¿Un impulso para el comercio electrónico?

El confinamiento solo parcial de los ciudadanos durante esta semana ha permitido a los comercios que no podían atender de cara al público volcarse en las ventas online para tratar de mantener su actividad

23 marzo 2020 10:15 | Actualizado a 22 febrero 2021 18:23
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Las medidas de confinamiento parcial de la población decretadas por el Gobierno con la declaración del estado de alarma han impedido esta semana a la gran mayoría de establecimientos comerciales abrir sus puertas al público. No así los establecimientos con productos de primera necesidad ni el resto de empresas sin atención al público (fábricas, oficinas, almacenes, transporte...), cuyos empleados han estado obligados a acudir físicamente a sus puestos de trabajo, con la recomendación (que no obligación) de teletrabajar cuando eso fuera posible.

En este contexto de confinamiento parcial, no pocos comercios y pymes que han echado abajo la persiana han mirado hacia el comercio electrónico como una oportunidad para proseguir con su actividad, ni que fuera parcialmente. Aperturas exprés de tiendas en marketplaces digitales han sido una respuesta, aunque la opción más frecuente ha sido la entrega directa a domicilio, bien por parte de los mismos comerciantes, bien a través de empresas de paquetería especializadas.

Todo esto podría cambiar si en alguna fecha próxima el Gobierno decreta un confinamiento total  -tal y como están reclamando la OMS o el Govern de la Generalitat de Catalunya- que limite la movilidad a lo más esencial. En ese caso, tampoco la producción, comercialización y transporte de bienes no esenciales estaría permitido, y estas pocas iniciativas que han ido aflorando esta semana se extinguirían.

«Diseñar un plan de digitalización para el comercio puede ser muy útil para su supervivencia» Eduard Álvarez, UOC

¿Qué efectividad sobre la supervivencia empresarial habrán tenido estos intentos por mantener la actividad a lo largo de estos días de confinamiento parcial? ¿Pueden sentar las bases para que muchas pymes y microempresas se decidan a introducir de manera decidida el comercio electrónico en su estrategia?

Eduard Álvarez, profesor de los estudios de Economia i Empresa de la UOC y experto en logística, opina que «tomar medidas a corto plazo en un momento excepcional es difícil, pero diseñar un plan de digitalización para el comercio puede ser muy útil para su supervivencia a medio y largo plazo».

Con o sin coronavirus, sea con confinamiento parcial o total, la necesidad de digitalizar los comercios y las pymes más tradicionales se hacía y se hará inevitable. La actual crisis sanitaria a la que asistimos no ha hecho otra cosa que hacerlo más visible.

Abrir una tienda en un ‘marketplace’ como Amazon es una opción si se busca inmediatez

Dicho lo cual, aunque este perfil de empresas y negocios «no tienen ninguna capacidad de reacción en quince días, todas aquellas empresas que hasta ahora no se habían planteado la venta online pensarán que quizás merece la pena estar preparados», explica Neus Soler, profesor del máster en Marketing Digital de la UOC. «Para mí -prosigue Soler- es quizás la parte positiva de todo esto».

¿Por dónde empezar? «Sin ningún conocimiento previo y teniendo que depender de los profesionales -explica Soler-, una herramienta potente para estos comercios y pequeñas empresas son los marketplaces, como por ejemplo Amazon, donde aunque sabes que sobre cada venta que hagas te cobrarán una comisión, te dan la tranquilidad de que puedes empezar a vender desde el primer minuto».

Montar una tienda electrónica con todos los productos identificados y catalogados, posicionarla en los buscadores con técnicas de SEO o SEM, promocionarla en redes sociales... es un trabajo imposible si de lo que estamos hablando es de ponerse a vender online por necesidad de fuerza mayor.

«Hacer una tienda online tú mismo, cuando eres un pequeño comercio de barrio, es muy difícil: sobre todo para que alguien te encuentre. Así que, de un día para otro, si tu objetivo es salvar las ventas mientras dure la crisis sanitaria, diría que no hay otras opciones que los marketplaces», asegura Soler.

Ajustar las expectativas
Tratar de mantener algo de actividad es una cosa, pero pretender que todo lo que se facturaba de forma presencial pase al canal online de un día para otro no tiene ningún fundamento. Lo explica Sergi Dosaigües, socio fundador de la plataforma restaurantacasa.cat, con sede en Reus. Esta plataforma ha visto cómo a lo largo de esta semana, a la par que muchos de los establecimientos de restauración adheridos comunicaban que cesaban su actividad, otros llamaban para interesarse en inscribirse y empezar a ofrecer entregas a domicilio.

«La restauración a domicilio es para mantener el negocio activo, en ningún caso  es una solución económica» Sergi Dosaigües, Restaurantacasa.cat

«Con la caída de pedidos que hubo a finales de la semana pasada -explica Sergi Dosaigües- nos planteamos cerrar el servicio, hasta que indicaron que se podían seguir haciendo entregas a domicilio. Decidimos seguir por diversos motivos: en primer lugar, aguantar por nuestros trabajadores, después porque tuvimos un repunte muy grande de pedidos de carne y cada vez más pedidos de productos de alimentación, con personas de edad avanzada que no tienen quién les haga la compra, y porque sin nuestra figura no sería posible que los restauradores que han decidido continuar con su actividad puedan hacerlo».

Pero Dosaigües no quiere conducir a equívocos: «Quizás restauradores que ahora están cerrados decidan probar el servicio, pero si lo hacen es para mantenerse activos, en ningún caso es una solución económica para ellos. Como mucho, para intentar que los EREs no sean tan grandes. Porque aunque es cierto que están saliendo ayudas, no sabemos si serán suficientes».

Sobre la continuidad de su actividad de reparto (a mediados de esta semana, restaurantacasa.cat contaba con 16 trabajadores en plantilla y una flota de 20 vehículos de reparto en el área de Reus, Tarragona, Salou y Cambrils), destaca que «a cualquier persona que no pueda recibir sus productos básicos en casa, nosotros estaremos encantados de llevárselos, aunque este no es nuestro proyecto empresarial, es algo que haremos para la gente que lo necesite».

Medidas de protección
Desde la semana pasada, las empresas de reparto de paquetería extreman precauciones de seguridad y siguen estrictos protocolos. «Desde un punto de vista higiénico, si el restaurante [o el comercio] opera siguiendo todos los protocolos y transporta siguiendo esos protocolos, el cliente podría recibir su pedido sin ninguna contaminación», asegura Eduard Álvarez, de la UOC.

Hay protocolos, sin embargo, que no tienen nada que ver con la pandemia de Covid-19. «Obviamente -recuerda Álvarez- no puedes poner la comida que has preparado directamente en el maletero del coche y empezar a repartir así, sin más». Otras medidas sí que han cambiado. «Si hablamos de cocinas -prosigue Álvarez-, recomendaría el uso de mascarillas, pero prescindiría de los guantes».

«La proporción de entregas domiciliarias se está incrementando» Albert Cabezas, Logística Costa Dorada

La explicación sobre el porqué los guantes son a su entender prescindibles está en que con su uso «no tienes la misma percepción de ensuciarte las manos». En su lugar, recomienda «un protocolo de lavarse las manos de manera muy habitual y extremar las medidas de higiene, con esa mascarilla y el gorro que de forma habitual ya se llevaba».

Llegados al reparto, el uso de bolsas térmicas y recipientes de cierre hermético es fundamental, mientras que «lo ideal en los repartidores es que vayan equipados con guantes y mascarilla y, en el momento de la entrega -recomienda Álvarez-, abrir la bolsa, retirarse a una distancia y que sea el cliente el que toque directamente el paquete».

En cuanto al pago, la mejor opción es que «o bien se efectúe previamente, o bien se haga con tarjeta, sin efectivo: el repartidor debería llevar una máquina para cobrar, pero también hay gadgets que puedes conectar a tu móvil y que te permiten el cobro».

Logística Costa Dorada 2014, con sede en Tarragona, es una de las empresas de transporte de paquetería que desde la semana pasada está aplicando estas medidas. Albert Cabezas, socio director de esta empresa en la que trabajan 22 personas en plantilla con una flota de 12 vehículos (y oficinas en Tarragona, Cambrils, Riu-clar, El Vendrell, Rotterdam y Berlín), explica que «entendemos que somos un servicio esencial, porque repartimos productos de alimentación, farmacéuticos y de primera necesidad, y nuestra actividad tiene que continuar».

«Sentido común y protección de las personas por delante de todo» es lo que, según Cabezas, están aplicando sus mensajeros, que desde la semana pasada van equipados con guantes y mascarillas, y que entregan los paquetes a una distancia mínima de 1,5 metros de los clientes.

Como medida extraordinaria, la firma de la recepción la hacen también a distancia, con el mensajero pidiendo los datos del cliente de viva voz e introduciéndolos él mismo en la PDA.
Cabezas reconoce que su empresa, que concentra una parte importante de su actividad en la Costa Daurada, ha notado «una caída sustancial de pedidos en el corto plazo, con un descenso de entregas proporcional al cierre de empresas». Por contra, «la proporción de entregas domiciliarias se está incrementando».

Mascarilla, guantes y una distancia de metro y medio son medidas básicas para el reparto

No cree, sin embargo, que esto último tenga relación con nuevas incorporaciones de negocios a la venta online. «No es tan fácil entrar en el comercio electrónico de un día para otro», asegura Albert Cabezas, que añade que «no hemos recibido solicitudes por parte de este perfil [de recién incorporados a la venta online] y tampoco creo que sea una solución a corto plazo. Si esto se prolongase mucho en el tiempo, quizás lo sería, pero las dificultades para montar un comercio electrónico seguirían siendo importantes».

«Para una tienda de barrio -coincide Neus Soler, de la UOC- es algo muy difícil. Por eso es importante buscar alianzas, y en este sentido las asociaciones se están moviendo mucho. No a raíz del coronavirus, sino de antes, pero sin que terminasen de ponerse las pilas con ello».

El coronavirus podría marcar un antes y un después en esto. «La venta por Internet es una realidad -concluye Soler-, y yo les recomendaría empezar a trabajar en ello de la manera que sea. Y pienso que esto [el Covid-19] marcará un antes y un después, porque el perjuicio que tendrán no lo querrán volver a tener».

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