Los municipios de Tarragona eligen hoy a los hombres y mujeres que regirán sus destinos durante los próximos cuatro años. Y lo hacen en un contexto marcado por la incertidumbre.
Después de una larga y cruel pandemia, la guerra de Ucrania ha desatado la ‘tormenta perfecta’ y Tarragona no es una isla ajena a estas turbulencias, que tienen como principal exponente una desbocada espiral de precios y un descontento económico que se ceba, sobre todo, contra una parte relevante de las clases medias. Acabada la época de las mayorías absolutas, todo indica que serán necesarias coaliciones de gobierno, lo que exige un plus de pragmatismo y flexibilidad en estos tiempos en los que la gravedad de la situación requiere estar a la altura de las circunstancias sin amenazantes proyectos de imposición y de exclusión.
Tarragona necesita gobiernos sin miedo a tomar decisiones, con impulso para mejorar la calidad de vida de la gente
El momento exige también gobiernos sólidos, con sentido de la responsabilidad, que gestionen un excepcional caudal de recursos públicos con total transparencia y en beneficio del interés general, que inyecten confianza y dinamismo a una ciudadanía a la que le faltan certezas.
Para eso vuelven a ser necesarios los liderazgos sólidos que no se dejen llevar por la inercia del continuismo o la resignación. Liderazgos que sepan tender puentes entre diferentes y buscar acuerdos, que propicien la participación de la ciudadanía en la vida pública y estén dispuestos a escuchar, que sepan leer los cambios sociales y económicos desde la defensa de un modelo de sociedad integrador, con un rumbo estratégico claro que aproveche el enorme potencial de este territorio.
Gobiernos sin miedo a tomar decisiones. Gobiernos con ilusión que ofrezcan un proyecto viable y alejado de populismos, con impulso para mejorar la calidad de vida en una coyuntura marcada por las dificultades, con ambición para ganar el futuro y que no conviertan el ejercicio del poder en un objetivo en sí mismo. Con estas premisas, hoy toca llenar las urnas.
