‘Billy Elliot’, un musical rotundo que baila, canta y emociona

Crónica. Con una espectacular puesta en escena se estrenó el día 9 en el Teatre Victòria de Barcelona tras el exitazo a su paso por Madrid 

19 octubre 2021 21:34 | Actualizado a 19 octubre 2021 21:42
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Allá por el año 2000, una película pequeña logró acaparar la atención de todo el mundo. Ambientada en 1984, durante una huelga de mineros en el condado de Durham (en el noreste de Inglaterra), Billy Elliot (¡Quiero bailar!) se ganó la admiración y los aplausos de público y crítica. Ahora, dos décadas después, Billy Elliot, El Musical ha logrado otro éxito arrollador, rotundo, espectacular.

Es un deleite para cualquier fan y seguidor de los musicales. No solo por los numerosos números de baile, sino también por la emotividad de sus letras y la exquisitez de sus interpretaciones. Al frente de todas ellas brilla especialmente Natalia Millán, una actriz que  sorprende y mucho por su excelente voz y sus mágicos movimientos sobre el escenario y que repite (como ya sucedió a su paso por Madrid) en el papel de la señorita Wilkinson. Con ella, un reparto que logra que durante algo más de dos horas nos metamos de lleno en la historia mientras reímos, cantamos, nos bailan los pies o lloramos.

Todo ello con una espectacular puesta en escena con 14 excelentes canciones (de Elton John) y un montaje dividido en dos actos. La traducción al español de las letras del músico británico ha corrido a cargo de David Serrano, logrando mantener la esencia del mensaje. Serrano ya trasladó el musical a la gran pantalla con Una hora más en Canarias (2010) y conoce bien el engranaje de la comedia, donde ha obtenido buenos resultados con Días de fútbol (2003) y Días de cine (2007). De ahí que sepa compaginar perfectamente los momentos dramáticos con los cómicos mientras se unen perfectamente con los números musicales.

La dirección corre a cargo de Maite Pérez Astorga, acompañada de Gary Goldman (director musical) y Peter Darling (coreografías originales). Su esfuerzo y el de todo su equipo ha sido el de trasladar el éxito cinematográfico a un escenario teatral, basándose en una adaptación de la historia muy acertada y comprensible para el espectador. Es muy fácil y rápido conectar con el espíritu luchador y soñador del protagonismo, con quienes todos y todas nos identificamos.

La función se sustenta sobre la base de multitud de actores, cantantes y bailarines que saben transmitir momentos de alegría, esperanza, dolor y rabia. Ahí quedan, por ejemplo, canciones tan hilarantes y críticas con Margaret Thatcher (Feliz Navidad, Maggie Thatcher), que nos ubican y nos hacen partícipes del conflicto laboral que tiene lugar en ese momento en la Inglaterra minera.

Pero los grandes protagonistas son los niños y las niñas, con un elenco que cuenta con más de 60 jóvenes catalanes que (tras pasar varios meses en la Escola Billy Elliot Coco Comín recibiendo formación el ballet clásico, claqué, interpretación, voz, clown y acrobacia para garantizar el nivel de excelencia exigido en este musical) están deseando exhibir todo su talento. Entre ellos están los cinco niños que interpretan el papel de Billy Elliot: Iker Castell, Pablo Fito, Marc Gelabert, Pol Ribet y Max Vilarrasa.

Solo en Barcelona, sin gira
En total son más de 140 personas las que han trabajado exhaustivamente durante dos años para obtener un magnífico resultado, de la mano de la productora SOM Produce, para presentar esta obra maestra avalada por el éxito extraordinario en Broadway, Londres y Madrid, donde -por cierto- la han visto más de 750.000 espectadores. Y es que, por las características de esta gran producción, Billy Elliot, El Musical solo se podrá ver en Barcelona, sin posibilidades de gira posterior por España. 
Su impactante éxito entre el público y la crítica queda patente con su récord histórico en los Premios Broadway World de 2017, año de su estreno, con 12 galardones, incluyendo el de Mejor Musical y como número 1 de la crítica musical durante 26 semanas consecutivas. Todo eso, en la capital mundial por antonomasia del musical.

Ahora, Billy Elliot, El Musical está al alcance de la mano. Es una buena ocasión para disfrutar de un espectáculo vibrante, emotivo y rotundo. Una bella sensación. No hace falta darle muchas vueltas a la historia. Solo basta con dejarse llevar. Al fin y al cabo, todos queremos bailar.

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