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    Más motivos para la incertidumbre económica, pero no para el desánimo

    La presentación de la ‘Guía de Excelencia Empresarial Tarragona 2022’ analiza, de la mano de Oriol Aspachs, de CaixaBank Research, los nuevos condicionantes sobre la recuperación

    12 mayo 2022 19:16 | Actualizado a 14 mayo 2022 07:58
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    Mucho más incierto que al arrancar el año y con previsiones a la baja, aunque no tan a la baja como para caer en el desánimo. Oriol Aspachs, director de Economía Española de CaixaBank Research, fue este jueves el protagonista en la presentación de la Guía de Excelencia Empresarial Tarragona 2022 (que edita el Diari de Tarragona en colaboración con la Universitat Rovira i Virgili) con una ponencia titulada Perspectives econòmiques: Ucraïna, la postpandèmia i la inflació.

    En el marco de la presentación de la octava edición de este directorio con las más destacadas empresas del Camp de Tarragona y Terres de l’Ebre, celebrada en la sala Victoria Climent del Diari de Tarragona, con el apoyo de CaixaBank y emitida en streaming de manera simultánea, Oriol Aspachs reflexionó sobre los últimos acontecimientos que sobrevuelan la actual coyuntura económica y el futuro inmediato de la recuperación postpandemia.

    Entre sus conclusiones está la idea de que, si bien el escenario hoy es mucho más incierto que cuando arrancó el presente año 2022, no hay motivos para la desesperanza. Las perspectivas de crecimiento siguen sólidas y los mecanismos para corregir la escalada inflacionista ya están en marcha.

    «Empezamos el año -explicó ayer Oriol Aspachs- con unas perspectivas extremadamente buenas, con la sensación de que dejaríamos la pandemia en segundo plano y con la previsión de un repunte de la actividad muy destacado. Además, como que había ahorros acumulados muy notables, que se liberarían, había la previsión de un repunte del consumo muy importante, que junto al programa europeo Next Generation EU y unos tipos de interés muy bajos, apuntaban a un fuerte crecimiento para la economía española».

    «Todo esto -prosiguió Aspachs- se ha ido torciendo, y ahora se trata de ver hasta qué punto se ha torcido». Dicho lo cual, sentenció: «Ya les avanzo que la economía no se está hundiendo tanto como a veces parece, a pesar de la incertidumbre».

    Una incertidumbre que, nuevamente, tiene diversos orígenes. El primero de ellos es la pervivencia de la pandemia global de Covid-19, donde «diversos países asiáticos han sufrido recientemente una nueva ola de Covid muy importante, que a nivel económico puede tener implicaciones muy importantes. Los principales puertos de China vuelven a empezar a colapsar y, como ya hemos visto recientemente, cuando un nodo colapsa afecta a toda la cadena de valor global, lo cual nos hace prever que en los próximos meses se acentuarán los problemas de suministro de los productos que pasen por China».

    «El segundo factor -prosiguió Oriol Aspachs- es la guerra que Putin ha empezado en Ucrania. Incertidumbre es una palabra que cada vez tendríamos que poner más en negrita, y esta guerra ha disparado los niveles de incertidumbre. Y, cuando el indicador de incertidumbre aumenta, normalmente la actividad económica cae o se desacelera».

    «Esta incertidumbre -añadió el director de Economía Española de CaixaBank Research- está generando un aumento de precios fuertísimo, y no solo en energía, sino también en materias primas. El impacto de esto es una inflación que, tanto en EEUU como en Europa, experimenta un repunte espectacular, con máximos no vistos en décadas».

    «Hay el temor -explicó- de que este aumento de precios no sea puntual, aunque las previsiones son que el año que viene estas tasas de inflación se muevan en España alrededor del 1% y en EEUU en el 2%».

    Esto es lo que ha llevado a «un súbito y abrupto cambio en las expectativas de tipos de interés de los bancos centrales que, viendo el riesgo, han de reaccionar. Es un cambio pronunciado y destacable, aunque más pronunciado en los EEUU que en Europa», adelantó.

    Pero es, a la vez, el primero de los motivos para no caer en la desesperanza. Los bancos centrales están reaccionando a ese aumento de la inflación, y todo apunta a que lograrán mantenerla bajo control. Además, «el nivel de deuda de las familias no tiene hoy nada que ver con el de 2010, con lo que el impacto [del aumento de tipos de interés] es más limitado».

    Sí que habrá, por contra, «un impacto en las valoraciones bursátiles -apuntó Oriol Aspachs-, donde gran parte del crecimiento de las bolsas en los últimos años se mantenía en la perspectiva de que los tipos de interés estarían bajos durante los próximos años, y por eso ahora las cotizaciones están sufriendo».

    Aunque siguen los motivos para estar confiados: «Los índices de confianza siguen siendo relativamente elevados y, en el mercado laboral, es espectacular lo que estamos viendo, con tasas de paro en mínimos históricos en EEUU y en Europa, y con una ocupación en España en máximos históricos, con una proporción de contratos indefinidos también en máximos históricos», enumeró Oriol Aspachs.

    «El consumo -prosiguió- ya está por encima de los niveles previos de pandemia, y vemos el turismo con tasas de crecimiento de dos dígitos respecto a la pandemia, con el comercio electrónico con tasas de crecimiento que siguen estando por encima del 30% y 40%».

    «Es verdad -matizó- que hay sectores que están sufriendo mucho, y uno de ellos es el industrial, por el encarecimiento del precio de la energía y de las materias primas: lo que estamos viendo en los últimos meses no lo habíamos visto nunca». También la agroindustria atraviesa un momento delicado. Con todo, y pese a su importancia, cuenta el global y, en este punto, «pese a que las perspectivas de crecimiento han ido hacia abajo, no se han hundido. Tras revisarlas a la baja, esperamos una tasa de crecimiento en España, para este año, por encima del 4%. Eso es mucho. En otras circunstancias, estarías en recesión».

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