Cosmética sólida con compromiso social

Illicium Verum es el nombre científico que recibe en latín el anís estrellado, una planta que, como su nombre popular indica, adopta en su fruto una forma de estrella que la hace especialmente atractiva. En Riudecanyes, Mònica Crusat (49 años, L’Argentera, Baix Camp) e Ina Rahbek (50 años, Vejle, Dinamarca) descubrieron que no solo compartían la sensibilidad por esta especie botánica, sino también un compromiso social y ambiental que les llevó a impulsar un proyecto emprendedor con el que canalizarlo.

Procedentes ambas del sector turístico (donde Mònica Crusat cuenta con una larga experiencia profesional en agencias de viajes, mientras que Ina Rahbek gestiona dos establecimientos propios de turismo rural en L’Argentera y Riudecanyes), «todo surgió de una conversación que tuvimos en 2020, justo después del confinamiento», relata Mònica Crusat.

«Tras el confinamiento -recuerda-, queríamos dinamizar la zona a nivel turístico. Hablando de ello, Ina me contó que estaba harta de tirar a la basura las botellitas de plástico de los amenities con champú que daba a los clientes de sus casas rurales, y que le gustaría hacer un champú sólido. A mí siempre me había gustado el mundo de la cosmética artesanal, así que nos dijimos: ‘¿Y por qué no lo hacemos juntas?’».

Nacía la idea de Illicium, «una marca de cosmética sólida natural -explica Mònica Crusat- donde ponemos en valor los ingredientes del territorio, a la vez que evitamos el uso del plástico». Jabones de manos y cuerpo con aceite de oliva de la DO Siurana, cremas hidratantes, champús y acondicionadores, todos en formato sólido, son algunas de sus propuestas. A estos productos se le suman desodorantes en crema con envase de aluminio reutilizable o, más recientemente, dentífricos en polvo.

Tras ingresar en el programa de acompañamiento emprendedor Tarragona Economia Social i Solidària (TESS) de Tarragona Impulsa, impartido en colaboración con CoopCamp, el anís estrellado con el que marcan sus jabones y decoran sus packs regalo ha empezado a dar sus frutos. Illicium acaba de obtener una de las dos becas Crea otorgadas en la presente edición de este programa, con una dotación económica de 4.000 euros para llevar este proyecto desde su fase semilla hasta sus primeras etapas.

Ya en el mercado y con un catálogo de productos que han comercializado principalmente a través de ferias -combinando esta actividad a tiempo parcial con sus respectivas ocupaciones principales-, sus precios de venta al público van desde los 5 euros por una pastilla de jabón de manos y cuerpo de 70 gramos hasta los 10 euros por una pastilla de champú de 90 gramos (y que da para un centenar de lavados).

Ahora, el objetivo de estas dos emprendedoras es constituir Illicium en forma de cooperativa de trabajo en los próximos ocho meses (ese es uno de los requisitos de la beca que acaban de recibir), a la vez que ponen en marcha una web y un comercio electrónico con el que llegar de forma directa a su potencial mercado.

Todavía en fase de acompañamiento y validación del plan de negocio, cuenta Mònica Crusat que una de sus condiciones es mantenerse en los parámetros de la sostenibilidad ambiental y social. Priorizarán la producción y los ingredientes de proximidad, a la vez que se concentran en el mercado catalán o, como mucho, peninsular.