Nadie puede decir que Toni Seligrat (Torrent, 51 años) llega al Nàstic sin saber a qué se enfrenta. En su primera comparecencia como entrenador del primer equipo grana el de Torrent dejó claro que conoce el historial de entrenadores del club –diez en cuatro años, la situación actual del equipo y la exigencia del Consejo de Administración. Pese a ello sostiene que «está capacitado» para asumirlo: «Sé dónde vengo y voy a intentar transmitir que se tiene que ser fuerte y que después de la tempestad viene la calma».
Seligrat no quiso especificar los problemas que ha detectado en el equipo desde fuera. Pero dejó entrever que no distan mucho de lo que los propios seguidores pueden distinguir perfectamente. «No me han dicho nada que yo no haya visto o que vosotros no hayáis visto. El club tiene claro qué quiere que dé el equipo y que no está dando y creen que yo soy la persona indicada para darlo». Dejó un primer diagnóstico, eso sí, y es que como todos, al equipo «lo veo mal»
A la hora definir su estilo, Seligrat destacó cuáles son sus principales características: «Mover la pelota con velocidad, transitar rápido y cuando no tengamos la pelota el equipo muerda». Un modelo de fútbol que poco o nada tiene que ver con el que expuso Sergi Parés, enfocado a la asociación y a madurar el ataque, en su presentación como director deportivo. Sobre este asunto, Seligrat se distanció de los intereses de la cúpula, porque «el proyecto de un entrenador es ganar», sentenció. No hay más. Case o no con el del director deportivo.
Al valenciano le gusta «ver a los míos, que ahora sois vosotros, seguidores, familia y directivos, contentos y para ser feliz hay que ganar, las victorias sacan lo mejor de todos y eso me encanta». Además, como todos sus antecesores, «si pierdo me echan y si gano, tendré proyecto».
Salir de abajo
Ni el Nàstic se esperaba estar en Segunda B, ni mucho menos estar en posiciones de descenso a Tercera y a tres puntos de la salvación. Una realidad que cuesta de entender pero que Seligrat apremió a asumir cuanto antes para afrontarla con garantías. Por eso, más que objetivos ambiciosos, que reconoce siguen existiendo, el primero que se propone es «ganar».
En las primeras sesiones, el nuevo entrenador grana ha establecido como prioridad «cerrar el grifo de goles en contra». Recordó que solamente en uno de los trece partidos disputados el Nàstic ha conseguido dejar su portería a cero (ante el Ebro). «Si te hacen goles con facilidad es difícil ganar, aunque tengas delanteros extraordinarios que valen mucho dinero y hacen entre 10 y 15 goles», dijo.
Seligrat que antes de iniciar su etapa en el Nou Estadi se encontró con su antecesor en el cargo, elogió a Xavi Bartolo, «una persona extraordinaria y un gran entrenador». En este sentido, entendió que «la plantilla esté jodida hoy, porque estaban contentos con su entrenador». Pese a esa sensación de tristeza, Seligrat recogió sensaciones buenas del equipo. Un detalle importante para un entrenador que asegura «moverse por sensaciones».
Sobre el nivel de la plantilla, Seligrat aseguró que es de «máximo nivel», pero pidió tiempo para conocer a los jugadores, porque «no sé cómo son, ni cómo encajan una derrota, una suplencia o un bronca y el problema es que debo hacerlo compitiendo, sin pretemporada».
Tras la rueda de prensa, Seligrat posó con la camiseta del Nàstic en el centro del campo del terreno de juego del Nou Estadi junto a su segundo Josep Maria Ferrer, apodado Joma, el presidente Josep Maria Andreu y el director deportivo, Sergi Parés.