La Guardia Civil ha detenido a tres personas y está investigando otras siete –una de ellas vecina de Salou– en el marco de un operativo para desarticular una organización que habría cometido una quincena de estafas telemáticas.
El grupo habría defraudado 300.000 euros a empresas de Toledo, Albacete y Cuenca. La banda duplicaba tarjetas SIM de dispositivos móviles y lograba las llaves de seguridad de los bancos de las víctimas.
De esa forma podía hacer transferencias fraudulentas. La banda usaba personas vulnerables con dificultades económicas para que abrieran cuentas a su nombre donde poder transferir el dinero defraudado. Después, las hacían extraer el capital del cajero y entregárselo en mano. Todo a cambio de hacerles un préstamo.
La operación se inició en noviembre de 2022 a partir de la denuncia de un empresario de la provincia de Ávila, que comunicó que había sido víctima de varias estafas bancarias en las que le habían sustraído 31.000 euros a través de diferentes transferencias desde un número de cuenta desconocida.
Los agentes responsables de la investigación detectaron a un grupo de personas en distintos puntos del Estado que podrían estar cometiendo este tipo de estafas por todo el territorio. Fruto de ello y de los análisis informáticos, la policía descubrió se trataba de una organización criminal integrada por diez personas, que adquirían de forma fraudulenta datos personales de terceros.
Datos personales de las víctimas
La organización duplicaba tarjetas SIM de dispositivos móviles de forma que podían ver todas las operaciones que las víctimas habían realizado mediante sus teléfonos. Conseguían las llaves de seguridad de los bancos y aprovechaban el momento en que las personas estafadas se quedaban sin línea y no podían utilizar sus teléfonos, para emitir transferencias fraudulentas y sustraer el dinero.
La organización utilizaba terceros para que sacaran el dinero del banco y se lo entregaran en efectivo.
Personas vulnerables por abrir las cuentas bancarias
En este sentido, la Policía constató que los jefes de la organización utilizaban personas vulnerables que sufrían dificultades económicas para que abrieran cuentas a su nombre y así poder transferirles el dinero.
Estas personas se encargaban de extraerlos y entregarlos en mano a los miembros de la organización. Todo ello a cambio de hacerles un préstamo económico que después debían devolver.

El pasado mes de febrero, los agentes localizaron a dos de los líderes de la formación que se encontraban en una vivienda de alquiler en la ciudad de Valencia. La policía los detuvo y comisó varios dispositivos móviles, así como tarjetas SIM y 1.000 euros en efectivo.
Durante esa intervención, uno de los jefes de la banda intentó huir saltando por un balcón. El otro también intentó escapar y en el momento en que fue interceptado agredió a dos guardias civiles ocasionándoles diferentes lesiones graves.
Una vez examinados, los dispositivos móviles y las tarjetas SIM incautadas, la policía descubrió que los dos detenidos habían estado extorsionando a cerca de 90 personas mediante llamadas telefónicas, solicitándoles diferentes cantidades de dinero. Las habrían amenazado con agredirlas físicamente haciéndose pasar por personas de Europa del Este.
A principios de marzo, la Guardia Civil detuvo a la tercera líder de la banda en L’Hospitalet de Llobregat.
Posteriormente, los agentes encontraron también a las personas utilizadas por la trama para que les entregara el dinero en efectivo, un total de siete, ubicadas en las localidades de San Andrés de la Barca (Baix Llobregat), Salou (Tarragonés), Ciudad Real y Madrid .