Las mascotas también padecen alergias

Es tiempo de parásitos, aunque el cambio climático los está trasladando a todas las estaciones

01 mayo 2022 16:03 | Actualizado a 01 mayo 2022 16:12
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Con la llegada de la primavera, las consultas veterinarias notan un repunte de visitas relacionadas con picores y pruritos o irritaciones de la piel. Igual que ocurre con los humanos, las alergias también afectan a algunas mascotas, tanto a perros como a gatos. «Hay animales que pueden estar llenos de pulgas y no las notan y, sin embargo, en otros, una única picada se transforma en una alergia descomunal», explica Jacob Bofarull, del hospital sito en La Canonja, Bofarull Veterinaris.

Uno de los principales síntomas de todas las alergias es el picor, por lo que la primera asociación que puede hacer el propietario es que se trata de parásitos externos, sobre todo en esta época del año. No obstante, esto no siempre es así, ya que también existen las alergias ambientales, que son más estacionales o las atópicas y las alimentarias, que se padecen todo el año.

Alergias ambientales

El polen, el moho o el polvo son las causantes de muchas alergias ambientales, un tipo de trastorno generalmente estacional, por lo que probablemente solo aparecerá de forma puntual. «Los perros pueden sufrir fiebre del heno, por lo que se puede notar estornudos o irritación cuando el recuento de polen es alto», señalan en la página web de Purina. «Lo positivo es que sabemos que son ambientales. La primera vez no, pero después, en el historial del animal se comprueba que cada primavera presenta los mismos problemas. Y esto se da tanto en perros como en felinos, sin distinción. A partir de abril o mayo visita más frecuentemente la consulta, tiene más pruritos, se rasca mucho más o padece alopecia y se le deben prescribir antihistamínicos», ilustra Jacob.

Pulgas y garrapatas

Como apuntan expertos de Purina, «las alergias en perros son el resultado de una reacción a la saliva de la pulga en la piel y los síntomas varían de picazón leve a una reacción severa cuando se muerde». Los perros, generalmente, pueden rascarse, frotarse, masticarse o lamerse el cabello o la piel y «esto a veces puede provocar un trauma en la piel o la introducción de una infección secundaria».

«En ocasiones se trata de casos graves, ya que la picadura, tanto de pulga como de garrapata, aparte de producir la alergia, puede provocar enfermedades», dice Jacob quien, en todo caso, recuerda que el cambio climático también se nota en el mundo animal y si bien pulgas, garrapatas, sarna y ácaros se asocian a esta época, esto está variando. «Los parásitos se adaptan. Es decir, con el calor viven mucho mejor, pero dentro de casa, si hay calefacción, también vivirán. Tenemos que darnos cuenta de que hay pulgas en todas las estaciones. Yo he encontrado en pleno diciembre. El cambio climático es una realidad para ellos y se percibe, por ejemplo, en el pelaje, ya que ahora sueltan pelo todo el año». Por ello, en relación con los parásitos, el especialista recomienda prevenir de forma anual en todas las mascotas en general y en los alérgicos en particular.

Collares, pipetas y pastillas son la prevención ideal contra pulgas, garrapatas y mosquitos, que pueden trasmitir la Leishmania.

La prevención contempla los collares, las pipetas y las pastillas. De estas últimas existen dos tipos, las mensuales o las trimestrales. «La eficacia es la misma, por lo que va a gusto del consumidor, en función de su comodidad», señala el veterinario de La Canonja. Pastilla o collar y pipeta se complementan y, de hecho, en zonas en las que predominan garrapatas y pulgas, como en aguas estancadas o cauces de ríos donde se acostumbra a pasear, «hay más facilidad de coger parásitos e incluso los prevenidos con pipeta o collar, cogen alguna garrapata. Por ello, aconsejo también la pastilla parasitaria». En el caso de las garrapatas, si se opta por quitarlas, hay que asegurarse de hacerlo bien. Es decir, al retirarla, preferiblemente con unas pinzas, no debe quedar la cabeza en el interior de la piel del perro, ya que de otra manera, pueden aparecer infecciones.

Una característica de la pipeta es que, a diferencia de las pastillas, «ahuyenta los mosquitos y esto también es muy importante porque transmiten bastantes enfermedades, entre ellas la Leishmania» un trastorno crónico que en la actualidad carece de cura.

Otras reacciones alérgicas puede ser consecuencia de picaduras de abeja o de avispas. Los signos de shock pueden aparecer pocos minutos después de la exposición y pueden incluir: dificultad para respirar, babeo, vómitos, convulsiones y, a veces, incluso pérdida de la conciencia. Si esto ocurre, hay que comunicarse con el veterinario de inmediato.

Por lo que respecta a los gatos, estos tampoco están libres de la prevención, tanto si salen de casa como si no. En estos últimos se sugiere una desparasitación un par de veces al año.

Alergias alimentarias

La intolerancia a algunos alimentos se produce durante todo el año y afecta tanto a los animales que únicamente ingieren pienso como a los que se alimentan de comida elaborada por sus amos. Signos gastrointestinales como vómitos y diarreas pueden ser síntomas, aunque también se traducen en problemas de piel.

«Puede empezar en cualquier época del año y a cualquier edad y descubrir su origen puede ser muy complicado», asegura Jacob. Por ello, en un primer momento se prescribe un pienso medicado, hipoalergénico, para empezar a diagnosticar. Se hace un tratamiento exclusivamente con este pienso «sin conservantes ni colorantes, bajo en proteínas» y si funciona, se añade paulatinamente a la dieta algún alimento controlado. Por ejemplo, el pienso habitual del animal. Si se vuelve a producir la reacción alérgica, entonces debe cambiar por un tiempo indefinido al medicado. «Normalmente el pollo es hipoalergénico, por lo que hay que vigilarlo en animales que son sensibles de piel», dice Jacob, quien manifiesta que actualmente está de moda la dieta B.A.R.F, a base de comida más cruda, «pero también hay mascotas que se alimentan así y tienen reacciones alérgicas». La dieta B.A.R.F se basa en la consideración de que los perros deben seguir una alimentación lo más cercana posible a la que tenían sus ancestros salvajes. En todo caso, «si con el cambio de dieta, no mejora, se debe seguir investigando, lo que conlleva analíticas y pruebas de alergia», una molestia para el can y para el bolsillo del propietario.

Las alergias alimentarias pueden surgir en cualquier época y edad

Invasión de Ucrania

Animales, los otros protagonistas del conflicto

Muchas de las víctimas que han huido de la invasión rusa de Ucrania lo han hecho acompañadas de sus animales de compañía, lo que también supone un proceso de adaptación, tanto de los inmigrantes como de los países de acogida. El hospital de Jacob Bofarull es uno de los que trabaja junto con el Col·legi de Veterinaris para vacunar de forma altruista contra la rabia a los perros llegados del país báltico. «Ucrania es un país endémico de rabia», recuerda Jacob, quien insiste en la importancia de la prevención. «Hasta ahora estaba muy controlada gracias a las campañas de vacunación. Actualmente, en Catalunya nos hemos dormido un poco, ya que no es obligatoria, pero tenemos que tener en cuenta que se trata de una enfermedad que se contagia a las personas. El mundo cada vez está más expuesto, cada vez es más pequeño. Muchos animales vienen de Ceuta y Melilla y ahora de Ucrania. Y es muy fácil prevenir, con un pinchazo, una vez al año», asevera.

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