Veinte años del euro, una moneda con muchas ventajas

Los expertos apuntan que la moneda única ha conllevado más "ventajas" por "pertenecer a una área económica fuerte"

01 enero 2022 08:13 | Actualizado a 01 enero 2022 12:46
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Ahora hace 20 años que el euro llegó a las calles de Catalunya. El 1 de enero del 2022 los cajeros empezaron a suministrar billetes de la moneda única, que a los países del sur prometía crecimiento económico y equiparación con los del norte.

Para el presidente de la Comisión de Economía Internacional y Unión Europea del Colegio de Economistas de Catalunya, Xavier Ferrer, el euro supuso un "cambio sustancial" que "ha demostrado ser mejor" que haber continuado con la peseta.

"Tiene un poder más grande para poder presentarse al mundo como una área económica fuerte", asegura. "La zona euro ha contribuido de una manera muy clara a que en Catalunya haya estabilidad de precios", coincide el profesor de Economía de ESADE Pedro Aznar.

El vigésimo cumpleaños del euro coincide con un momento con la inflación a niveles de récord histórico, pero Aznar señala que la moneda única ha hecho posible mantener tasas de inflación "muy reducidas" en estas últimas décadas. "Para las empresas es muy importante no perder competitividad y la pierden si tienen más inflación", dice el profesor, que añade que de jefa otra manera se hubiera conseguido mantener tan baja la inflación.

Para Ferrer, las principales desventajas del euro se centran en la pérdida de capacidad de los estados de gestionar la política monetaria. Aun así, afirma que es preferible formar parte de la eurozona que mantener este poder.

"Nos hubiera ido mucho peor si no formáramos parte del euro", dice el presidente de la Comisión de Economía Internacional y Unión Europea del Colegio de Economistas de Catalunya, que añade que "los números avalan" la moneda común.

"Si el Estado español, a pesar de estar en la Unión Europea, no hubiera entrado al euro, habría devaluado la moneda con las crisis y la diferencia económica con los otros estados sería más grande", señala Ferrer, que también defiende que la moneda única no ha aumentado tanto los precios como se preveía.

Ambos economistas, pero, admiten que la cesión de la gestión de la política monetaria al Banco Central Europeo ha conllevado cierto "control" de la política presupuestaria y fiscal de los estados y, en consecuencia, haber tenido que aceptar políticas de austeridad durante la crisis financiera.

"Nos ha permitido, con sufrimientos puntuales, seguir en el marco económico europeo, que es en el que tenemos que estar", dice el presidente de la Comisión de Economía Internacional y Unión Europea del Colegio de Economistas de Catalunya.

La respuesta con austeridad a la crisis, argumenta Ferrer, también fue por la carencia de mecanismos con que hacer frente a la recesión y la crisis de deuda. "Hay un defecto de forma", dice, porque en la Unión Europea carece, a diferencia de los estados, de un control presupuestario y fiscal que haga que la política económica y monetaria sea "estable".

"Nos conviene un euro estable, una unión económica y monetaria estable y avanzar hacia la unión política", dice Ferrer, que defiende que ningún estado del bloque comunitario podría ser relevante a nivel internacional por él mismo, ni siquiera Alemania.

Cambios en la moneda única

Pese a los temores iniciales a un aumento de precios a causa del cambio al euro, un hecho que Ferrer niega, la moneda única tiene un gran apoyo entre la población. Según una encuesta de la Comisión Europea, el 69% de los ciudadanos del Estado considera que el euro ha sido positivo para el país, solo una décima por debajo de la media europea. La cifra se eleva hasta el 82% en el caso de las personas que creen que el euro ha sido bueno para la Unión Europea.

Ya con dos décadas de recorrido, la moneda única, pero, sigue en evolución. Lo muestran los debates sobre si hay que mantener las monedas de uno y dos céntimos y la pertenencia de tener billetes de 500 euros, que algunos consideran que han favorecido la evasión de impuestos.

Hace una década que la Unión Europea reflexiona sobre qué hacer con las monedas de uno y dos céntimos, cuestionadas especialmente por su elevado coste. Entre las opciones que puede plantear Bruselas hay dejar de producirlas y mantener las que ya están en circulación o retirarlas definitivamente.

La poca utilidad de los extremos, las monedas de uno y dos céntimos y los billetes de 500 euros, respecto a otros ha provocado, de hecho, que cada vez se estén poniendo menos en circulación. En el caso de los billetes de 500 euros, se dejaron de introducir el 2019 y cada año se retiran más.

Pero la evolución del euro también es estética. El diseño actual incluye ventanas y puentes que quieren simbolizar el espíritu de apertura y cooperación de los europeos, pero se espera que cambie el 2024. Está en marcha un grupo que asesora el Banco Central Europeo sobre esta cuestión y después se pedirá la opinión a los ciudadanos sobre los motivos seleccionados. La decisión final, pero, la tiene la cúpula de la institución monetaria.

Según datos del Banco de España, el 3,2% del valor de los billetes y monedas de las pesetas que estaban en circulación en diciembre del 2001 no se han cambiado a euros. Esta cifra equivale a unos 1.575 millones en la moneda única, 793 millones en billetes y 782 en monedas.

Los retos del euro

El euro llega a los 20 años siendo la moneda de la mayoría de los países de la Unión Europea, 19 de 27. Celebró su décimo cumpleaños en plena crisis y en estas dos décadas continuamente lo ha acompañado la sombra de las crisis, especialmente la de la deuda de ahora hace 10 años que puso contra las cuerdas el proyecto de la eurozona.

Para Aznar, la moneda única tiene dos retos principales. El primero es el de ser una moneda de un territorio que está perdiendo peso a nivel internacional en un tablero dominado por los Estados Unidos y China. "Tenemos un estado del bienestar que no es habitual y un espacio económico, social y político donde predomina la democracia, la libertad de expresión y la protección de las minorías. Es un modelo que merece la pena que esté presente", remarca.

Por otro lado, el profesor de economía de ESADE cree que hace falta que el ciudadano perciba la Unión Europa como una apuesta que va más allá de la economía. "Es importante que los ciudadanos perciban que la Unión Europea se preocupa por ellos", dice. En este punto, tanto Aznar como Ferrer creen que el fondo de recuperación ha sido una buena iniciativa para que la Unión Europea sea "un proyecto de futuro".

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