Al Nàstic solo le falta el gol

447 minutos sin marcar son una losa pesada que pesa en un conjunto grana que mejoró su juego ante el Sestao

13 noviembre 2023 19:43 | Actualizado a 14 noviembre 2023 07:00
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El fútbol es a veces tan sumamente injusto que solo se analiza a través del marcador y los goles marcados. Por otra parte, resulta algo normal porque lo que más importa es marcar y lo demás queda en segundo plano. El Nàstic vio como frente al Sestao volvía a dejar su casillero de goles a cero y el empate frente a los vascos sabía a pura amargura. Fue un partido que de jugarse en diez ocasiones, se hubiese ganado en nueve de ellas. Al Nàstic le tocó la penitencia de la excepción.

El conjunto de Dani Vidal completó un buen partido en líneas generales. Se pueden hacer dos lecturas: hay motivos para estar contentos, pero también hay motivos para no estarlo. Según cómo se mire, pero lo que no se discute es que hay que mejorar en metros finales porque si no se van a escapar muchos más puntos de los que ya se han escapado.

Lo primero que hay que destacar es que el conjunto grana tuvo una de esas salidas en tromba que tanto gustan al Nou Estadi. Comenzó el partido imponiendo su ley y llegando a área contraria. Fue un equipo dinámico y al que solo le faltó mantener ese alto ritmo durante más minutos, pero el rival también juega y el cansancio siempre aparece.

El Nàstic suma tres partidos seguidos en liga sin mazrcar gol

Otro punto positivo fue la presión sin balón que realizó el conjunto grana en campo contrario. Se mejoró respecto a las últimas semanas. También es cierto es que ayudó un Sestao que planteó el partido con la defensa como prioridad y el ataque en el olvido.

No obstante, el Nàstic fue un equipo que presionó de manera ordenada, intensa y que no dio respiro a un rival vasco que se limitó a buscar el juego vertical y no arriesgar en la salida del balón.

Otro factor que hay que ensalzar es que el Nàstic fue un equipo que generó ocasiones de gol. No es lo mismo acabar un partido con la sensación de Osasuna Promesas, en la que el conjunto grana fue un equipo estéril y que no amenazó en ningún momento el área rival, que terminar con la sensación con la que se terminó frente al Sestao. El equipo tarraconense debió facturar algunas de las ocasiones, pero hubo varios aspectos que influyeron para que no fuera así.

¿Qué fue negativo?

La falta de gol fue el gran lastre del Nàstic frente al Sestao y en los últimos partidos. Ya son 447 minutos en total sin ver puerta si se tiene en cuenta el partido copero frente al Orihuela. Se generaron ocasiones, pero no se marcaron porque falta ese punto de confianza que transforma los uy en goles.

Hay dos aspectos que influyeron claramente en esta sequía grana de cara a portería. El primero fue una cuestión de mero acierto. Hubo acciones en las que se falló en la definición. Remates demasiado dóciles, controles que ensuciaban el tiro final... pequeños detalles que marcan la diferencia.

Joan Oriol, Marc Fernández y Nacho González terminaron lesionados

El segundo aspecto que entró en juego fue la mala suerte. Al Nàstic no le sonrió la fortuna, sobre todo en dos acciones que estaban predestinadas a ser gol, pero no lo fueron. Pablo Fernández tuvo el gol con un cabezazo en el segundo palo que un defensa del Sestao sacó bajo la misma línea de gol en la primera mitad.

Ya en la agonía de la segunda parte, Marc Fernández también vio como un rival le sacaba la pelota de la portería cuando su remate tras sortear al portero era desviado con el pecho por un defensa rival. Dos acciones clarísimas de gol en las que todo jugó en contra.

Otro punto negativo del empate en Sestao fueron las lesiones porque hubo tres jugadores que no pudieron terminar el encuentro por tres dolencias que ahora hay que ver cuanto tiempo les deja en el dique seco. Nacho González se hizo daño articular, Joan Oriol sufrió una lesión muscular y Marc Fernández sufrió un tirón justo en el momento del regate de la acción fatídica de la agonía. A lo largo del día de hoy se podría conocer el tiempo estimado de baja de los tres jugadores, aunque parece que lo de Joan Oriol quedará todo en un susto.

El partido ante el Sestao fue de dos caras. Ahora toca pelear porque en Irún el vaso se vea medio lleno y no medio vacío. Ganar, aportaría calma, perder, revuelo porque siete semanas sin ganar son demasiadas para cualquier equipo. El camino está claro e imitar un partido como el cosechado frente al Sestao acerca siempre al triunfo porque con tantas ocasiones lo normal es terminar ganando.

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