El escritor barcelonés Jorge Molist vuelve a desgranar las vicisitudes de Pere III de Aragón y Conde de Barcelona, en una lucha sangrienta por controlar el Mediterráneo, con una Constanza, coronada como reina de Sicilia. Personajes ilustres que descansan, en buena medida, en el Reial Monestir de Santa Maria de Santes Creus. Es el caso del almirante Roger de Llúria y del mismísimo Pere el Gran, «el rey más audaz y más atrevido de la historia, no solo de Catalunya, sino de España», según considera Molist. Su tumba es la única de un soberano de la Corona de Aragón que no ha sido nunca profanada. Una época, el siglo XIII, que el autor retrata en La reina sola (Editorial Planeta), que se puede leer de manera independiente de Canción de Sangre y Oro, novela que ya abordaba el reino heredado de Jaume I.
Regresa a la Edad Media y a la Corona de Aragón.
Estos son unos reyes olvidados. Yo estaba leyendo un libro de Steven Runciman, un historiador británico, y de repente vi que lo que me estaba contando era mi historia. Una historia sorprendente y gloriosa que yo, prácticamente ignoraba. Runciman tiene elogios tanto para Constanza como para Pere III. ¿Cómo puede ser que tengamos en la trayectoria hechos tan brillantes y que los ignoremos? La historia de la Corona de Aragón y luego de España en el Mediterráneo es tan apasionante o más que Juego de Tronos. Solo que es real y es nuestra.
«La urna funeraria de Constanza es muy pequeña en comparación a lo grande que fue ella como reina»¿Por qué Sicilia era tan importante?
Era la llave del Mediterráneo y también el granero. Tenía una gran importancia porque los papas habían estado enfrentados con la dinastía Hohenstaufen, a la que pertenecía Constanza y por ese motivo lanzaron una cruzada contra su padre, capitaneada precisamente por el que era hijo del rey de Francia, que luego se convirtió en emperador del Mediterráneo, Carlos de Anjou.
¿Era realmente tan siniestro como lo describe?
Sí. Era todo un personaje. Dominaba al que era su sobrino, el rey de Francia, y al papado. Por otra parte, tenemos a la Corona de Aragón, asfixiada por Francia. Con su solo millón de habitantes, había perdido Occitania en el norte, lo que es ahora el sur de Francia. No se podía expandir hacia el sur porque estaba Castilla con cinco millones de habitantes, muy poderosa y con la que mantenía buenas relaciones. No tenía otra salida que el mar. Por eso el matrimonio de Constanza y Pedro, propiciado por Jaume I el Conqueridor.
Que salió de Salou hacia Mallorca.
Por dos veces. Primero en tiempos de Jaume I y luego en los de Pere III. Con ese enlace entre Pere y Constanza pretendieron establecer las bases para expandirse comercialmente por el Mediterráneo, y en un principio la idea no era militar, pero Francia también la quería. Aunque, de repente, en un movimiento audaz, Pere III se queda Sicilia y corona a su esposa. Eso exasperó al Papa, a Carlos de Anjou y detrás de él a toda la poderosísima Francia.
¿Cómo es esta reina sola?
Tras ser coronada, Pere III la deja sola para ir a luchar contra el rey francés. Está sumida en una guerra cruel de los tres mayores poderes de su siglo, Francia, Carlos de Anjou y el papado. Además, los cortesanos ambiciosos pretenden derrocarla, hay sublevaciones, de tal manera que su vida y la de sus hijos peligran.
«En Santes Creus hay un túmulo impresionante de Pere III. También está Roger de Llúria, el mejor almirante de todos los tiempos»
Intrigas, asesinatos, traiciones... ¿Cómo se gana un reino?
Yo diría que un reino se gana con audacia. Atreviéndote a lo que los demás no se atreven y vale desde el lecho a batallas e intrigas. Y todo esto sale en la novela. De hecho, hay un personaje para mí fascinante. Mientras que Constanza de Aragón y Sicilia fue una mujer de su tiempo, hay mujeres que no te crees que vivieran entonces. Una de ellas es Macalda. Una seductora nata para la que cualquier arma, fuera de filo, de acero o de seducción, valía. Es el choque con Constanza.
¿Qué salió mal para perder el imperio?
Perdimos el imperio durante la guerra de sucesión. La misma del famoso 11 de septiembre.
¿Sería posible comparar a Constanza con algún político actual?
Quiero dejar a Constanza en su tiempo porque cuando no me gusta lo que veo a mi alrededor, mi refugio es precisamente yéndome a aquel.
«Yo tengo dos vidas. Cuando no me gusta lo que veo a mi alrededor, mi refugio es precisamente, yéndome a la Edad Media».Mal estamos si tenemos que retroceder a la Edad Media.
Yo tengo dos vidas. Cuando no me gusta la de un lado, me paso al otro.
En Tarragona descansan eternamente algunos de sus personajes.
En Santes Creus hay un túmulo impresionante de Pere III, el que fue el rey más audaz y más atrevido en la Historia, no solo de Catalunya, sino en la de España. Y luego ha sido olvidado, seguramente por sus enfrentamientos con el Papa. Y el otro grande de la época fue Roger de Llúria. El mejor almirante de todos los tiempos. Ganó seis grandes batallas navales, una de ellas con el doble de enemigos.
Que preside el Balcó del Mediterrani.
Y sus restos, también están en Santes Creus. Roger de Llúria admiraba a Pere, quien murió mucho antes que él. Porque Roger de Llúria sirvió a dos reyes más. Ese gran hombre está en una humilde lápida, a los pies del túmulo de Pere III, y dice simplemente: Aquí yace Roger de Llúria, almirante de la flota de Aragón y Sicilia, por el rey don Pedro. No menciona a ningún otro. Eso es fidelidad.
¿Y Constanza?
La enterraron en el convento de los franciscanos, en Barcelona. Cuando lo echaron abajo, llevaron sus restos a la Catedral. Está allí, dentro de la humildad franciscana. Su urna funeraria es muy pequeña en comparación a lo grande que fue ella como reina.
¿Para cuándo en catalán?
Para después de Sant Jordi.
