Asesoramiento financiero respaldado por IA

Al igual que en otros sectores, la inteligencia artificial (IA) generativa está irrumpiendo con fuerza también en el mundo de las finanzas y, más específicamente, en el asesoramiento financiero, anunciando una transformación que parece poder cambiar la manera en la que gestionamos el dinero y tomamos decisiones relacionadas con la inversión y el ahorro.

La aplicación de la IA en el asesoramiento financiero y en la gestión patrimonial parece haber facilitado el acceso a servicios que anteriormente se creían reservados únicamente a inversores de alto patrimonio. Ahora, más que nunca, cualquier inversor podrá beneficiarse del poder de la IA generativa, como puede ser, por ejemplo, a través del Chat GPT, que es capaz de ofrecer con gran eficiencia planes de estrategias de inversión o planes de ahorro de una forma muy rápida, aunque se tratan de recomendaciones genéricas a las que les faltará el valor añadido que puede ofrecer un asesor financiero cualificado, en cuanto a conocimiento profundo del cliente y personalización de la propuesta.

Estos algoritmos pueden procesar información en tiempo real, identifican patrones de inversión y ajustan estrategias de manera automatizada, pero todavía tienen un largo trayecto por delante para empatizar conociendo las necesidades del cliente, sus motivos para invertir, su perfil inversor, o aquellos miedos y dudas que pueden surgir, en particular durante estos tiempos de volatilidad en el mercado, como los que estamos viviendo actualmente.

Por ello, es importante recalcar que, para que la IA pueda complementar plenamente y favorecer realmente las tareas del asesor financiero, necesitará apoyarse en la capacidad humana que facilita ofrecer consejos y soluciones que sean realmente útiles para cada inversor de manera personalizada.

El asesoramiento financiero requiere centrarse en la parte humana del cliente, algo que todavía la IA no es capaz de afrontar plenamente. Por ello, seguirán siendo los profesionales los encargados de contextualizar la situación al cliente, ayudarle a comprender la estrategia a llevar a cabo y finalmente recomendar los mejores productos para lograr los objetivos establecidos para cada inversor.

No cabe duda de que la IA generativa será una herramienta clave para los asesores ya que les permitirá aprovechar su capacidad para llevar a cabo la automatización de tareas repetitivas, así como la elaboración y análisis de informes, que son algunos de los aspectos en los que los profesionales más tiempo dedican de cara a extraer toda la información de utilidad para adaptar las estrategias de inversión de sus clientes en la mayor brevedad posible.

Sin embargo, seguirá siendo imprescindible el toque humano de los profesionales para pulir y personalizar los análisis resultantes, ya que la IA difícilmente podrá probar que es capaz de identificar emociones o interpretar cambios repentinos en los mercados.

Igualmente, la automatización que permite la IA tiene un gran desafío relacionado con la privacidad de los datos. Para funcionar de manera efectiva, la IA necesita acceder a una gran cantidad de información personal y financiera de los clientes. Por ello, es importante reflexionar hasta qué punto estamos dispuestos a compartir nuestros datos con terceros y el riesgo que existe sobre un uso indebido de la información recopilada.

En este sentido, podemos afirmar que la llegada de la IA generativa al asesoramiento financiero es tanto una oportunidad como un reto en el sector. Sus posibilidades son enormes, pero los riesgos asociados en el día de hoy también lo son. Los profesionales del asesoramiento financiero tienen por delante unos años apasionantes y llenos de retos de cambios en los que se deberá analizar detenida y minuciosamente la aplicación de esta tecnología en cada una de las labores diarias.

Nuestro objetivo, hoy en día, pasa por asegurarnos de que la implementación de la IA en el sector se realice no solo de forma óptima, sino también ética, y que permita una comprensión clara de cómo afecta tanto al propio asesor, como lo que es más importante, a sus clientes.

La IA está demostrando día a día que puede desempeñar un papel importantísimo respaldando a los profesionales en sus decisiones, pero su papel debe situarse tras el asesor, para ser un apoyo de gran utilidad para su actividad, pero no el pilar central del asesoramiento financiero, ya que la cercanía con el cliente y la relación humana van a ser cada vez más importantes. Los profesionales del sector van a tener que enfocar ahí todos sus esfuerzos y aprovechar plenamente la eficiencia y ahorro de tiempo y recursos que pueden obtener con la inteligencia artificial.

Josep Soler es consejero ejecutivo de EFPA España