El director Nicholas Stoller, especialista en comedias, regresa con otra entrega de Malditos vecinos. Sin duda, este segunda parte (¿porqué demonios últimamente no hacemos otra cosa que hablar de segundas partes y continuaciones?) supera ampliamente a su predecesora. Sí, aunque para eso no hacía esforzarse en exceso dado el mediocre nivel de la primera.
Malditos vecinos 2 hace bueno el dicho de la regla cinematográfica no escrita que señala que ‘si haces algo otra vez, hazlo diferente’. Y, en eso, la película es un acierto. Pero no esperen un cambio radical. Eso sí, es un cambio a mejor.
Esta vez Chloë Grace Moretz se une a Seth Rogen, Zac Efron y Rose Byrne en este nuevo capítulo de Malditos vecinos, que tiene pinta de que tampoco será el último y que terminará convirtiéndose en una franquicia al más puro estilo American Pie. En la nueva trama descubriremos qué ocurre cuando la voluntad de unos padres se enfrenta a los lazos de una fraternidad, en esta ocasión compuesta por las chicas más rebeldes del campus.
Mac (Seth Rogen) y Kelly Radner (Rose Byrne) están decididos a ser auténticos adultos y pretenden mudarse a las afueras. Además de la pequeña Stella, la pareja de felices padres espera su segundo hijo. Por eso, si todo va bien, en pocos días cerrarán la venta de su casa. Pero, inesperadamente, la vida en su tranquilo barrio se hace insoportable cuando una hermandad universitaria de chicas, donde se hacen fiestas continuamente, se muda a la casa de al lado.
Esto complica los planes de los Radner, porque se dan cuenta de que con estas nuevas vecinas no será tan fácil vender su casa. Y es que, las Kappa Nu son una fraternidad de descontroladas estudiantes. Cansadas del sistema sexista y restrictivo de la universidad, las chicas de Kappa Nu, lideradas Shelby (Chloë Grace Moretz), han encontrado la casa perfecta para celebrar fiestas, y no les importa nada que esté situada en una calle tranquila.
Para solucionar el problema y desalojar a las ruidosas chicas de esta fraternidad, recurrirán como arma secreta a la ayuda de su antiguo enemigo: Teddy Sanders (Zac Efron), el líder de la hermandad juvenil Delta Psi Beta, además de a Pete (Dave Franco). Eso sí, no lo tendrán nada fácil, porque las Kappa Nu son chicas guerreras y un tanto perversas, que aprovechan en todo momento su sexualidad, y que no tienen ninguna intención de marcharse.
Con todo ello, Stoller y sus guionistas se han preocupado mucho menos de esbozar personajes creíbles en tanto que buscan otro objetivo: mantener y superar el humor extravagante que logró que la primera entrega funcionase tan bien.
Desmadre vecinal
Para ello, Stoller aprovecha su experiencia en filmes como Eternamente comprometidos, Todo sobre mi desmadre o Paso de ti para conseguir ofreciendo más risas que en la película primera parte de Malditos vecinos. De esta manera, transforma la secuela en una notable mejora respecto a la original.
En el fondo, Malditos vecinos 2 no deja de ser una comedia grosera universitaria (vuelvo al recuerdo de American Pie) pero que en esta ocasión se gradúa de forma inteligente por sus aspectos reflexivos sobre temas como el feminismo o la relación padres, hijos y vecinos.
Seth Rogen está en su salsa, en el tipo de comedia que más le va, rodeado de cachimbas, cachondeo y... bikinis. Se nota que acaba de empezar el verano.