Chrisantus, una temporada para el olvido

El delantero nigeriano, que volvió a jugar tras cinco meses en el dique seco, ha sufrido un curso complicado a causa de las lesiones y la falta de ritmo que le han alejado de su mejor versión

26 mayo 2017 10:45 | Actualizado a 28 noviembre 2017 13:47
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En el duelo del pasado sábado ante el Sevilla Atlético se produjo un hecho inédito en este 2017. Chrisantus salió al campo a disputar sus primeros minutos del año. El delantero del Reus no jugaba desde el 16 de diciembre ante el Elche. El que estaba llamado a ser la estrella en el ataque rojinegro en la primera temporada del club en Segunda División, ha tenido un curso para el olvido. 

Las lesiones y la falta de ritmo han sido el principal lastre en la campaña del ariete nigeriano. En la segunda jornada de liga ante el Mirandés en Reus tuvo que ser substituido en el minuto 10 por una acción desgraciada. Padeció un esguince de segundo grado en la rodilla. El pronóstico inicial hablaba de un mes y medio de recuperación. Aquella tarde era el 28 de agosto. 

Volvió a pisar los terrenos de juego el 12 de noviembre en el Estadio Santo Domingo de Alcorcón. Aunque no fue un buen día para el Reus, por la derrota 1-0, al menos Chrisantus, quien había sustituido a Carbia en el 70’, jugaba de nuevo y así empezaba su mes más continuo dentro de la competición liguera.

Enlazó cinco jornadas seguidas con protagonismo, dos de ellas en el once rojinegro. Chrisantus había sido la apuesta fuerte del club reusense para la delantera en el mercado veraniego. Sus 19 y 16 goles con las Palmas en dos temporadas le avalaban como una garantía anotadora cerca del área rival. Pero tras esos cinco partidos consecutivos, se volvió a romper. 

Ante el Elche, el 16 de diciembre, jugó su último encuentro hasta el fin de semana pasado. A partir de ahí, tras las vacaciones navideñas ya en enero, el delantero sufrió una rotura fibrilar en el cuádriceps de la pierna derecha. Una lesión que en principio dura pocas semanas, pero que hay que saber gestionar para no ser víctima de las recaídas.

Entre finales de marzo y principios de abril, Chrisantus volvía a estar disponible para Natxo González. La falta de ritmo competitivo en un tramo crucial del curso para asegurar la permanencia lo relevó al banquillo en detrimento de Máyor y Edgar Hernández.

El  balance del nigeriano no ha sido el esperado. Tan sólo ha jugado 8 partidos (316 minutos), en algunos un ratito, y no ha visto puerta. En el recuerdo quedará aquel mano a mano ante Dimitrievski en el derbi contra el Nàstic en Reus. De haberlo transformado, habría sido alzado a la categoría de ídolo rojinegro. Caprichos del destino, no pudo ser.  

La semana pasada, al fin, el ariete nigeriano vio el final del túnel a un 2017 desdichado y pudo jugar sus primeros minutos del año, al entrar en el 71’, en la victoria contra el filial sevillista. No debió ser fácil para el jugador que fue recibido con aplausos irónicos por parte de la afición rojinegra. En cualquier caso, y aunque sea poco probable que continúe la campaña próxima, dispone de tres encuentros para tratar de endulzar un curso complicado.  

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