La política constructiva e ilusionante

La carta de la directora

10 junio 2023 20:46 | Actualizado a 11 junio 2023 07:00
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Teresa Maria Batet i Pons fue la primera mujer concejal en el Ayuntamiento de Tarragona. Había sido una de las fundadoras de Convergència Democràtica de Catalunya en la ciudad y cuando le propusieron concurrir a las primeras elecciones democráticas tras la dictadura no lo dudó, aunque finalmente estuvo solo un mandato.

A sus 91 años, rememora con nostalgia esa etapa. Según Batet, fue una época maravillosa, constructiva, rica en todos los aspectos, de mucha ilusión y mucha esperanza. Una etapa de diálogo y entendimiento entre los diferentes partidos que había en el consistorio.

De ir todos a una, para tirar adelante. «No había peleas entre los concejales, todos trabajábamos por Tarragona, anteponiendo la ciudad a nuestros partidos. Lo que importaba era la ciudad, la limpieza, las playas», asegura Batet en la entrevista de Álex Saldaña que hoy publicamos.

Evidentemente, muchas circunstancias hicieron de ese mandato, un periodo singular. En primer lugar, que fue el primero tras la dictadura franquista. En segundo, las grandes carencias en los servicios más básicos de nuestros pueblos y ciudades y la necesidad de recuperar el tiempo perdido y de ponerse manos a la obra.

Pero, a una semana de la constitución de los nuevos ayuntamientos tras los comicios del 28 de mayo, recuperar las reflexiones de la primera mujer concejal en el Ayuntamiento de Tarragona, por cierto, nacida en Reus, es una delicia que recomiendo a todos los alcaldes, alcaldesas y concejales que el próximo sábado tomarán posesión de sus nuevos cargos en sus respectivos consistorios.

A una semana de la toma de posesión de los nuevos alcaldes, es interesante leer a Teresa Batet, primera concejal del Ayuntamiento de TGN. Necesitamos recuperar el espíritu de los primeros consistorios democráticos

También su visión de la rivalidad histórica entre Reus y Tarragona. Batet que guarda grandes recuerdos de su juventud en Reus pero que lleva más de seis décadas en Tarragona cree que ambas ciudades pueden y deben enriquecerse del contacto de una con la otra.

También que Reus ha ido por delante en los ámbitos comercial y cultural y que es una ciudad con mucha vida por la calle, mientras que a Tarragona le ha faltado autoestima, empuje y apreciar y mimar más los innumerables activos que tiene. Por ejemplo, el mar o La Savinosa. Batet considera que si el antiguo preventorio estuviese en Reus, ya se habría encontrado una solución. Veremos cuánto tardamos aún en ver este equipamiento, situado en un entorno idílico, de nuevo en uso.

La política municipal tiene dos grandes ventajas e inconvenientes a la vez. Los ayuntamientos son la primera puerta a la que acuden los ciudadanos. Y también, la administración que tiene el impacto más directo sobre la vida cotidiana de las personas.

Si los concejales elegidos hace quince días tuvieran claro cuán relevante puede ser su papel para los niños que cada día van a la escuela, para las personas que necesitan unos servicios públicos eficaces y próximos, las empresas que cada día levantan la persiana y que, con su actividad generan empleos y riqueza, llegarían a muchos más consensos y acuerdos.

Precisamente por ello, me ha llamado enormemente la atención el artículo que el periodista Oliver Márquez dedicaba esta semana a su mujer, Montse Adan (que el próximo sábado se convertirá en primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Tarragona), y al futuro alcalde, Rubén Viñuales.

La consellera d’Acció Climàtica afirma que es muy posible que dentro de pocos años tengamos refugiados climáticos catalanes y que teme por el Delta de l’Ebre. Puede parecer apocalíptico pero no lo es

Oliver Márquez pedía a Viñuales, a su mujer y al resto de miembros del PSC que gobiernen «con humildad y abiertos a dialogar con el resto de formaciones políticas». También que no duden en aceptar propuestas de los partidos de la oposición si van en beneficio del conjunto, dejando al margen las ideologías y los sectarismos a los que la política nos tiene acostumbrados.

Veremos. De ello depende que la abstención vaya a más y deje de ser protagonista de las convocatorias electorales.

Lleida tan calurosa como Sevilla

Un estudio del Departament d’Acció Climàtica ha puesto nombre a las infraestructuras de Tarragona en riesgo por el cambio climático. Son más de 40 y como explica el periodista del Diari, Raúl Cosano, en la edición de hoy, son vulnerables a la subida del nivel del mar, los incendios o las olas de calor. La vía ferroviaria que une La Plana Picamoixons y Reus, la AP-7, la N-340 y diversas carreteras del Ebre como la que comunica Amposta con Deltebre, Ulldecona y Alcanar, Horta con Bot, El Perelló y Rasquera así como las de Prat de Comte, Batea o Santa Bàrbara, están bajo amenaza en algún tramo. La propia consellera d’Acció Climàtica, Teresa Jordà, que ayer se supo que hará tándem con Gabriel Rufián en la lista de ERC para el 23-J, advertía esta semana que «es muy posible que dentro de pocos años tengamos refugiados climáticos en nuestro país, y no de otros países, sino catalanes». «Cuando pienso en esto me viene a la cabeza el Delta de l’Ebre», añadía.

Puede parecer apocalíptico pero no lo es. Hace una semana escuchaba a Francesc Mauri explicar la diferencia de temperatura de Barcelona en la actualidad, respecto a cuando él empezó como meteorólogo, durante la década de los ochenta.

Entonces, las máximas en tardes de verano en la capital eran de entre 27 y 29 grados y raramente se superaban los 30. Actualmente, casi todas las tardes de verano en Barcelona se superan esos grados. En una conversación en Expoquimia con Carles Navarro, director general de BASF Española, Francesc Mauri, expuso las predicciones actuales para el 2050: en Lleida, la temperatura llegará a la actual en Sevilla, y en Barcelona se tendrán registros similares a los de Málaga. Me quedé con las ganas de preguntar al meteorólogo cuál era el pronóstico de Tarragona, pero conociendo la respuesta sobre nuestros vecinas Barcelona y Lleida, lo pueden intuir.

Lo que sí me quedó claro es que vienen tiempos complicados para mantener muchos cultivos característicos de nuestras comarcas así como el actual modelo turístico.

Precisamente por eso ayer diez entidades de diversos ámbitos presentaron en Barcelona una gran alianza cívica para pedir al Govern de la Generalitat y a la sociedad en su conjunto activar la transición ecológica en Catalunya. Bajo el título El futur es ara, el movimiento busca introducir en el debate social y político dos pilares básicos del consenso científico: la necesidad de reducir las emisiones de gases invernadero y garantizar que el 30% del territorio tenga una biodiversidad bien conservada. Entre sus impulsores está el político socialista tarraconense Xavier Sabaté, hoy destacado activista medioambiental.

Tarragona debe liderar ese cambio. Necesitamos mucha energía renovable para sustituir la energía nuclear y la generada por gas y otros combustibles fósiles y para sustituir el hidrógeno gris de nuestra industria química. Ya se han dado pasos, como la instalación en el Port de Tarragona de la futura entidad para impulsar el hidrógeno verde en Catalunya. Pero hacen falta más y a mayor velocidad.

Comentarios
Multimedia Diari