Whatsapp Diari de Tarragona
  • Para seguir toda la actualidad desde Tarragona, únete al Diari
    Diari
    Comercial
    Nota Legal
    • Síguenos en:

    ¿Cómo se pierde una vocación STEM?

    Un equipo de investigadoras de la Universitat Rovira i Virgili (URV) busca el momento en el que las niñas y adolescentes pierden la conexión con el ámbito científico y tecnológico en sus preferencias formativas

    01 agosto 2022 10:42 | Actualizado a 01 agosto 2022 10:46
    Se lee en minutos
    Participa:
    Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
    Comparte en:

    La brecha de género en las vocaciones STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, en sus siglas en inglés), donde las mujeres están subrepresentadas mientras que los hombres se encuentran sobrerepresentados, arranca en algún momento de la vida de las mujeres.

    Dar con ese momento y, sobre todo, con las motivaciones que llevan a que se inicie esa desviación, con el fin último de estrechar esa brecha, es uno de los objetivos que se ha planteado un grupo de investigadoras de la Universitat Rovira i Virgili (URV) en un estudio enmarcado en el Observatori Social de la Fundació ‘la Caixa’ titulado El ámbito de las STEM no atrae el talento femenino.

    «Queremos saber qué sucede en Primaria y en Secundaria, donde la hipótesis es que, con seis y siete años, muchas niñas ya no se perciben tan competentes en competencias digitales y tecnológicas», explica Mireia Usart, integrante del equipo de investigadoras (junto a Sònia Sánchez-Canut y Beatriz Lores) que llevan a cabo este proyecto.

    Ese conocimiento, sobre el que todavía están investigando, debería ser una herramienta valiosa para lograr que el área STEM no deje fuera hoy a la mitad de la población, con la consiguiente pérdida de talento asociado, y que, pese a los importantes esfuerzos que están llevando a cabo algunas empresas y organizaciones para tratar de incentivarlo, sigue chocando con la fría realidad de los datos.

    En su último estudio, publicado hace pocos días por el Observatori Social de la Fundació ‘la Caixa’, estas investigadoras constatan que, en España, tan solo el 16% de los profesionales del área de las STEM son mujeres, y muy pocas adolescentes, alrededor del 0,7%, están interesadas en estudiar un grado de estas disciplinas, frente al 7% de los hombres.

    «Las niñas se autoperciben, erróneamente, como menos competentes en tecnología ‘dura’» (Mireia Usart - URV)

    La brecha es todavía mayor en aquellos estudios relacionados con la tecnología, con un 13% de mujeres matriculadas frente al 87% de hombres), mientras que la ingeniería cuenta con una proporción de un 29% de mujeres frente al 71% de hombres. En el caso de las matemáticas, por otro lado, cada vez son menos las mujeres matriculadas.

    Cuando se observan esos indicadores en el área de ciencias, la brecha es mucho más moderada, aunque con una proporción de mujeres matriculadas todavía menor (un 42% de mujeres frente a un 58% de hombres), con las ciencias de la vida como única excepción (59% de mujeres y 41% de hombres) en que se invierten estas tasas.

    El talento y la capacidad, sin embargo, están ahí. De hecho, las mujeres que deciden cursar un grado STEM tienen hoy unas notas similares a las de los hombres e incluso un rendimiento académico superior, con una tasa de abandono menor y de materias aprobadas mayor, según se desprende de este estudio. ¿Cómo se llega a esta situación?

    En opinión de Mireia Usart, Física de formación y profesora lectora del Departament de Pedagogia de la Facultat de Psicologia i Ciències de l’Educació de la URV, que ejerce de metodóloga en esta investigación, las respuestas deben buscarse en esas etapas tempranas.

    «En primero y segundo de Primaria, con seis y siete años -explica-, un 18% de los niños y las niñas de Catalunya cree que los niños son mejores que las niñas en tecnología y matemáticas. Un 82% dice que no hay diferencias, lo cual está muy bien, pero ese 18% hoy en día sigue siendo mucho».

    Pero, al finalizar esta etapa, ya con 11 y 12 años, «las niñas, pese a obtener mejores resultados que los niños en competencias digitales -prosigue Mireia Usart-, creen que tienen menos habilidades tecnológicas que los niños. Ellas son más competentes, pero cuando les preguntas, se autoperciben como menos competentes en aquellos aspectos tecnológicos más duros y técnicos, de hardware».

    En esas etapas, y no en otras, piensa esta investigadora que deberían concentrarse hoy los esfuerzos, porque cuando se llevan a cabo campañas para despertar vocaciones STEM entre adolescentes, «las acciones se dirigen a convencer a las ya convencidas».

    La clave, sugiere, está en romper determinados sesgos en esas etapas tempranas. «Cuando se hace robótica, se acaba pensando en guerras de robots. ¿Y por qué no en robots que cuidan?», propone.

    Comentarios
    Multimedia Diari