La subida de precios disparará el IRPF en 2022

Es el efecto inmediato que provoca la inflación de los últimos meses por culpa de la pandemia. La próxima reforma fiscal contempla nuevos tributos en la era post-covid

14 diciembre 2021 16:20 | Actualizado a 15 diciembre 2021 11:18
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La subida de precios que ha experimentado la economía española en los últimos meses también tendrá sus efectos en el Impuesto de la Renta que los contribuyentes pagarán en 2022, después de que el Ministerio de Hacienda haya decidido mantener sin cambios este tributo a partir del próximo 1 de enero. El proyecto de Presupuestos del Estado no incorpora ninguna subida del IRPF. Aunque el Ministerio de Hacienda tampoco actualiza –deflactar, en términos técnicos– la tarifa en función de lo que ha subido la inflación (un 5,6% interanual hasta noviembre). Por lo que una parte de los contribuyentes (a los que se les suban sueldos o pensiones), acabarán pagando más dinero en su IRPF.

Es el efecto indirecto que provoca el alza de la inflación, una realidad que se verá materializada en la factura fiscal de la Renta a lo largo de 2022 y que supondrá, de media, entre 30 y 40 euros más, para un salario medio de 20.503 euros, según la última estadística del Mercado de Trabajo y Pensiones de la Agencia Tributaria. Un ciudadano que cobre este año 22.000 euros y al que se le incremente un 3% su retribución hasta los 22.660 euros, tendría que pagar en el IRPF 113 euros más en 2022 si Hacienda deflactara la tarifa en función de una inflación del 5,6%, sin contar con la actualización del resto de magnitudes del IRPF, como el mínimo personal. Al no hacerlo, pagará 151 euros.

El abono de la Renta no solo depende de la proporcionalidad de la retribución anual, sino también del efecto de dejar de actualizar la tarifa del IRPF por el alza de precios. Así lo explica Luis del Amo, secretario técnico del REAF, quien indica que al final «pagas proporcionalmente más sin ganar realmente más».

Con una presión fiscal disparadísima por culpa del desplome del PIB registrado a causa de la pandemia, España se encuentra inmersa en la elaboración de un libro blanco sobre el futuro del sistema tributario español (encargado la pasada primavera a un comité de 17 expertos). Esta reforma fiscal en profundidad, que evaluará tanto la imposición directa como la indirecta, la medioambiental o los tributos que gravan la riqueza, no se aprobará hasta el primer trimestre de 2023.

Este comité de expertos está analizando el sistema fiscal para mejorar su eficiencia, garantizar los recursos públicos y adaptarlos a los nuevos retos. La pandemia está provocando un importante deterioro de las finanzas públicas, cuyo déficit público se elevará este 2021 hasta el 8%. Y el nivel de deuda pública ha aumentado hasta el 122,8%.

Ante este panorama es normal que preocupe la sostenibilidad de las finanzas públicas y que se busquen medidas, como la creación de nuevos impuestos, para garantizar el estado del bienestar. Estos son algunos de los impuestos que nos traerá la era post-covid.

1. La fiscalidad ambiental

En España casi no se ha utilizado, ni como medida para corregir comportamientos contaminantes ni como una medida recaudatoria. Su peso dentro de la economía es del 1,8% del PIB. Algunos organismos internacionales recomiendan un aumento en la imposición de las fuentes de energía más contaminantes, como el diésel, pero habría que analizar muy bien sobre qué grupos sociales y sectores económicos recaerían estas medidas, qué posibles medidas compensatorias se podrían introducir para atenuar su impacto y con qué gradualidad se deberían introducir.

Cabe recordar que el pasado mes de mayo, el Gobierno español aprobó el proyecto de ley de residuos y suelos contaminados, que incorpora una nueva tasa a los residuos en vertedero y otra a los envases de plástico de un solo uso.

En concreto, la nueva tasa a envases como los vasos de plástico para bebidas, tapones recipientes destinados al consumo inmediato, etc. quedó fijada en 0,45 euros por kilogramo con una recaudación esperada en los Presupuestos Generales del Estado de unos 491 millones de euros este año.

A partir del 1 de enero de 2023 no se podrá distribuir de forma gratuita este tipo de productos. Para mitigar el impacto sobre el consumidor final, la norma propone que todos los comercializadores fomenten el uso de alternativas reutilizables o de otro tipo de material.

La nueva tasa sobre los residuos, que sustituye las que operan en los distintos territorios, supondría un gravamen de unos 40 euros por tonelada, con una recaudación estimada de 861 millones este año.

El Gobierno también ha dado un paso al frente este año en su intención de elevar el impuesto al diésel. Por eso aprobó una regulación para reforzar el control sobre una modalidad de fraude en el ámbito del Impuesto sobre Hidrocarburos, que consiste en realizar pequeñas modificaciones en la composición de los carburantes, especialmente en el gasóleo.

2. Imposición de las sociedades

En un mundo tan globalizado, todos los países tienen muchas dificultades a la hora de gravar a las grandes multinacionales. Los países luchan por atraer capital y la fiscalidad es una de sus bazas, sobre todo en el impuesto sobre sociedades. Las grandes multinacionales, en muchos casos, abusan localizando sus beneficios de manera artificial en los países de menor o nula tributación. Desde hace años, la OCDE está intentando que exista una cooperación internacional en este apartado, además de actualizar las normas de fiscalidad internacional.

3. Impuesto sobre el patrimonio

A pesar de que su recaudación es muy baja, es un impuesto muy mediático. España es el único país de la UE que aplica el impuesto sobre el patrimonio y los estudios académicos coinciden en señalar su muy defectuosa configuración, al valorar los bienes de manera muy desigual y arbitraria según su naturaleza, y por las oportunidades de elusión fiscal que la propia normativa permite. Muchas voces abogan por eliminarlo.

3. Impuesto de sucesiones

Aquí encontramos importantes diferencias en la cuota a pagar en las diferentes autonomías. Esto enlaza en algo que el comité de expertos que está elaborando el libro blanco sobre la reforma fiscal deberá tener en cuenta: la importancia de que el sistema fiscal español se adapte a la realidad de un país tan descentralizado como el nuestro.

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