Punto escaso para una Pobla hambrienta (1-1)

Empató a uno ante la visita del Terrassa de este domingo con un gol de Rodri desde los once metros

19 mayo 2017 17:05 | Actualizado a 21 mayo 2017 15:58
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La Pobla saltó con hambre al Municipal. Quería sumar tres puntos, tras el triunfo del jueves ante el Cerdanyola (4-3), para no perder pistonada con los rivales de la zona alta. Pero querer no siempre es poder. Se encontraron a todo un señor equipo como el Terrassa que le atacó incesante, vertical, en la primera parte, bastante igualada con llegadas repartidas. En la segunda el cuadro egarense se desvaneció ante la propuesta grana de dominio. Al final, un gol para cada uno y reparto de puntos. Dejó un apetito incompleto entre la hinchada poblense.

Rodri fue la pesadilla de la defensa rival. Con ese corretear incansable, al más puro estilo Saviola, trajo de cabeza a centrales y laterales. En el minuto 3, una carrera suya por la izquierda, culminada con un tiro desviado, fue el primer avisó. Más tarde resultaría determinante.

Dani Ojeda tendría una nueva ocasión tras internarse en el área y soltar la zurda con un disparo rasito. Ortega, portero egarense, se lanzó al pasto para salvar la acción. Las llegadas granas tuvieron continudad, pero los rebotes en la zona caliente nunca favorecieron a los locales.

El cuadro barcelonés también dijo la suya. Sobre todo por medio de Velillas que cualquier balón que olía lo convertía en un chut, fuera desde donde fuese. Al filo del descanso tuvo una ocasión llena de veneno: remató de primera un pase atrás dentro del área, pero Roger Figueras repelió el cuero, que buscaba portería con ímpetu.

Ytanto fue que, al poco, Velillas cambió de fórmula y le dio por centrar. La bola voló desde la derecha al segundo poste de Perales. Allí, entró con carrerilla Joel. La picó con la testa para adelantar al Terrassa.

El segundo acto empezó apático. Se vivieron unos minutos de tanteo eternos. Dejados atrás, la Pobla acopló las piezas de su engranje. Salió a la luz ese estilo de posesión, sometimiento y acción en campo rival. Al fin se oía el golpeo del balón, ese que caracteríza el solfeo grana.

Rodri fue el encargado de romper el compás para igualar el marcador. Recibió enganchado a la cal, delante tenía a Amantini –veterano central, doble del Cata Díaz –. El ariete paraguayo echó a correr. Adelantó al defensa gigantón por su derecha y le hizo caer en su trampa. Amantini metió la zancadilla. Quizá en un primer momento no se dio cuenta que lo hacía dentro del área. Penalti. Rodri no perdonó.

El bajón del Terrassa fue importante. Tiró la toalla en su lucha de tú a tú con la Pobla y se abonó a contragolpes poco precisos, sin ideas, destinados al fracaso. Los grana, a lo suyó. Que no se puede por la izquierda, pues probamos por la derecha, o mejor por el centro. Invadió la parcela rival pero faltaba hilvanar el último pase para crear la posibilidad franca de marcar.

En este escenario, Gabi Vidal firmó una delicatessen. Ruleta marsellesa y sotana a un contricante que no fue a más, pero quedará en el anecdotario del duelo.

Rodri lo probó con otra de sus galopadas, aunque su pase no lo pudo transformar Iván Vidal. Lo volvería a intentar Iván, ahora tras una contra ideada de maravilla por Brugui, pero su chut salió cerca de la escuadra. Era como si la pelota, siempre caprichosa, no quisiera que nadie ganara el partido. Ni si quiera quienes la trataron con más afecto.

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