Preparados para Semana Santa

Arranca una nueva campaña de Semana Santa y, con ella, calienta motores la temporada turística. Pese a que en esta ocasión se trata de una Semana Santa temprana, situada en el mes de marzo, este periodo vacacional suele servir como preludio de la campaña de verano, con un proceso de paulatina activación de los contratos fijos-discontinuos que se va acelerando hasta el mes de junio y que luego se refuerza con las contrataciones de temporada, en unos puestos de trabajo tradicionalmente ocupados por estudiantes.

¿Cómo se presenta en el plano laboral? Un estudio elaborado por Randstad Research difundido hace pocos días apunta un crecimiento en las contrataciones vinculadas a la Semana Santa del 14,2% para la demarcación de Tarragona. Aunque notable, se trata de la tasa de crecimiento más baja entre las cuatro demarcaciones catalanas, donde Girona, con un incremento de contrataciones del 21,7%, lidera este capítulo en términos relativos, seguida por la demarcación de Lleida (21,3%), Barcelona (20,6%) y, en última posición, Tarragona (14,2%).

Contar con esa tasa de crecimiento más baja no significa, sin embargo, que las perspectivas de la temporada sean peores en la Costa Daurada y las Terres de l’Ebre que en otros destinos turísticos de Catalunya. Al contrario, dice bastante de la robustez de esta industria, donde la mayor presencia de contratos en modalidad fija-discontinua rebaja el peso que tienen las contrataciones temporales, que a efectos de estas previsiones computan como nuevas contrataciones.

Lo explica Esperanza Picó, District Manager de Randstad en Tarragona, que recuerda que «las grandes plantillas hoteleras ya tienen trabajadores fijos-discontinuos, con lo cual tienen menos necesidad de trabajadores puntuales, porque no puedes dejar nada al azar, solo una parte pequeña».

Esa pequeña parte que suponen las contrataciones puntuales, como refuerzos en puntas de trabajo altas, es la que, en este sector, suele estar ocupada por perfiles de estudiantes que buscan unos ingresos complementarios durante sus vacaciones.

Su incorporación masiva no llega, sin embargo, hasta el fin del curso académico en verano, mientras que la Semana Santa y los meses que median entre ella y la temporada alta de verano acostumbran a estar bien resueltas, en el plano laboral, con todas esas incorporaciones de trabajadores fijos-discontinuos.

Desde Adecco, Pilar Jové, directora en el sur de Catalunya de esta empresa de Recursos Humanos, maneja cifras inferiores en las previsiones de nuevas contrataciones en la demarcación de Tarragona: «Se prevé un crecimiento del 5% respecto al año pasado, que no es muy elevado, al caer más pronto la Semana Santa y con una ocupación que se prevé que se decida a última hora, con la climatología como un elemento que incidirá mucho».

Además, confirma que la proliferación del modelo de contrato fijo-discontinuo «hace que el incremento de las contrataciones no sea muy alto, porque ahora se van activando esos contratos hasta llegar a la temporada de verano», donde asegura que volvemos a «cifras prepandemia, con una previsión de la campaña de verano muy buena, que está en línea de la del año pasado, que ya fue buena».

En medio quedan unos meses de abril y mayo inciertos, aunque Pilar Jové vaticina que «es posible que muchos de estos contratos que se activan ahora se mantengan ya hasta pasada la temporada de verano».

Esperanza Picó, de Randstad, coincide en que «la previsión es volver a niveles de ocupación prepandemia, con una tasa de crecimiento que nos acerca a los contratos que teníamos antes de la pandemia». Unas contrataciones que, recuerda, «no afectan solo a servicios que tienen que ver con el turismo, sino también al transporte o a la logística, que empieza a despuntar en el mes de abril y se dispara hasta la campaña de Navidad, sin parar».

Centrados en el sector turístico, Esperanza Picó admite que «la dificultad para cubrir determinados puestos de trabajo persiste, aunque en Semana Santa es relativamente fácil, porque tiras de la gente que trabaja habitualmente en el sector». Sin embargo, «en los últimos años cuesta cubrir la demanda que hay -añade- de perfiles que se tomen este sector como una profesión».

Cocineros y ayudantes de cocina, camareros con idiomas o especialistas logísticos (como carretilleros) son algunos de los perfiles que con frecuencia afloran como los más demandados de cara a la temporada turística, con los estudiantes como principal cantera para aquellos perfiles menos especializados, que ejercen como refuerzo de verano. ¿Siguen estando disponibles en abundancia esos estudiantes para este tipo de trabajos?

Pilar Jové, de Adecco, reconoce que «estamos en un momento donde hay escasez de talento, pero también es cierto que la parte de estudiantes, ahora mismo, se está moviendo bastante, y los estudiantes, de cara al verano, son un perfil que funciona muy bien».

Aunque, con los cambios generacionales, también cambia la manera en la que se acercan estos estudiantes a esos ‘trabajos de verano’. «Existe el estudiante que está dispuesto a lo que sea -explica Pilar Jové-, pero cada vez más nos encontramos con estudiantes que por ejemplo te preavisan de que tal y cual semana no estarán, porque tienen un viaje, o por lo que sea».

Es un cambio social al que las empresas se están adaptando, y que en opinión de Pilar Jové no implica más que «saberlo con antelación, porque es cierto que todo el mundo tiene derecho a hacer vacaciones, también esos estudiantes, y nos hemos de adaptar, contratando a más gente para esa rotación. No es un problema, pero hay que poder planificarlo».