En la madrugada del 7 de mayo de 2017, la víctima se encontraba en una discoteca de Salou, situada en la calle Brussel·les. Estaba acompañada por unos amigos y de la que era entonces su compañera sentimental. Al grupo se acercó el acusado, W.J.G.R., para intentar bailar con la chica. Ello molestó a su novio, que dijo al acusado que la dejara de molestar.
Tras ese incidente inicial, sobre las seis menos cuarto de la mañana, la joven y su novio volvieron a coincidir con el acusado –y el otro encausado– a la salida de la discoteca.
En ese momento se acercó a la víctima y se inició una discusión entre ellos. Durante la misma, el procesado golpeó la cabeza del denunciante con una botella de cristal. El herido cayó al suelo. A continuación, el agresor, utilizando la botella de cristal rota por el golpe anterior, le cortó la cara, desde la parte superior a la nariz y el ojo izquierdo hasta atravesar el pómulo izquierdo. La agresión cesó cuando se interpuso la novia del herido. Este fue trasladado a un centro hospitalario; el acusado y su acompañante, huyeron.
Las lesiones
Como consecuencia de la agresión, la víctima sufrió lesiones consistentes en heridas incisocontusas en el párpado superior izquierdo, con perforación del ojo, traumatismo craneal con herida frontal y glaucoma en ojo izquierdo postraumático.
Ha tenido que pasar por diversas intervenciones quirúrgicas. Las lesiones tardaron en curarse 316 días, de los cuales 200 estuvo impedido y cuatro, hospitalizado. Como secuelas le han quedado pérdida de agudeza visual en el ojo izquierdo inferior, glaucoma en el mismo ojo y una cicatriz.
Durante la vista oral, la víctima relató los hechos. Manifestó que desde el 2018 la pérdida de agudeza visual le había ido aumentando; antes podía ver todavía un poco las letras pero que ahora ya no veía nada.
En la fecha que ocurrieron los hechos trabajaba en mantenimiento y que ahora había vuelto a empezar, pero que no era lo mismo porque no podía estar tranquilo, no le podía dar el sol porque no aguantaba el dolor.
Añadió que cuando le limpiaron las heridas, le sacaron cristales que tenía dentro del ojo y de la cara.
El condenado
Por su parte, el ahora condenado, durante el juicio, solo contestó a las preguntas de su abogado. Declaró que la tarde anterior a los hechos estuvo tomando cubatas, que se marchó a casa para ir a la discoteca, después a un bar, donde siguió tomando whisky en otro, donde consumió droga. Y que cuando llegó a la discoteca en cuestión había bebido mucho e iba mareado. Y negó que hubiese propinado un botellazo a la víctima.
Las peticiones de las partes
Por su parte, el fiscal pidió para los dos acusados 11 años de prisión y 15 de orden de alejamiento, además de pagar una indemnización a la víctima. Con respecto a la responsabilidad civil, solicitaba 13.994,63 euros por las lesiones y 81.000 por las secuelas.
Por su parte, la acusación particular, representada por David Peña, pidió 12 años de prisión, además de 20.000 euros por las lesiones, 159.000 por las secuelas y 3.625 por los gastos médicos. Por su parte, los abogados de los dos acusados pedían la libre absolución.
