política en la mayoría de las regiones, pero más fragmentación entre regiones. China e India se han convertido en las principales economías mundiales y África se ha convertido en un mercado importante.

Una posición propia

Europa ha desarrollado su propio lugar diferenciado pero competitivo en la economía global. El crecimiento de los ingresos de la industria química europea ha superado cada año al Producto Interior Bruto (PIB) europeo. El valor de la producción europea de productos químicos ha aumentado gracias a la especialización y el enfoque en la digitalización, incluso cuando el crecimiento de los volúmenes de producción de productos químicos se ha estabilizado.

Un entorno normativo de apoyo y una base competitiva de producción de productos químicos básicos favorecen unos activos industriales eficientes, bien mantenidos, de vanguardia y agrupados en Europa.

Una economía circular

La economía europea se ha transformado en circular, reciclando todo tipo de moléculas para la fabricación de nuevas materias primas. La industria química europea está en el centro de esta evolución, actuando a la vez como fabricante de productos valorados por la sociedad y líder en reciclaje.

La industria desempeña un papel como recicladora en la sociedad circular, transformando los residuos en nuevas y valiosas materias primas. Se ha abordado, además, la cuestión de los residuos plásticos en el medio ambiente. 

Neutralidad de emisiones

El cambio climático continúa transformando nuestro planeta. La sociedad europea está cerca de lograr emisiones netas de gases de efecto invernadero nulas, sin dejar descolgados a ninguno de los integrantes del conjunto de ciudadanos y regiones europeas.

Las materias primas fósiles se utilizan de forma selectiva y productiva. La industria química europea ha logrado una reducción significativa de sus propias emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y se ha adaptado a un clima cambiante. Desempeña, además, un papel fundamental a la hora de proporcionar vías tecnológicamente y económicamente viables para lograr los ambiciosos objetivos de reducción de emisiones de GEI de Europa.

La salud en el centro

Los europeos han situado la protección de la salud humana y el medio ambiente en el centro de una agenda política innegociable.Se han desarrollado con éxito estándares globales de sostenibilidad y la industria química europea es reconocida como un proveedor indispensable de soluciones seguras, sostenibles e innovadoras al servicio de la sociedad, así como un socio confiable y un empleador atractivo.

Integración industrial

La industria europea está ahora más integrada y es más colaborativa, en una amplia red europea que agrupa a los sectores de la energía, los combustibles, la metalurgia, los productos químicos y el reciclaje de residuos. Esta interdependencia ha aumentado la ventaja competitiva de la industria química europea. También ha reforzado su papel en el centro de la transformación de la industria europea en su conjunto.

Digitalización

La digitalización ha cambiado por completo la forma en que trabajamos, nos comunicamos, innovamos, producimos y consumimos, además de aportar una transparencia sin precedentes a las cadenas de valor.

Europa ha adoptado la digitalización y la cuarta revolución industrial e invertido mucho en educación científica, técnica, de ingeniería y matemática (STEM). Con ello, Europa ha mantenido su capacidad para seguir teniendo éxito.

Los ODS como modelo

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas y sus sucesores son el centro de los modelos comerciales europeos y han abierto oportunidades comerciales a medida que aumentan las cuotas de mercado para quienes brindan soluciones a estos desafíos.

En este contexto, la industria química europea hace su aportación para contribuir a una transición justa hacia una mayor sostenibilidad económica, medioambiental y social no solo en Europa, sino en todo el mundo.

La vía europea 

Definidos estos ocho grandes puntos que configurarán la realidad social y económica de Europa en el año 2050, la industria química europea, a través de este informe elaborado por Cefic, se postula para «liderar la transición de nuestra industria a nivel mundial ofreciendo soluciones europeas a los desafíos globales».

El concepto de pensar en «soluciones europeas» no es accesorio. Si Europa quiere encontrar su lugar en el mundo «manteniendo su relevancia global», según indican desde Cefic, deberá hacerlo con voz propia y apoyándose en sus fortalezas y visión de cómo quiere que sea su sociedad.

«Para que Europa logre sus ambiciosos objetivos para 2050 y mantenga una industria química próspera -explica Cefic en este informe-, nos enfrentamos a una serie de decisiones urgentes sobre los requisitos previos para un mundo más limpio, más saludable e inclusivo, donde la transición a la neutralidad climática ha sido socialmente justa y en la que Europa mantiene su relevancia global».

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