Cuando Robert Simón juega lo hace siempre con el recuerdo de su padre en su memoria. Cada partido es un homenaje para esa persona que se marchó de la tierra, pero vive cada día en su mente y corazón. Para él son sus éxitos y sus goles. No hay celebración individual o colectiva en la que no lo tenga en su cabeza. Desde siempre y para siempre.
«Por siempre serás mi héroe» reza en el encabezado de una de sus redes sociales. La frase extraída de una de las grandes canciones de Antonio Orozco es utilizada por Robert Simón para rendile homenaje a su padre. Siete hace años hace que falleció y justo este pasado sábado hubiese sido su cumpleaños.
Simón colgó el día antes del partido ante el Barça B una foto con una celebración para su padre. Las redes sociales fueron el el primer lugar escogido para recordarle, pero faltaba todavía lo mejor. El verde, ese lugar en el que Simón olvida los problemas y es feliz, fue sin saberlo el escenario escogido para rendirle todavía un mayor recuerdo.
Simón llevaba una temporada complicada en sus espaldas. El año pasado fue un futbolista indiscutible en los planes de Raül Agné, pero esta temporada su situación ha cambiado. La pretemporada no fue tan ídilica como pintaba y tuvo que lidiar con varios problemas físicos, uno de ellos le obligó a pasar por quirófano para arreglar una fractura en uno de sus dedos, que no lo hicieron coger el ritmo competitivo deseado.
Esto siempre supone un inconveniente, pero para un futbolista que basa su fútbol en el desborde no tener esa chispa necesaria lo vuelve todo mucho más complicado. Su fútbol lo acuso y la versión excelsa que se disfruta el año pasado del extremo de Badalona andaba lejos.
Competencia extrema
Esto unido a que la competencia en su costado era mayor con la presencia de Andy Escudero, Marc Álvarez y Mauricio Pochettino provocó que durante muchas jornadas se cayera del once inicial e incluso no tuviera ni minutos desde el banquillo. No fue fácil lidiar con ese nuevo contexto porque todo futbolista quiere jugar. Sin embargo, el futbolista de Badalona calló y trabajó en los entrenamientos en busca de su mejor y de una nueva oportunidad.
Le llegó ante el Castellón en un partido en el que fue titular y disputó 80 minutos. Su actuación no terminó de ser un golpe en la mesa y por eso no repitió titularidad hasta la 15ª jornada frente a Osasuna B. Fue un choque en el que le tocó bailar con un lateral muy potente físicamente como Boiro y terminó siendo sustituido en el minuto 73.
No obstante, algo sucedió en aquel encuentro porque Agné le daba la oportunidad de jugar de inicio frente al Barça B el pasado domingo. Simón repetía titularidad, algo que no hacia desde la quinta y sexta jornada. El mensaje de Raül Agné era evidente, volvía a confiar en su fútbol y ya tocaba responderle con tangibles sobre el terreno de juego.
Segundo gol del curso
Simón cazó un balón suelto en el interior del área para batir a Arnau Tenas justo antes del descanso. Su segundo tanto en lo que va de temporada fue celebrado con rabia y emoción para un jugador que no ha tenido unos meses fáciles. Fue la dedicatoria perfecta para su padre. El mejor regalo de cumpleaños que le podría haber hecho. De ahí la emoción de su celebración.
Robert fue sustituido en el minuto 63 y recibió la felicitación de su entrenador tras cambiarle. Se había dejado todo sobre el terreno de juego y encima había marcado un gol. Había estado muy cerca de ofrecer su mejor versión y eso son palabras mayores para uno de los mejores extremos a pie natural que hay en la categoría.
Ahora se le abre un horizonte nuevo por delante. Cada vez está mejor físicamente, ha recuperado la confianza del cuerpo técnico y además ha añadido gol a su hoja de ruta inmediata.
En El Collao va a pelear duramente por la titularidad con Andy Escudero, su gran rival en el costado derecho y que el año pasado fue uno de los mejores jugadores del Alcoyano y rival este domingo. Sería la tercera seguida, algo que solo logró en las tres primeras jornadas de campeonato.
En todo caso, sea como titular o entrando de revulsivo es evidente que la mejor versión de Robert Simón está a la vuelta de la esquina. Quiere más goles y triunfos colectivos para seguir rindiendo homenaje a su padre.
