Pablo Marí se marchó de Tarragona en 2016. Quería buscar un objetivo más ambicioso, aunque a priori el del Girona -a donde llegó cedido por el Manchester City- no parecía encajar en ese supuesto salto. De hecho, en Montilivi no acabó de cuajar. Optó por dar un golpe de timón a su carrera y asentarse en el NAC Breda holandés. Una temporada escandalosa en la Eredivisie le granjeó la repercusión suficiente como para que un club como el Deportivo de la Coruña posara sus ojos en él. Pablo Marí ya estaba lanzado. Había vuelto a recuperar esa proyección sin techo que se vislumbraba en el Nou Estadi.
En Riazor confirmó que estaba perfectamente listo para grandes logros. Y eso que se quedó a un paso del ascenso a Primera.
La sorpresa fue cuando prefirió cruzar el Atlántico para integrarse al mítico Flamengo brasileño que aceptar alguna de las ofertas de LaLiga. Una decisión que en unos meses se mostró totalmente acertada. El exjugador del Nàstic se convirtió en el primer futbolista español en alzar la Copa Libertadores, el máximo título continental de clubes. Redondeó la temporada con el título de liga del campeonato brasileño.
Era cuestión de tiempo que algún club de la élite europea acudiera él. El Arsenal no se lo pensó y lo incorporó en el pasado mercado invernal cedido por el club carioca. No ha tenido tiempo de lucir mucho la casaca gunner. Nada más llegar, se interrumpió la Premier League debido a la pandemia del coronavirus. Tuvo el tiempo justo de debutar ante el West Ham. En la reanudación de la competición Marí lució de titular frente al City. Pero a los 24 minutos tuvo que abandonar el terreno de juego por un problema en el tobillo. Una lesión que le impedirá volver a jugar en todo lo que resta de temporada.
La lesión no ha sido obstáculo para que el Arsenal decidiera ejecutar la opción de compra. Los gunners pagarán unos 16 millones de euros por hacerse con los derechos federativos del futbolista. En su comunicado, la entidad londinense asegura que «con Pablo estamos todos disgustados porque se lesionó en el Manchester City. Desde que Mikel Arteta -entrenador del equipo- llegó aquí, estaba pidiendo un central que fuera zurdo. Estábamos realmente satisfechos con Pablo por su comportamiento, la forma en que se entrena, su mentalidad y su calidad. Desafortunadamente sigue lesionado pero estamos muy contentos de poder contar con él para el futuro».