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El futuro de la movilidad está marcado, sin duda, por la aplicación de la tecnología. Tanto es así que se espera que la conducción autónoma revolucione por completo este ámbito produciendo un cambio de paradigma. Aún así, su avance no está siendo tan rápido como se esperaba. Según el último informe presentado por PwC, las ventas de vehículos de conducción autónoma únicamente representarán el 14% del total de las matriculaciones en el año 2035.
Ese 14% incluirán coches en la segunda fase más avanzada de autonomía, conocida como L4. El porcentaje se contempla en zonas como Europa, China y Japón. De tal forma, el informe alerta que la llegada de las nuevas tecnologías aplicadas al sector de automoción no será uniforme en todo el mundo.
El dato de ventas va correlativo al interés de los consumidores por este tipo de vehículos. Según el estudio, el deseo entre los consumidores de conducir vehículos completamente automatizados ha caído, especialmente en Alemania y Estados Unidos. Donde sí existe un especial interés es en el grupo de consumidores que confía en la tecnología. Estos están realmente interesados en pagar por este tipo de vehículos.
PwC explica en su estudio las limitaciones que encuentra actualmente la conducción autónoma. Por ejemplo, indican que la tecnología LiDAR aún no ha alcanzado el punto óptimo de costes, que aún no se ha definido la configuración adecuada del sensor para los futuros vehículos de nivel autónomo 3/4, que la predicción de movimiento aún no se ha resuelto por completo, etc.
La importancia del software
Sin embargo, a pesar de estas trabas en las soluciones más avanzadas, el uso del software en el sector del automóvil ya está empezando a generar sus frutos. De hecho, se prevé que en 2025 el 45% de los beneficios generados en la cadena de valor provengan del software.
El sector de la automoción ya se está transformando para adaptar su modelo de negocio. Cambiando así de la compra de un vehículo y la posventa a la suscripción, los servicios permanentes de actualización…
Habrá que esperar unos años más para ver cómo sigue evolucionando la automatización en la automoción y cómo esta afecta al normal desarrollo de los concesionarios y su negocio.
