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    David Pérez: «La internacionalización se basa en las personas»

    Teymasa, que ha pasado de una situación concursal a ser líder en su sector, recibe el Premio a la Pyme del año 2022. David Pérez, su Director Internacional, reflexiona sobre el cambio

    01 octubre 2022 16:57 | Actualizado a 01 octubre 2022 17:04
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    Con 40 años de experiencia y ubicada en el Polígono Nirsa, en Reus, la empresa Teymasa es líder en la provincia en su sector, en fabricación de envasado para todo tipo de productos líquidos, en cantidades que van desde el medio litro, hasta mil. En poco más de cuatro años se ha reinventado, ha pasado de una situación de concurso de acreedores a exportar sus productos a una docena de países en todo el mundo. Y este año ha recibido el Premio a la Pyme del año 2022 otorgado por la Cambra de Comerç de Tarragona, en el área de Internacionalización. David Pérez, su Director Internacional, reflexiona sobre esta mutación.

    ¿Qué significa este premio?

    Es la culminación de un proceso que ha durado cuatro años y también el reconocimiento a todo el trabajo que se ha hecho.

    ¿Qué ha ocurrido estos últimos cuatro años en Teymasa?

    En primer lugar, la empresa estaba en situación concursal, casi a punto de cerrar. Se vendió a un nuevo accionariado, que saneó en lo posible la cuestión financiera, y empezó de cero; se contrató a un nuevo director general, Daniel Fábregas, y a mí como director internacional. Cada uno en su ámbito, lo que hicimos fue sentar las bases de una estructura, activar protocolos de actuación. En mi caso, diseñamos un plan de internacionalización sobre el que trabajar a partir de entonces. Todo ello teniendo en cuenta que todavía estábamos en situación concursal, por lo que no recibíamos apoyo de los bancos.

    En el galardón se destaca que en los últimos cuatro años han llegado a ocho países. ¿Con cuántos trabajan actualmente?

    En estos cuatro años hemos vendido en países tan distintos como Arabia Saudí, Australia, Emiratos Árabes, Estados Unidos, México, Alemania, Italia, Bélgica, Holanda, Finlandia, Marruecos, Suecia o Rusia. Solo en 2019 estuve en 18 países distintos, que no son 18 viajes.

    ¿Cómo les ha afectado la invasión de Ucrania?

    Teymasa produce líneas de envasado para productos líquidos, pero también nos dedicamos a manutención, movimiento de cargas, robots o transportadores. Es decir, llevamos unos envases que después hay que transportar, hasta 1.000 litros. Cuando empezamos a resurgir de la situación concursal llegó la pandemia, por lo que tuvimos que buscar alternativas y empezamos a hacer prospección en el sector de la minería, que conlleva muchos movimientos de carga. Gracias al trabajo de nuestra Area Manager, Margarita Doronina, contactamos con una ingeniería alemana, especialista en el mercado ruso. Tenían un proyecto muy grande y, si bien inicialmente nos contactaron para hacer una parte, tras varias visitas a Alemania los convencimos de que podíamos acometerlo todo. Estamos hablando de cinco millones y medio de euros.

    ¿Para mover níquel?

    Cátodos de níquel del primer productor del mundo, Norilsk Niquel, empresa participada del gobierno ruso. Era diciembre de 2020 y el problema que teníamos era que debíamos firmar el contrato en Alemania y si íbamos, a causa de la pandemia, debíamos quedarnos 15 días de cuarentena, lo que nos afectaba a las fiestas navideñas. Entonces, recorrimos 1.600 kilómetros en coche hasta Bélgica, donde nos vinieron a buscar y estuvimos 16 horas negociando un contrato. Nos volvimos con él firmado, pero había que hablar con los bancos. ¿Cómo una empresa que hace un año ha salido de una situación concursal le pide financiación a un banco para un proyecto de cinco millones y medio? Finalmente, en 2021 salieron 36 trailers hasta el círculo polar ártico ruso. Afortunadamente, cobramos el 90% del proyecto, que no fue fácil, antes de que acabara 2021. Y en febrero de 2022 estalló el conflicto.

    ¿Qué les queda?

    La supervisión del montaje. Pero hay problemas con las sanciones por parte de la UE y ante la actual situación de inestabilidad, el proyecto ha quedado en Stanby. Asimismo, en nuestro equipo tenemos personas ucranianas y rusas.

    ¿Cómo es el ambiente?

    Bueno. Los ciudadanos de origen ruso no entienden nada de lo que está ocurriendo y casi sufren más que los ucranianos. Por otra parte, la empresa ha tenido una deferencia importante con los trabajadores ucranianos y hemos tratado de ayudarles económicamente. Lo negativo es que no solo el proyecto ha quedado en standby, sino que para Teymasa suponía una nueva línea de negocio que para mí se había planteado como estratégica porque está basada en las energías renovables.

    La descarbonización, tan vigente en estos tiempos.

    Exacto. El níquel se utiliza para todo lo que lleve baterías, ya sean coches o móviles, por lo que hay una demanda creciente. Por ello, estas empresas cada vez necesitan automatizar más su proceso productivo y, lógicamente, reducir costes en personal.

    «El galardón es el reconocimiento a todo el trabajo que hemos hecho» (David Pérez. Director Internacional de Teymasa)

    ¿Y ahora qué?

    Actualmente estamos explorando la posibilidad de ir a Chile. Lo que sucede es que es otro tipo de mercado, mucho más complejo, en el que las cosas se hacen de otra manera y los procesos son un poco más lentos. No obstante, ahora, con una posición más reforzada, nos hemos dedicado a cerrar acuerdos con multinacionales, el último en París con Total Energies.

    ¿Cuál es la clave en un proceso de internacionalización?

    Para mí lo más importante es basarlo en las personas porque cuando estás en Arabia Saudí y hablas de Teymasa, no la conoce nadie. Teymasa eres tú. Es importante basarlo en las personas porque si puedes llegar a transmitir a directivos de una empresa, que siguen siendo personas, la imagen correcta, los negocios más o menos se van haciendo. En un mundo globalizado, tú no tienes un producto único que no tenga nadie. Todo el mundo fabrica de todo. ¿Dónde está la diferencia? En quién lo vende y cómo lo vende.

    Y la tecnología, ¿qué papel ha jugado?

    También es importante. Hacemos máquinas buenísimas desde hace 40 años, pero las de ahora no tienen nada que ver con las de entonces, por el nivel de costes y productividad. Hasta hace cuatro años, en ninguna de nuestras instalaciones había un robot. Ahora están presentes en el 90% de ellas. Solo en el proyecto de Rusia integramos 13 brazos robóticos.

    ¿La capacidad de adaptabilidad es vital para la internacionalización?

    La vida, al igual que las personas, termina siempre por sorprenderte. El paradigma vital de la empresa Teymasa como tal ha mutado. Antes estaba basada en una serie de cosas, que se adaptaban a la realidad de esos tiempos. Pero el mundo sigue avanzando, la sociedad va cambiando permanentemente y las empresas están compuestas de personas. Si tú transmites ese valor, sobre todo cuando estás fuera, eso es intemporal. Las percepciones se cambian hablando con las personas y si el producto no funciona, está claro que no te lo van a volver a comprar. Lo que quiero decir es que cuando no se llega por la cuestión técnica o competencial, ahí llegan las personas. Se trabaja por confianza. En la vida, ¿cómo elegimos todo? Por confianza. Los amigos, la pareja... Porque creemos que no nos van a fallar. Pues en las empresas sucede lo mismo.

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