El gran sueño pendiente de Cadiach

La gran travesía de la vía láctea es uno de los retos futuros del tarraconense, que ideó una ruta entre el siete mil más alto de la Tierra, el Gyachung Kang (7.952 metros), y el Cho Oyu (8.201 m.)

30 julio 2017 19:32 | Actualizado a 22 marzo 2019 16:41
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Quien conoce a Òscar Cadiach sabe que difícilmente va a renunciar a Himalaya pese a haber completado los 14x8000 con la conquista del Broad Peak. El tarraconense siempre maneja desafíos y retos, y a buen seguro que estos últimas horas en el campo base de la montaña pakistaní le estará dando vueltas a nuevos proyectos mientras saborea la consecución del único gigante que faltaba en su historial de ascensiones.

Uno de sus grandes sueños, mucho más ilusionante para él que la carrera por los ochomiles que acaba de completar, es el proyecto bautizado como la gran travesía de la ‘vía láctea’: una travesía, ideada por el propio Òscar, que consiste en ascender por una ruta nueva el Gyachung Kang, el siete mil más alto que existe y la decimoquintamontaña más elevada del planeta (tiene 7.952 metros)  y recorrer desde su cumbre los siete kilómetros aproximados de distancia que la separan de la cima del Cho Oyu (de 8.201 metros), la sexta de la Tierra. que debería ascender y descender para culminar con éxito la travesía. 

Un reto mayúsculo e inédito en el alpinismo mundial que fraguó a raíz de una fotografía que él mismo realizó en 2010 desde el collado del Pang La, a 5.100 metros, camino del campo base del Everest desde la vertiente china. «Es apasionante y tiene el añadido que nunca se ha intentado. Sería una primera mundial», explicó en su momento al Diari el propio alpinista tarraconense cuando dio a conocer públicamente el proyecto hace cuatro años.

Sus planes pasaban entonces por ascender el Gyachung Kang por su cara este, nunca escalada hasta ahora. La cima se halla en el Mahalangur Himal, una subdivisión de la cordillera del Himalaya y el pico más alto entre el Cho Oyu (8.201 m) y el Everest (8.848m). Hasta 2013 había sido ascendido por dos caras: la sur, el 10 de abril de 1964, por alpinistas japoneses; y por la norte, en 1999, por una expedición eslovena, ascensión que repitió Yasushi Yamanoi en 2002.

«Una cordada de estas características debe ser lo más ligera posible por cuanto el reto requiere de un total de seis días escalando en la conocida como la zona de la muerte (las alturas que oscilan alrededor de los 8.000 metros) y necesita de alpinistas que funcionen de forma autónoma», añade Cadiach. En su día tuvo apalabrado a Jordi Coromines (el hombre que culminó en solitario la Catalans al K-2 per la Magic Line en 2004), aunque  necesitaría además como mínimo un tercer integrante para poder llevarla a cabo. 

Sin embargo el elevado presupuesto de la travesía -necesitaría un doble permiso de China y Nepal puesto que el Gyachung se halla en la frontera entre ambosprovocó que Cadiach guardara en el cajón su proyecto.

Ahora, sin embargo, podría  aprovechar la repercusión de sus últimas conquistas, y en especial la que ha significado ascender este Broad Peak, para lograr los patrocinadores necesarios.

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