Muere a los 90 años Sean Connery, el auténtico James Bond

El actor escocés, que ganó un Oscar por la magnífica película ‘Los Intocables de Eliot Ness’, se convirtió en un icono gracias al agente 007

01 noviembre 2020 08:14 | Actualizado a 09 diciembre 2020 18:20
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Si ‘Sólo se vive dos veces’, como decía el título de una de sus películas más conocidas, Sean Connery debe de estar ahora mismo tomándose un martini «mezclado, no agitado», o un whisky de su Escocia natal, en alguna de sus mansiones. Pero esa copa ya pertenece a su segunda vida: la primera la cerró ayer tras 90 años muy intensos. El actor escocés, ganador de un Oscar de reparto por ‘Los Intocables de Eliott Ness’, murió durante la noche de ayer acompañado por su familia en Nassau, en las Bahamas, según desveló su hijo, Jason Connery. 

Ocho actores han encarnado a James Bond en 27 películas, pero Sean Connery fue el genuino 007 para millones de seguidores en todo el mundo. Se metió en el papel y lo perfiló de un modo tal que todos los intérpretes que llegaron después de él tuvieron que soportar la comparación, y casi siempre la perdieron. Convertido en el agente más leal de la Reina de Inglaterra, y con licencia para matar, Connery marcó la masculinidad de la segunda mitad del siglo XX: alcohol, mujeres, trajes a medida, relojes caros, Aston Martin de lujo, yates, casinos, playas. En 1989, con 59 años, la revista People lo distinguió como «el hombre vivo más sexy» del mundo y diez años después, como el más atractivo del siglo XX. 

Hasta la cima del mundo llegó escapando de la pobreza. Thomas Sean Connery nació en un barrio obrero de Edimburgo en 1930, hijo de un camionero y una limpiadora. A los 16 años se enroló en la Marina. Se dedicó al fútbol, el boxeo y las mujeres, sus pasatiempos favoritos, y se hizo dos tatuajes: uno de una ardilla y un pájaro con la inscripción ‘papá y mamá’ y otro de un corazón con un cuchillo clavado con la frase ‘Escocia para siempre’. 

Acabada su etapa militar, vivió varios años de pequeños y pintorescos trabajos: fue profesor de natación, pulidor de ataúdes, repartidor de carbón, albañil, conductor o guardaespaldas. En 1950, participó en el concurso de Mister Universo en Londres: quedó tercero.
A los 27 años inicia su carrera de actor con un telefilme de la BBC, firma un contrato con la 20th Century Fox. y a partir de ahí, encadena rodajes. Pero su gran oportunidad llegó cuando le proponen participar en una película de espías. Se niega a participar en el cásting. «Me cogen como soy o me dejan», les dijo, al parecer, a los productores. Le cogieron, claro, y no le soltaron hasta siete películas después. 

Probablemente, el gran mérito de Connery fue conseguir que un personaje tan popular no encasillara su carrera. Al contrario, pareció una motivación para moverse por todo tipo de papeles. Durante años alternó a 007 con películas como ‘El día más largo’ (1962),‘Marnie, la ladrona’ (1964), ‘Asesinato en el Orient Express’ (1974), ‘El hombre que pudo reinar’ (1975) o ‘Robin y Marian’ (1977), entre otras. Pero a partir de 1983, y tras dos años sabáticos, inauguró una nueva etapa en su carrera llena de éxitos de taquilla y premios. Fue el fraile franciscano Guillermo de Baskerville en ‘El nombre de la rosa’ (1986), el agente Jim Malone en ‘Los Intocables de Eliott Ness’ (1987) y el padre de Indiana Jones en ‘Indiana Jones y la última cruzada’ (1989) -en la vida real, Connery y Harrison Ford se llevan sólo 12 años-. De esta época son también ‘La caza del Octubre Rojo’, ‘La Casa Rusia’ y ‘La Roca’. 

El mejor agente de la reina de Inglaterra era, en el mundo real, un ferviente independentista escocés. Se afilió al Partido Nacionalista Escocés en su juventud y en 2008 dijo que quería ver una Escocia independiente antes de su muerte. De hecho, justificó su «exilio» en Marbella, Portugal, Bahamas y Estados Unidos en que no volvería a Escocia hasta que no fuera un Estado, aunque algunos le acusaron de marcharse de su país para pagar menos impuestos. Pese a su nacionalismo escocés, la reina de Inglaterra le nombró ‘sir’ en el año 2000 y le otorgó un título nobiliario. Connery recibió la distinción vestido con la tradicional falda escocesa.

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