Fallece Josep Maria, alma del histórico Pi de El Vendrell

Era un gran aficionado a la cultura. Su restaurante atrajo a personalidades del arte, la política y el deporte

06 marzo 2022 18:32 | Actualizado a 06 marzo 2022 18:48
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Fue el alma de un célebre restaurante que estaba en la Rambla de El Vendrell y que queda en el recuerdo de muchos. Aquí estaba el Pi, señalan todavía. El Pi era de visita obligada porque supo mantener su estilo y por sus platos. Y Josep Maria Solé era el emblema del Pi.

Josep Maria ha fallecido este domingo. Por su resturante pasaron gran cantidad de personales ilustres, desde el escultor Apel·les Fenosa a Josep Maria Subirachs o políticos como Ernest Lluch y Macià Alavedra y artistas y escritores como Mari Santpere,  Juanjo Puigcorbé. La periodista Montserrat Roig y Manuel Vázquez Montalbán.

Solé era además un gran aficionado a la arqueología y a la astronomía, además de mantener largas conversaciones culturales. Durante años estuvo muy implicado en la vida cultural del municipio. Josep Maria Solé nieto del fundador de aquella taberna que comenzó en 1906 supo mantener el atractivo del local.


Muchos recuerdan el   fricandó, la tripa, el bacalao y el rape al cava. Y la tradición de colgar una rama de pino en la puerta para anunciar que se ofrecía vino joven y que acabó dando nombre al local.

Con los años la taberna creció y fue un referente en los primeros años del turismo y testigo de la historia de El Vendrell, de la que Solé siempre quiso estar informado. 

La pasión de Solé por la cultura permitió atraer a intelectuales y artistas. En las mesas del Pi se estuvo apunto de lograr que la Fundació Joan Miró tuviese su sede en El Vendrell, aunque finalmente acabó en Barcelona.

Miró
El escritor Joan Perucho, que tuvo casa en Albinyana, mantenía amistad con  Miró, a quien dedicó varios libros. 

Perucho propuso a Miró reservar unas obras para hacer una colección pública en El Vendrell. Hizo la propuesta a Miró y le puso en contacto con el entonces alcalde Casimir Coll. Tras una reunión en octubre de 1967  parecía estar todo atado pero a última hora El Vendrell se echó atrás.

El alcalde acudió a Palma de Mallorca, donde se instaló Miró. El artista estaba satisfecho y  dispuesto a ceder la obra necesaria para llenar un museo.

El alcalde pensó en algún palacete. A Miró le hacía ilusión algo similar al Museo Picasso de Barcelona. A Miró le gustaba El Vendrell. En los años 50 paraba junto a su esposa Pilar Juncosa para comer en sus trayectos entre la localidad y Mot-roig. En El Vendrell el artista comía en la Fonda Pi de la Rambla donde dejó una dedicatoria y un dibujo.

Todo avanzaba hasta que el alcalde presentó el objetivo al resto del consistorio. 

Mira por qué no llegó la Fundació Miro a El Vendrell:

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