Repsol registró un beneficio neto de 4.251 millones de euros en 2022, una cifra un 70,1% superior al año anterior (2.499 millones de euros). En un comunicado remitido a la Comisión Nacional de Mercados y Valores (CNMV), la compañía energética ha achacado las ganancias al impulso del negocio internacional, que aportó un 64% de los beneficios.
Asimismo, indicó que en 2022 estuvo marcado por la «incertidumbre, la volatilidad y las complejas dinámicas de mercado derivadas de la guerra en Ucrania». Ahora bien, pese a los resultados positivos de los dos últimos ejercicios (6.750 millones de euros), la empresa todavía no compensó las pérdidas que registró en 2019 y 2020, que ascienden hasta los 7.105 millones de euros.
El ebitda de 2022 se situó en los 13.813 millones de euros, un 69,1% más que el año anterior; y la deuda neta en 2022 se redujo un 61%, hasta los 2.256 millones de euros.
Por segmentos de negocio, el resultado neto de la exploración y producción ascendió a 598 millones de euros; el industrial hasta 1.119 millones de euros; comercial y renovables hasta 167 millones de euros; y la corporación y otros hasta 123 millones de euros.
La compañía energética indicó que en 2022 estuvo marcado por una coyuntura «compleja», sobre todo en la primera parte del año, cuando el precio del crudo se incrementó de forma «abrupta», hasta los 140 dólares por barril, que supuso niveles máximos desde 2008. En cambio, durante el segundo semestre la caída de la demanda provocó un cambio de tendencia y los precios se «desplomaron», según Repsol.
En cuanto a inversiones, detalló que durante 2022 destinó 4.182 millones de euros, un 40% interanual más. Destaca que para 2023 la energética tiene previsto batir el récord de 5.000 millones de euros en inversiones.
Tras los resultados registrados, la energética propone una mejora del dividendo en efectivo de un 11%, hasta los 0,70 euros por acción.