Raquel Revenga (Monzón, 48 años), Laura Barceló (Móra d’Ebre, 44 años) y Montserrat Andrés (Mas de Barberans, 42 años) coincidieron por un tiempo en un espacio de coworking de Cambrils, donde cada una impulsaba su propio proyecto empresarial. Tras el estallido de la pandemia de Covid-19 y los sucesivos confinamientos, el teletrabajo forzoso les hizo tomar consciencia de lo importante que era para ellas, tanto a nivel personal como profesional, el contacto presencial con personas con las que hay una buena sintonía.
«Buscamos crear sinergias y proyectos entre las personas que están aquí»El pasado mes de abril, estas tres emprendedoras pusieron en marcha un proyecto común: Co-Lab, un espacio de coworking en pleno centro de Cambrils con el que buscan ofrecer un lugar donde «conectar, compartir, colaborar e innovar» en un entorno de trabajo compartido.
«Vimos la oportunidad -explica Raquel Revenga- de ofrecer algo a aquella gente que teletrabajaba y que necesitaba salir de casa», acudiendo a un entorno «que no solo comparte un espacio de trabajo, sino que busca crear y hacer que surjan sinergias y proyectos entre las empresas que estén aquí».
Generar proyectos comunes, naturalmente, es algo opcional, aunque destaca como uno de los principales propósitos de este proyecto. La propia experiencia de lo que les ha aportado a estas tres emprendedoras el hecho de compartir un espacio de trabajo que va más allá de escritorios y sillas está en la base de todo: «Hemos colaborado en proyectos -explica Raquel Revenga-, e igual que ellas me han traído clientes, yo se los he aportado».
Con unos 120 metros cuadrados a pie de calle, Co-Lab tiene hoy capacidad para albergar de forma estable a entre siete y ocho colaboradores. A día de hoy, además de las tres socias fundadoras, dos personas más, con sus respectivos proyectos profesionales, ocupan un espacio permanente en este centro de coworking. Las restantes tres plazas, para las que están negociando ahora incorporaciones, cuentan ocuparlas en poco tiempo, aunque reservarán un espacio flexible para aquellos coworkers que precisan contratar el uso de espacios por horas o semanas.
Es el caso de «una pareja de Nueva York que vino este verano a Cambrils de vacaciones -explica Raquel Revenga-, que alquilaron la sala de reuniones por las tardes, para coincidir con los horarios de EEUU, teletrabajando y haciendo videoconferencias».
Aseguran que, en esta voluntad de despertar colaboraciones entre profesionales, todos los perfiles que entren en Co-Lab serán complementarios, y nunca competidores directos. En su caso, Raquel Revenga se dedica a la consultoría en marketing y al marketing digital, mientras que Montserrat Andrés cuenta con una asesoría de transportes y Laura Barceló gestiona una empresa de fiestas y eventos. Las dos últimas incorporaciones en Co-Lab son profesionales de la informática y del revenue management.
Equipado con mobiliario de oficina e infraestructuras como fibra óptica e impresoras, además de una zona office, sala de reuniones y sala para videoconferencias, Co-Lab tiene diversas tarifas en función de su uso: 150 euros al mes por un espacio fijo, 30 euros por día o 20 euros por medio día, y 12 euros por hora de la sala de reuniones (un servicio incluido para aquellos que contratan un uso mensual del espacio).