China: ¿brotes verdes?

La época en la que China solo podía dar sorpresas negativas se está superando, y hay que tomar nota de ello

18 diciembre 2023 08:56 | Actualizado a 18 diciembre 2023 08:59
Se lee en minutos
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Desde hace muchos meses, estaba claro que la única opción para salir del atolladero económico que para China significaba la fractura de la globalización y el fin de su burbuja inmobiliaria era el estímulo de la demanda doméstica.

Durante la primera mitad del año, el Gobierno chino parecía ignorar la necesidad de realizar ese estímulo, y las cifras de crecimiento fueron muy decepcionantes (y acabaron por convencer al consenso de que la situación era tan mala como la describíamos).

Sin embargo, desde el verano el Gobierno ha despertado de su letargo y ha empezado a acumular medidas de estímulo. Es cierto que por la falta de coordinación entre ellas y el aspecto de improvisación que han tenido han pasado bastante desapercibidas, pero parecen estar teniendo efecto pese a todo.

Un buen ejemplo son los datos de ventas de automóviles acumuladas a lo largo del año. Desde que tenemos datos, el año 2005, las cifras de cada mes muestran una progresión continua hasta el año 2018, con un desplome entre 2019 y 2020 y una recuperación muy débil (la política de ‘Covid Cero’ hacía estragos) en 2021 y 2022.

El año en curso arrancó de forma desastrosa, los datos acumulados de enero, febrero y marzo fueron más negativos que los de 2021 y 2022, de hecho los peores desde 2014. Pero en la primavera comenzó una ligera remontada y ya en junio las ventas empataban con las de 2016. Aunque todavía estaban lejos de los máximos de 2018, la recuperación se aceleró en el verano, y en agosto las ventas empataban con el máximo de 2018 y ya en septiembre las superaron. La recuperación ha sido espectacular, las ventas acumuladas entre marzo y septiembre son un 12% superiores al mejor resultado hasta la fecha, el de 2018, mientras que las acumuladas hasta marzo eran un 15% inferiores.

Los datos de comercio exterior también apuntan a una recuperación de la demanda doméstica. Desde la primavera, las importaciones crecen cuatro puntos más que las exportaciones, algo muy poco frecuente en China, y que indica que el consumo doméstico está acelerando.

No podemos ignorar los problemas estructurales de la economía china, en particular la distribución de la renta muy sesgada al sector público, ni el impacto de la montaña de deuda en mora ligada a activos hipotecarios (que el Gobierno está escondiendo con el viejo truco de la refinanciación ficticia, que los anglosajones llaman muy apropiadamente extend and pretend), pero la época en la que China solo podía dar sorpresas negativas se está superando, y hay que tomar nota de ello.

Agustí Romagosa, de CaixaBank Banca Privada

Comentarios
Multimedia Diari